viernes, 15 de agosto de 2025

SE PRENDE LA MECHA

 

Domingo XX Tiempo Ordinario

Que importante es no tomar al pie de la letra las palabras de los textos bíblicos. Tras las expresiones literales se esconde una intencionalidad del escritor que el lector debe descubrir y aplicar a su propia vida. Si no fuera así, tendríamos que decir del evangelio de hoy que Jesús se ha levantado enfadado y de mal humor, porque desea prender fuego a la tierra y traer división y no paz al mundo. Nos descolocan estas palabras del texto porque siempre de los labios de Jesús hemos escuchado otras muy distintas.

Por ello, debemos descubrir, sin hacer grandes tratados teológicos, qué clase de fuego, de bautismo y de división es el que trae y desea Jesús porque no puede ser destrucción y ausencia de paz, ya que no se entiende la Buena Noticia desde otras expresiones que no sean amor, misericordia, acogida, encuentro… como el estilo y las actitudes del discípulo.

En este domingo 20 del tiempo ordinario (ciclo c) vamos a poder descubrir que el seguimiento en fidelidad de las propuestas bíblicas tiene un componente de incomprensión en quienes nos rodean, porque, en vez de tomar el camino que nos marca el mundo, se opta por un proyecto nuevo, no siguiendo los parámetros de la sociedad sino aquellos que se extraen de la vida y misión de Jesús. No olvidemos que todo el capítulo 12 de Lucas es una opción por descubrir que el reino de Dios es el mayor de nuestros tesoros. Este capítulo está lleno de consejos y advertencias a los discípulos. El camino hacia Jerusalén, que narra el evangelista, entra en un momento de resistencias agresivas a la misión de Jesús. Por ello, en este texto, se prevé el desenlace y se previene a los seguidores del Maestro de una realidad compleja y controvertida.

En el evangelio (Lucas 12,49-53) la presencia de Jesús, sus palabras y las palabras posteriores de la primera Iglesia provocan división incluso dentro de la propia casa y familia. El encuentro con Jesús no nos puede dejar indiferentes, sino que debe suscitar una respuesta de fe, y esta respuesta, en muchas ocasiones, crea divisiones y conflicto.

Lucas une en este texto las imágenes de fuego y bautismo (alusión a la muerte-entrega de Jesús) con la división en la familia. Si bien el fuego es un elemento de destrucción también puede ser de purificación y, en algunos casos, de la presencia del mismo Espíritu. El fuego, en este texto, podemos reconocerle como una fuerza positiva de transformación y también como “mecha que prende” un compromiso radical. Por lo tanto, los versículos 49 al 53 nos hablan de un Jesús que crea división con sus hechos y palabras y de un mensaje que es tajante, incluso hasta en el seno de la familia. Pone a todos en tensión porque anuncia un cambio radical rompiendo falsedades. Por eso, Jesús suscita, al mismo tiempo, simpatía y oposición.

Podemos resumir las palabras del Señor y hacerlas más cercanas diciendo que el Maestro ha traído una fuerza de transformación que lleva consigo, si es necesario, el conflicto y la división. Así veía Jesús su misión, su vida en este mundo, su entrega y su muerte. Jesús es una fuerza transformadora que desencadena división interna y, en ocasiones, externa. El proyecto del evangelio basado en el amor y la libertad no es contrario al conflicto.

Reflexión: Quien sueñe con un mundo idílico donde puedan ir de la mano el opresor consciente y el oprimido sin esperanza, se escandalizará de este texto evangélico. La Palabra de Jesús cura las heridas de nuestro corazón, pero, ayer como hoy, provocan una división y rechazo, así como simpatías. También en nuestro corazón se prende la mecha de un contraste interior; esto sucede cuando advertimos la fascinación, la belleza y la verdad de Jesús, pero al mismo tiempo le rechazamos porque nos cuestiona, nos pone en dificultad y nos cuesta priorizarle.

La palabra de Cristo es poderosa: no tiene el poder del mundo, sino el de Dios, ese poder es el del amor. Un amor que no conoce límites, un amor que nos hace amar a los demás antes que a nosotros mismos. Cuando entendemos que la esencia de nuestra fe se halla en el AMOR, no pasajero ni fruto del sentimentalismo, es cuanto este amor se convierte en fuego que lo consume, extiende y enciende todo con pasión. Ese amor pone al descubierto los corazones fríos y mezquinos que sólo piensan en engrandecer su ombligo.

Amig@ descubre que la persona de Jesús y el Reino no es sólo cuestión de ideas y sentimientos. Descubre que seguir a la persona del Maestro y construir el Reino provoca conflicto y división. Esta división ya fue experimentada por los primeros cristianos, incluso entre sus seres más queridos, la propia familia. Es más, la división se hizo pronto persecución en muchas comunidades. El mismo Señor fue la primera víctima de su mensaje.

La "mecha está prendida” ahora es cuestión de que tú la sofoques o la acrecientes… El evangelio es fuego no un manual de ética.

martes, 12 de agosto de 2025

LECTURAS DE LA FIESTA DE LA ASUNCIÓN DE MARIA

 

La Solemnidad de la Asunción de la Virgen María, que celebramos el 15 de agosto, tiene lecturas específicas en el ciclo litúrgico C. 

La primera lectura es del Apocalipsis (11:19; 12:1-6, 10), donde se describe una mujer con el sol, la luna y doce estrellas, enfrentando un dragón. La segunda lectura, de la Primera Carta a los Corintios (15:20-27), habla de Cristo como primicia de la resurrección y la victoria sobre la muerte. El evangelio según San Lucas (1:39-56) narra la Visitación de María a Isabel, destacando el Magníficat. 

1.- Este encuentro de las dos madres, podríamos decir, que es realmente el encuentro de los dos hijos. Juan, por medio de su madre, inaugura su misión anunciando que Jesús es el Señor (Lc 1,43) Este título de “Señor” nació de la comunidad que había experimentado el encuentro con el resucitado (Hch 2,36) Pero en este relato Jesús es llamado así, incluso antes de su nacimiento. Una prueba más que estos acontecimientos son interpretados desde la fe de la Iglesia primitiva.

María, que con presteza acude a casa de Isabel (Lc 1,39), representa al Israel fiel que vive fuera del influjo del poder religioso (en Nazaret de Galilea) que acude en ayuda del judaísmo oficial representado por Isabel, mujer de Zacarias, sacerdote que vive en Judá, al servicio del Templo.

El salto de la criatura en el vientre de Isabel expresa, a juzgar por varias referencias del Antiguo Testamento y por la aclaración posterior de Isabel, la alegría mesiánica

2.- El Magníficat (Lc 1,46-56) es la respuesta de María al saludo de Isabel.

Es un salmo de acción de gracias compuesto con citas y referencias del Antiguo Testamento, en especial del canto de Ana, (escrito mil años antes) madre de Samuel, que siendo estéril celebra su maternidad. (1 Samuel 2,1-10)

María canta la gloria de Dios en el Magníficat, comienza alabando la obra de Dios en Ella para, seguidamente, hablar de “sus fieles, de generación en generación” y de “Israel su siervo”, dándonos a entender que lo que ha ocurrido en Ella no es un privilegio personal, sino un benéfico para todo el género humano.

La parte central del canto de María enuncia el contenido de la promesa de Dios que en este momento se está cumpliendo.

El poema tiene dos partes.

La primera de ellas es un cántico de acción de gracias de María a Dios, quien, a pesar de su humildad y pobreza de vida, da gracias al Señor por poner su mirada en Ella, y por eso será llamada “dichosa”.

La segunda parte del canto expresa, por boca de María la acción de gracias del pueblo de Israel. Todas las promesas hechas a Abraham y a sus descendientes, se cumplen en Jesús.

Lucas nos muestra en este canto un tema de su predilección: Dios se apiada de los pobres (Lc 6,20-26;16,19-25) En realidad no hay aquí una alabanza de los pobres, de los que María es su mayor representante, sino una concepción utópica de la historia en la que la misericordia de Dios y la fuerza de su brazo se dirige a derribar a los poderosos, ricos y soberbios y a levantar a los pobres y humildes. Estamos ante lo que se conoce con el nombre de “inversión mesiánica”. Los últimos serán los primeros, dijo Jesús. (Lucas 13, 22-31)

El Magníficat hace hincapié en la gran inversión provocada por Jesús: se habla de dispersar a los soberbios, derrotar a los poderosos, despedir a los ricos sin nada, ensalzar a los humildes, colmar a los hambrientos. Ésta es, en efecto, la esperanza de la Ley y los Profetas: que el (este) mundo se transforme. Y este es el modo radical como Lucas proclama lo que significa la venida de Jesús.

jueves, 7 de agosto de 2025

LA BRÚJULA

 

Domingo XIX Tiempo Ordinario 

“Donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” Sin ninguna duda ponemos nuestros intereses, emociones, deseos, inquietudes... en aquel o aquello que es para nosotros el tesoro de nuestra existencia. Lo que nos parece realmente valioso, importante y prioritario es el lugar donde volcamos todas nuestras fuerzas y es lo que presidirá claramente nuestro corazón. Por ello, es necesario que descubramos en todos los niveles de nuestra vida, también en el nivel espiritual, cuál es el tesoro que poseemos, ya que él será la brújula que oriente nuestros pasos y guie nuestra dirección.

En este domingo 19 del tiempo ordinario (ciclo c) el texto evangélico, frente a tesoros que caducan y se apolillan, apuesta e invita a tener como tesoro inagotable la pertenencia al Reino. Seremos bienaventurados si vivimos con un corazón esperanzado y en espera de este Reino. Seremos dichosos si, en la espera, nos preparamos con obras de servicio a los hermanos practicando la justicia y la caridad.

Nuestra pertenencia a la Iglesia y a una comunidad de fe nunca se puede transformar en poder o autoridad que hace que nos aprovechemos, para nuestro beneficio injusto, de la sencillez de nuestros hermanos. Más bien al contrario, sea cual sea nuestra misión y responsabilidad en la comunidad, nuestro corazón deberá vivir en actitud de servicio porque nuestro tesoro, lo que realmente es importante, es hacer presente el Reino “aquí” y “ahora”.

En el evangelio (Lucas 12,32-48) se reúnen tres parábolas que exhortan a los creyentes a permanecer vigilantes en espera de la venida del Señor y de su Reino. Para ello, más que poner el interés en acumular posesiones materiales, como bien decíamos el domingo pasado, el discípulo de Jesús debe vivir en la actitud de ESPERA. Este es el tema que desarrolla en la primera parábola, en los versículos del 35 al 38. “Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los hombres que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame”

La segunda parábola, versículos 39 al 40, apunta a la incertidumbre de la hora de esa venida de Jesús. Lo que desea inculcar no es tanto la vigilancia como el ESTAR PREPARADOS. “Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre”

La tercera parábola se encuentra en los versículos 41 al 48, parece dirigirse, así se deduciría de la pregunta de Pedro («Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?») a los responsables de la Iglesia, y podríamos resumirla diciendo que: el ministro prudente debe permanecer fiel a su tarea, reconociendo que la comunidad cristiana tiene una única cabeza Jesús Resucitado y que todos los demás, aunque ocupen puestos de responsabilidad, son SERVIDORES y HERMANOS. “Bienaventurado aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre portándose así. En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes”

Reflexión: Amig@, descubre el tesoro del Reino que crece en ti. Él será la brújula que determinará la dirección y el rumbo hacia un destino nuevo, distinto y lleno de vida. Él te facilitará la orientación en tu ser discípulo. Sólo quien considera que el Reino es un auténtico tesoro regalado por Dios podrá poner su corazón en él y vivirlo como prioridad.

Trabaja espiritualmente las tres actitudes que te ofrece el texto evangélico: la ESPERA, el ESTAR PREPARADO y el SERVICIO. Que no te paralice el miedo porque si crees en el Señor, ya posees el Reino en su corazón: “No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el Reino”. Jesús afirma que Dios es Padre, que nos ama, se ha entregado a nosotros y está a nuestra disposición. El miedo no tiene sitio en el discípulo misionero, sí la confianza.

Tú y yo, como discípulos de Jesús, podemos concretar nuestra forma de vivir el evangelio en el mundo estando con nuestras “lámparas encendidas”. Si permanecemos con las lámparas encendidas en espera reconoceremos al Señor que pasa a nuestro lado y le abriremos, le haremos sitio en nuestro interior y todo nuestro corazón brillará con un nuevo resplandor, el resplandor del tesoro que nadie nos puede arrebatar, que es perenne y no se apolilla.

¿Si nuestra posesión es Dios para que queremos todo lo demás? Jesús nos invita a huir de todo tipo de avaricia e idolatría y a que los bienes materiales no sean nuestros tesoros, ni muevan nuestros corazones. Nuestro fin es más alto, es el tesoro del Reino y no los de la tierra.

Puede que sea el tiempo de cambiar de rumbo y que el corazón tome una nueva dirección. Mira donde se encuentran “tus tesoros” porque ellos son la brújula que dirigirán tu corazón. ¡Cuestión de pararse!

lunes, 4 de agosto de 2025

LEÓN XIV: COMPRAR, ACUMULAR, CONSUMIR NO ES SUFICIENTE. NECESITAMOS ALZAR LOS OJOS, MIRAR A LO ALTO, A LAS «COSAS CELESTIALES»

 

Ante más de un millón de jóvenes, en su homilía de la Santa Misa en la explanada de Tor Vergata, el Santo Padre aseguró que el verdadero sabor de la vida no depende de lo que acumulamos ni de lo que poseemos, sino de lo que se acoge y se comparte con alegría, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones.

“¡Buon giorno a tutti! ¡Buona Domenica! ¡Good morning! ¡Buenos días! ¡Bonjour, Guten Morgen!” Este fue el saludo del Papa León sobre el palco y desde allí invocó la bendición de Dios sobre todos y expresó su deseo de que “la gran celebración en la que Cristo nos ha dejado su presencia en la Eucaristía” sea “una ocasión verdaderamente memorable para cada uno de nosotros”. 

En este enlace te ofrezco la homilía completa del Papa león XIV en la celebración de la Eucaristía del jubileo de los jóvenes.

https://www.vatican.va/content/leo-xiv/es/homilies/2025/documents/20250803-omelia-giubileo-giovani.html

miércoles, 30 de julio de 2025

DECRETO DEL SR OBISPO SOBRE MISAS CON VARIAS INTENCIONES

 

PRIORIDADES

 

Posiblemente, la gracia del ser humano esté en la gran variedad y distintas prioridades que poseen cada uno de ellos. Al nacer un hombre o mujer se rompe el molde y no viene a la vida otro semejante a él o a ella. Por esto, no te mosquees si tu prójimo no da sentido a lo que tu crees que es prioritario. Seguramente, lo que tú crees esencial, él lo ve secundario. ¡Allá cada cual!

Lo alucinante es que los que mamamos a los pechos del mismo Evangelio tengamos, en cuestiones de fe, prioridades ya no distintas, sino contrarias.

La lectura evangélica de este domingo 18 del tiempo Ordinario (ciclo c) está enmarcada en el capítulo doce de Lucas. Todo este capitulo nos está hablando de la prioridad del Reino y de que la vida de una persona tiene sentido, y se hace rica ante Dios, cuando ha sabido establecer una escala de prioridades que responden a las urgencias del Reino. Saber centrar nuestra vida y tener unos objetivos claros y evangélicos que sean expresión de la voluntad del Padre, es lo que nos hace ricos ante Dios.

En el evangelio, (Lucas 12,13-21) Jesús rechaza sabiamente el papel de juez y arbitro en el asunto de herencias: «Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia» Él le contestó: «Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?» Es una de las pocas peticiones que no son atendidas por Él. Pero sí aprovecha para lanzar un mensaje, donde invita a evitar ser preso de la codicia: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia»

Lucas, para referirse a la codicia, usa el mismo termino que Pablo en sus cartas para referirse a la idolatría: “Dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia y la avaricia, que es una idolatría” (segunda lectura) Y es que la idolatría consiste en poner la confianza y en entregar la vida a alguien o algo que no es Dios.

Contra esta inversión de valores, prioridades y seguridades, el evangelista narra una parábola destinada a ilustrar que, aunque se nade en la abundancia, la vida no depende de las riquezas «Aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes»

El corazón de esta parábola está en el monologo. Se trata de un hombre rico, ensimismado, satisfecho con el resultado de la cosecha, que no sólo confía en sus bienes, sino que está dispuesto a disponer de ellos en exclusividad y en beneficio propio. “Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida” La intervención de Dios hace ver lo ilusorio y equivocado de sus planes: “Dios le dijo: "Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?"

La parábola nos habla de una cuestión de prioridades y de sentido de la vida. Hay un rechazo, por parte de Jesús, a la acumulación de bienes en beneficio de uno mismo, porque esta forma de vivir no se ajusta a la voluntad de amor generoso de Dios. «Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios». De nada sirve la acumulación de bienes; y quien piensa que la vida depende del atesorar riquezas en este mundo es un insensato.

Reflexión: Amig@, el riesgo de quien vive disfrutando de sus bienes es olvidar su condición de hijo de Dios y hermano de los otros seres humanos. En la medida que tu corazón está puesto en lo material, en la misma medida te esclaviza, te cierra a Dios, te hace que te olvides de tu condición de hermano y que rompas tu solidaridad con el otro. Dios no puede reinar, principalmente porque no le damos sitio, en el hombre o mujer que es dominado por los bienes materiales, de los que emergen el poder y la seguridad.

Me gusta la presentación que hace de Jesús el evangelista Lucas. Si te das cuenta, no es un moralista al uso, deseoso de saber cómo adquirimos los bienes y cómo los usamos, sino que condena directamente la vida del que se obsesiona por almacenar cosechas en graneros cada vez más grandes. En el evangelio de Lucas, el tema de las riquezas (de las riquezas acumuladas) quema, porque aparece casi siempre en contraposición al Reino y como algo idolátrico.

Piénsalo detenidamente y encontrarás una gran insensatez y necedad el consagrar todas tus energías, imaginación, tiempo y esfuerzos en adquirir y conservar riquezas para tú uso exclusivo. Por ello, no seas necio, lo “que has acumulado, ¿de quién será?"

Un grado más que el de la insensatez, es la locura mental de aquellos que rompen el orden mundial con aranceles injustos, fruto de su codicia, que empobrecen al pobre. Igualmente, se supera el grado de la necedad y el de la maldad en aquellos que arrasan una tierra y a cuantos en ella habitan, impidiendo que tengan acceso a la ayuda necesaria para subsistir y debilitando al ser humano hasta morir de hambre… En fin, mira a ver cuáles son tus prioridades. Y después cotéjalas con el Evangelio… Lo demás está demás.

lunes, 28 de julio de 2025

FINAL DEL CAMPAMENTO ALVEUS

 
Foto: Monitores Grupo Scouts Alveus

El pasado domingo, día 27, con la celebración de la Eucaristía y la comida de las familias, finalizó el campamento del grupo Scouts Alveus, que se celebró en el paraje de “Aguabuena” en el término municipal de Poveda de la Sierra.

Han sido diez días en que los niñ@s han participado con alegría, junto con sus monitores, compartiendo con la naturaleza y creciendo en valores.

Esperamos que esta experiencia vivida haya enriquecido a todos los que han formado parte de este campamento 2025 y agradecemos a los monitores y a las familias su disponibilidad y confianza.

Con el campamento, el grupo Scouts Alveus, cierra las actividades programadas para este curso pastoral. Volverán con más fuerza el próximo mes de octubre.

viernes, 25 de julio de 2025

CUESTIÓN DE NECESIDAD

 

Domingo XVII Tiempo Ordinario

La oración es para el cristiano lo que el aceite para el motor del coche. En nuestro vehículo notamos el nivel de aceite bajo, no sólo porque se enciente un chivato o testigo en el salpicadero, sino también por sus síntomas: un alto nivel de dificultad para arrancar el coche, sonidos de motor más fuertes o ruidosos de lo normal, una pérdida de potencia, un aumento en el consumo de combustible, un humo persistente... Si en estos casos no comprendes la necesidad de poner aceite al coche, entonces el motor se te gripará por la fricción excesiva entre piezas debido a la falta de lubricación y no te quedará otra que inmovilizar el vehículo.

Como en la vida espiritual, cuanto más ruidoso somos y menos potencia poseemos, más necesidad tenemos de la oración. Puede que, en el salpicadero, instalado en tu interior, aparezca, en alguna ocasión, el chivato o el testigo de color rojo que te informa de un nivel escaso de “estar a solas con aquel que sabes que te ama”. Y, la consecuencia será la misma que un motor gripado: la inmovilización en tu seguimiento de Jesús.

La lectura evangélica de este domingo 17 del tiempo Ordinario (ciclo c) es una catequesis sobre la oración cristiana. Tanto el discípulo como la comunidad necesitan orar. El evangelista recoge, en este pasaje, el talante, el estilo, la forma y el espíritu que debe impregnar la oración del cristiano.

Puede que los discípulos quedaran alucinados porque Jesús enseña, no una oración para repetir de memoria, ni una oración exclusiva para el templo (para un judío lugar de la presencia de Dios por excelencia) sino una oración de confianza que resume las convicciones y deseos que deben estar presentes en nuestra relación con Dios.

Jesús oraba con frecuencia. De hecho, la escena que nos presenta el evangelio de este domingo, (Lucas11, 1-13) es una de estas ocasiones. “Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar…” Los discípulos, que no han participado en la oración de Jesús, sienten la necesidad de tener unas formas de orar parecidas a los discípulos del Bautista: «Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos». Es, entonces, cuando Jesús les ofrece una oración nada ritualizada, llena de confianza y de compromiso: «Cuando oréis decid: Padre…»

La oración del Padrenuestro que Jesús recita a sus discípulos, introduce un cambio profundo en las relaciones de los seres humanos con Dios. Ya no nos dirigimos a un Dios lejano al que hay que orar para aplacar su venganza, sino a un Dios Amor al que nos acercamos con confianza. El temor es sustituido por el amor, hasta el punto que orar, como Jesús enseñó, es más que una oración ritual, ya que es expresión de un estilo de vida identificada con el proyecto de Dios y enamorada de ese proyecto.

Esta confianza, que nos ofrece la oración propuesta por Jesús, se manifiesta en los versículos siguientes, donde se contiene una parábola en la que Dios es comparado a un “amigo” al que hay que acudir con insistencia y al que hay que pedir, buscar y llamar con la seguridad de que “se recibe lo que se pide”, “se encuentra lo que se busca” y “se abren las puertas cuando se llama”

A continuación, Jesús pone una serie de ejemplos, extraídos de la vida cotidiana, para remarcar que la bondad y el amor de Dios es el fundamento de la oración. Finaliza el texto con una frase lapidaria: «Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden!». Para Lucas, el don por excelencia es el Espíritu Santo

Reflexión: Hemos recitado tantas veces el Padrenuestro y, con frecuencia, de manera tan mecánica y superficial, que hemos terminado por no darnos cuenta de la hondura y la novedad de esta oración. Quizás, necesitamos aprender de nuevo el Padrenuestro y volverlo a llenar de contenido para que esas palabras, que pronunciamos en tantos momentos y tan rutinariamente, renazcan con vida nueva en nosotros, crezcan y den sentido a nuestra vida de discípulos.

Te invito, desde este relato, a una relación nueva con lo divino, con el Absoluto, que esté presidida por la necesidad de la oración; de tal forma que sea la práctica central y la característica especial de tu religiosidad. Orar es reconocer humildemente nuestras limitaciones y nuestras fragilidades, pero orar también es el anhelo de quererlas superar con la fuerza del Espíritu.

Amig@, contempla la oración como necesidad. Siente que Dios no es un dios mágico y caprichoso, alejado de tu vida, sino un Padre/Madre que se manifiesta como amor, salvador y liberador. Hoy por hoy, ante tantos aceites fraudulentos para el motor de tu vida, que hacen más daño que bien, la oración es el genuino. La marca es “Bondad-Repsol”

lunes, 21 de julio de 2025

APÓSTOL SANTIAGO, EL MAYOR

 

Cada 25 de julio la Iglesia celebra la fiesta de Santiago Apóstol, o Santiago, el Mayor, denominado así para diferenciarlo de otro de los apóstoles de Cristo, ‘Santiago, el Menor’. También es conocido como el “Hijo del trueno” apelativo que usó Jesús con él y con su hermano Juan, en alusión al padre de ambos, Zebedeo.

Nació en Betsaida, Galilea, hacia el año 5 a.C. Fue uno de los primeros convocados por Jesús, quien se acercó a él mientras pescaba en el lago de Genesaret junto a Juan, su hermano (Mc 1, 19).

De acuerdo a los Evangelios, Santiago fue testigo, con Juan y Pedro, de algunos de los momentos más intensos de la vida de Jesús, lo que evidencia su cercanía con el Hijo de Dios. Algunos de esos momentos son, por ejemplo, la Transfiguración en el Monte Tabor, la pesca milagrosa y la noche en la que Jesús permanece orando en Getsemaní, en la víspera de su Pasión.

El apóstol Santiago ocupa un lugar especial en la historia de la Iglesia primitiva, destacando por su virtud, empuje evangelizador y carácter valeroso. Fue él quien llevó la Palabra de Dios a tierras completamente alejadas de su Galilea natal.

El mundo hispánico estará siempre asociado, desde sus raíces, a Santiago. Varias son las ciudades de Hispanoamérica tienen su nombre, como Santiago de Chile, Santiago en República Dominicana, o Santiago de Cuba.