A poco días de iniciar el tiempo de cuaresma, el Papa Francisco nos dirige su habitual mensaje cuaresmal 2025 bajo el título “Caminemos juntos en la esperanza”. Con
este mensaje el Papa desea ofrecernos “algunas reflexiones sobre lo que significa caminar
juntos en la esperanza y descubrir las llamadas a la conversión que la
misericordia de Dios nos dirige a todos, de manera personal y comunitaria”
Para ello, se detiene en la explicación de las tres palabras que componen el título del mensaje: caminar, juntos y esperanza de las que extrae llamadas a la conversión.
1.- Caminar: Evoca el viaje del
pueblo de Israel hacia la tierra prometida. Un camino difícil desde la
esclavitud a la libertad, donde el Señor, siempre permanece fiel.
2.- Juntos: Los cristianos estamos llamados a hacer camino juntos, nunca como viajeros solitarios. El Espíritu Santo nos impulsa a salir de nosotros mismos para ir hacia Dios y hacia los hermanos, y no encerrarnos en nosotros mismos. Caminar juntos significa ser artesanos de unidad, partiendo de la dignidad común de hijos de Dios (cf. Ga 3,26-28); significa caminar codo a codo, sin pisotear o dominar al otro, sin albergar envidia o hipocresía, sin dejar que nadie se quede atrás o se sienta excluido. Vamos en la misma dirección, hacia la misma meta, escuchándonos los unos a los otros con amor y paciencia. Esta es la segunda llamada a la conversión: “la sinodalidad”
3.- Esperanza de una promesa.
La esperanza que no defrauda (cf. Rm 5,5), mensaje central
del Jubileo, es el horizonte del camino cuaresmal hacia la victoria pascual.
Necesitamos la certeza que nos hace decir: “nada podrá apartarnos del amor de
Dios”.
Así se nos presenta la tercera llamada a la conversión: la de la esperanza, la de la confianza en Dios y en su gran promesa, la vida eterna. Debemos preguntarnos: ¿poseo la convicción de que Dios perdona mis pecados, o me comporto como si pudiera salvarme solo? ¿Anhelo la salvación e invoco la ayuda de Dios para recibirla? ¿Vivo concretamente la esperanza que me ayuda a leer los acontecimientos de la historia y me impulsa al compromiso por la justicia, la fraternidad y el cuidado de la casa común, actuando de manera que nadie quede atrás?
Finaliza el mensaje haciendo un nuevo
llamamiento a la esperanza que no defrauda, reconociendo en ella “el ancla del
alma”, segura y firme.
Puedes encontrar el mensaje completo en este enlace que te presento:
https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2025/02/25/240225a.html