domingo, 28 de febrero de 2021

24 HORAS CON EL SEÑOR Y RETIRO ARCIPRESTAL

 

Desde este artículo queremos informaros de dos actividades cuaresmales que se van realizando desde hace unos años. Por ello os comunico que:

- El próximo viernes día 12 de marzo a las 18,00 h, en nuestra parroquia de la Beata María de Jesús, se realizará la actividad, propuesta por el Papa Francisco, “24 HORAS PARA EL SEÑOR”.

En esta ocasión se ha visto prudente, debido a las medidas sanitarias impuestas por el Covid-19, realizar esta actividad cada parroquia en su templo. A lo largo de la tarde del viernes y al inicio de la mañana del sábado en todas las parroquias de Guadalajara habrá un tiempo para orar al Señor Sacramentado.

Os convoco para el próximo viernes día 12 de marzo a las 18,00 h en la Beata, y así, unirnos a toda la Iglesia que celebra, transmite y testimonia unida.

- Al día siguiente, 13 marzo, en la parroquia de San Juan de Ávila, estamos invitados todas las parroquias de Guadalajara para celebrar, junto al Sr. Obispo don Atilano, el RETIRO ARCIPRESTAL DE CUARESMA,  que dará comienzo a las 11,00 h y finalizará a las 13,30 h.

Os animo, en el camino de cuaresma, a orar y retirarnos al desierto dedicando un tiempo para el encuentro con el Señor, recordando que no es huida sino adquirir fuerzas para vivir con más intensidad el pacto de amor que Dios hace con nosotros.

miércoles, 24 de febrero de 2021

CAMBIANDO EL RUMBO

Hay acontecimientos que se dan en la vida que hacen que tengamos que cambiar el rumbo. Vivíamos relativamente bien y cómodos en una situación concreta y ante “el cariz que toman los acontecimientos” éstos nos obligan, no a poner pie en tierra, pero si a cambiar el rumbo de nuestra vida. Desde aquí puedo decir que los acontecimientos” son hechos que escapan de lo cotidiano o de la rutina, que nos vienen dados de forma diversa, que son de importancia, aunque poco común, raros y excepcionales, que no suceden a menudo, pero que son impactantes dado que nos hacen cambiar, tomar otra dirección, encontrar nuevas sendas y salidas, nuevas motivaciones… para continuar de forma distinta.

Creo yo que todas las personas hemos vivido, en los más diversos órdenes de la vida, acontecimientos que nos han impulsado a dar un nuevo ritmo a nuestra existencia. Una noticia importante, buena o mala, ha tenido el poder de hacernos pensar si el rumbo que llevábamos era el correcto.

La Palabra de Dios, que nos presenta el evangelio de este domingo, 2º de Cuaresma (ciclo b) es un buen ejemplo de lo anteriormente expuesto. Tres discípulos (Pedro, Juan y Santiago) acompañan a Jesús a lo alto de un monte, allí contemplan un acontecimiento difícil de narrar… pero ese acontecimiento vivido supuso una afirmación por parte de Dios del cambio de rumbo que tomó la vida de Jesús y una experiencia singular en los discípulos que será entendida a la luz de la resurrección.

Con anterioridad al evangelio de este domingo (Marcos 9,2-10), Jesús habla a sus discípulos, por primera vez y con claridad, de cruz, muerte, pasión y resurrección… Del camino doloroso del Mesías: “El Hijo del  Hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día” (Mc 8,31) Estas palabras no son entendidas por Pedro y reacciona llevándose a parte a Jesús e increpándole. Jesús contesta con fuerza a Pedro a quien le invitará a “pensar como Dios y no como los hombres”. Seguidamente Jesús comunica a sus íntimos que éste también es el camino del discípulo y les hablará de negarse a sí mismo, de donación y no posesión y de testimoniar con valentía la fe.

Las severas palabras de Jesús sobre el camino doloroso del Mesías y del discípulo resultan desconcertantes, provocan abatimiento, desilusión e incomprensión del nuevo rumbo que toma Jesús. Necesitan rehacerse, recobrar fuerzas y coraje… a ello se orienta la transfiguración sobre el monte y cómo a tres discípulos se les otorga el privilegio de una experiencia que es iluminación y aliento. (Referencia a Éxodo 24, 9-16)

El misterio de la persona de Jesús se desvela por medio de una “teofanía” (manifestación de Dios) Es Jesús el Mesías esperado que colma todas las promesas y esperanzas. La Ley y las profecías encuentran en Jesús su cumplimiento. El color deslumbrante blanco habla de su Gloria. Y el propio Dios confirma y culmina la revelación: es su Hijo amado, a quien hay que “escuchar” (Referencia a Deuteronomio 18,15)

Más allá de la cruz esta la luz de la resurrección. Pedro quiere inmortalizar el momento pero se trata de un pequeño anticipo, hay que proseguir el camino a Jerusalén, pero ahora con un nuevo rumbo interior de confianza en el testimonio de Jesús…. Otra cosa muy distinta es que ellos, bajando del monte, hubieran entendido lo ocurrido, comprendieran que era resucitar de entre los muertos, aceptaran la muerte de Jesús o entendieran que la meta del Maestro era su meta.

Reflexión: “Escuchadlo” son las palabras con las que Marcos nos presenta la afirmación de que Jesús es necesidad para el discípulo. “Escuchadlo” aun cuando las palabras suenen a cruz y sufrimiento. Aun cuando no comprendamos el cambio de rumbo que toma el Maestro. “Escuchadlo” porque el acontecimiento de Jesús en tu vida puede transfigurarlo todo sin necesidad de echar mano a efectos especiales.

Pienso que todos hemos sentido la presencia luminosa del Señor y que todos hemos tenido experiencia personal de transfiguración… Y pienso, por qué no, que algunos, muchos… hemos bajado del monte sin comprender “ni papa”. Igual es cuestión de ponernos en sus manos y dejarnos hacer por Él.

Caminar, ir a Jerusalén, bajar del monte…. Entiéndelo como ir a la vida de cada uno (realidad) con la experiencia vivida de Jesús-Dios presente en medio de nosotros (transfiguración)

domingo, 21 de febrero de 2021

CARTA DE NUESTRO OBISP0 SOBRE EL TIEMPO DE CUARESMA

 

La Iglesia nos invita un año más a vivir el tiempo cuaresmal como ocasión propicia para avanzar en el camino de la conversión a Dios y a los hermanos. El Santo Padre, en el mensaje publicado con este motivo, nos recuerda a todos los cristianos que la conversión pasa siempre por la renovación de la fe, la esperanza y la caridad.

En todos los momentos de la vida, pero especialmente en el tiempo cuaresmal, los cristianos recibimos la invitación de Dios a creer, a confiar en Él, a abrirle las puertas de nuestro corazón y a dejarle entrar en nuestra existencia. Jesucristo, lleno de gracia y de verdad, viene a nosotros cada día en los sacramentos para que experimentemos la ternura del Padre celestial y para que vivamos en plena fidelidad a su voluntad.

Pero la fe en Jesucristo muerto y resucitado es también una oportunidad para renovar la esperanza. Fe y esperanza caminan íntimamente unidas. Esperar en el Señor y en el cumplimiento de sus promesas nos recuerda que la historia no termina con nuestros errores, violencias e injusticias. La misma contemplación de nuestros pecados a la luz de la fe eleva nuestra esperanza, porque nos invita a experimentar y celebrar el amor, el perdón y la infinita misericordia de nuestro Dios en el sacramento de la reconciliación.

Este perdón recibido de Dios por pura gracia nos mueve a actuar como instrumentos de esperanza y reconciliación en las relaciones con nuestros semejantes. Para ofrecer esperanza a los hermanos, en ocasiones, basta con ser personas amables, que dejan a un lado sus ansiedades y urgencias para prestar atención, para regalar una sonrisa, para decir una palabra de aliento en medio de tanta indiferencia (FT 224).

La caridad, concreción de la fe y de la esperanza, llena de sentido nuestra existencia. Gracias a ella, todos los seres humanos, especialmente los marginados por la sociedad, son reconocidos como miembros de nuestra familia, de la familia de los hijos de Dios. Por eso, cuando compartimos lo poco que somos y tenemos con los demás, experimentamos el gozo del encuentro y la felicidad de la entrega. La caridad, que nos impulsa a cuidar de nuestros semejantes, hemos de mostrarla en todo momento a quienes experimentan sufrimiento, soledad, angustia ante el futuro y paro laboral como consecuencia de la pandemia provocada por el coronavirus. En medio de tanto dolor, el Señor nos grita con infinita ternura: “No temas, yo estoy contigo”.

Con nuestra oración, ayuno y limosna, acompañemos a Cristo en el camino hacia la cruz, dejándonos iluminar por la luz de su resurrección. Así, purificados de nuestros pecados, podremos participar de la alegría y de la vida nueva que Cristo nos regala con su victoria sobre el poder del pecado y de la muerte. 

Con mi sincero afecto y bendición, buen itinerario cuaresmal. 

Fdo: Atilano Rodríguez, Obispo de Sigüenza-Guadalajara

jueves, 18 de febrero de 2021

25 AÑOS DE OBISPO... BODAS DE PLATA DE DON ATILANO

 

Hoy, jueves día 18 de febrero, celebramos el vigésimo quinto aniversario de la ordenación episcopal de nuestro Obispo y pastor don Atilano Rodríguez Martínez, obispo de Sigüenza-Guadalajara desde el 2 de abril de 2011.

Fue ordenado obispo el 18 de febrero de 1996 en la catedral de Oviedo, diócesis en la que fue obispo auxiliar entre 1996 y 2003. Después, de 2003 a 2011 fue obispo de Ciudad Rodrigo.

Don Atilano es asturiano y tiene 74 años (nació el 25 de octubre de 1946, en Trascastro, pedanía de Cangas del Narcea). Las misas que se celebren en la diócesis el jueves 18 de febrero serán por el obispo diocesano con el formulario de la “Misa por el obispo”, prevista en el Misal Romano, en el número 3 de las misas y oraciones por diversas necesidades.

Don Atilano presidirá ese día la eucaristía en la concatedral de Guadalajara a las 19 horas, que será retransmitida por su canal Youtube y por Guadalajara Media TV.

En relación con la celebración diocesana de estas bodas de plata episcopales y las bodas de oro sacerdotales que hizo ya el año pasado, la previsión, en principio, es que sea el sábado 19 de junio en la catedral de Sigüenza, salvo que la situación sanitaria entonces aconsejara u obligara a posponerla a otra fecha por determinar.

EL PACTO DE DIOS

 

Hace años, la sola palabra dada y un apretón de manos eran suficientes para que un contrato se llevara a cabo, se ejecutara lo pactado y tuviera una conclusión acorde a lo hablado. Hoy en día, necesitamos abogados, notarios, firmas, documentos aceptados por ambas partes, revisiones del documento, letra pequeña… con la intención de que quienes firman el contrato o pacto lo cumplan en su integridad. Y no digo que esté mal todos estos trámites, lo que pienso es que el ser humano ha introducido en sus alianzas y acuerdos la sospecha, el engaño y la infidelidad.

La relación de Dios con su pueblo (Antiguo Testamento, Israel y nuevo pueblo, la Iglesia) es siempre un empezar de nuevo. Dios hace una alianza y pacto porque tiene el deseo inagotable e incansable por devolver a sus criaturas e hijos a su estado inicial de la vida, llena de dignidad y fecundidad. El amor de Dios por nosotros es tan grande que se empeña y apuesta por sus hij@s.

Las lecturas de este domingo 1º de cuaresma (ciclo b) nos iluminan. La primera alianza con Noé es un don de Dios, prueba de su amor y gracia, a la que seguirán otras alianzas con Abraham y Moisés, hasta llegar a la Alianza definitiva en Jesucristo. Compete al ser humano responder a este pacto con Dios colaborando en el empeño por la vida, la paz y la armonía de la creación.

La primera lectura (Génesis 9, 8-15) nos sitúa tras el diluvio y con una mirada al futuro: Dios hace un pacto y compromiso de no volver a destruir el mundo aunque haya hombres buenos y malos. Esta alianza con Noé tiene una dimensión universal donde restaura el Señor la bendición primordial y primera tanto con los hombres como con los animales y la creación. Retira la maldición de la tierra, renueva relaciones, bendice y promete su asistencia para siempre y se autoimpone un memorial, un recordatorio y un propósito de no volver a castigar cuya señal será el “arco iris”

El evangelio (Marcos 1,12-15) de forma breve y sobria, en una primera parte, nos presenta  que “el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás” (versículos 12-13) El desierto y los cuarenta días evocan el camino de Israel por el desierto durante cuarenta años, hasta llegar a la tierra prometida. Jesús vuelve a revivir la experiencia de Israel. Pero mientras que el pueblo desconfió, murmuró y tentó a Dios, Jesús demuestra que está completamente entregado al plan de Dios y permanece fiel en la prueba.

Los versículos 14-15 «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.» Fueron explicados en un artículo anterior que podéis encontrar en este enlace:

https://parroquiabeataguadalajara.blogspot.com/2021/01/conversion-fe-vocacion.html

Reflexión: El desierto es el escenario donde Jesús demuestra su capacitación y entrega al servicio del Reino. El evangelio es el compendio de su misión. Cuaresma es tiempo de camino, de encuentro con Dios, de conversión constante y permanente a Dios. Cuaresma es vivir abiertos al pacto de amor que Dios hace con nosotros, es mirar a Dios y desde Él iluminar nuestros pasos (acciones). Muchas veces tendremos que hacer tiempo de silencio y desierto porque los ruidos y tentaciones del mundo siguen presentes y nos proponen NO cumplir la Alianza hecha con Dios.

Jesús, con su ejemplo, nos invita a vivir el desierto como oportunidad para la fidelidad; nos invita a creer en la Buena Noticia de que Dios mantiene su promesa de estar en medio de tu historia para reanudar una nueva relación contigo. Dios sigue apostando y empeñándose, con paciencia, por ti para que puedas reencontrar la armonía cumpliendo la voluntad de Dios.

Por último, caminar por el camino de Jesús, el camino de cumplir la voluntad del Padre conlleva unas exigencias, como por ejemplo: escuchar la voz de Dios, comprometernos en un mundo que vive en conflictos, atender necesidades espirituales y materiales de nuestros herman@s, fidelidad al pacto, fiarse de la mano de Dios, restablecer relaciones perdidas…

Ahora es tu “momentazo” para que pienses, como Noé y Jesús, qué hacer para que renazca un mundo nuevo.

SIMBOLO DE CUARESMA EN LA BEATA

 

Ha comenzado, con el miércoles de ceniza, en la Iglesia un camino de gracia y regalo de Dios, que es CUARESMA. Son 40 días de preparación interior para resucitar con Jesús en la mañana de Pascua. Por ello no te detengas en el caminar hacia la Vida, no pienses que el final del camino se encuentra en la cruz. Getsemaní y el Gólgota es el paso necesario para poder resucitar, pero la pasión y la muerte de Cristo no es el final del camino. El sendero de cuaresma está presidido por la esperanza de que al final el sepulcro, excavado en roca, está vacío

En nuestra parroquia de la Beata, el equipo de liturgia ha querido ayudarnos a comprender este “camino cuaresmal” y lo ha hecho visible con la presentación de un símbolo que preside el altar mayor del templo, con la intención de vivir la cuaresma 2021con una renovada ilusión.

El color morado significa el tiempo de conversión.

La tela de color blanco es el camino de luz que, tras la muerte, nos llevará a la VIDA que nos proporciona la resurrección de Jesucristo.

Ramas de color verde: Comenzando por el miércoles de ceniza y domingo tras domingo se nos irán presentado actitudes que los evangelios nos invitan a vivir e intensificar: 1.- Buscar a Dios en el interior, 2.- Conversión 3.- Compromiso 4.- Oración 5.- Caminar hacia la Vida  6.- Seguimiento. Estas actitudes estarán colocadas en una rama verde, para que después de toda la cuaresma el árbol seco vaya tomando color de esperanza.

Os deseamos una feliz cuaresma y que este símbolo nos ayude a toda la comunidad a sentir que Dios que habita en lo secreto de nuestro corazón acompaña nuestros pasos.

miércoles, 17 de febrero de 2021

SOLIDARIDAD EN EL MIERCOLES DE CENIZA

 

El día 17 de febrero, desde el programa de integración de caritas diocesana Sigüenza-Guadalajara, en colaboración con caritas de nuestra parroquia de la Beata María de Jesús y gracias a la solidaridad del bar “Juanita Banana” de nuestra localidad de Guadalajara, han sido repartidas 50 menús entre 20 familias del barrio, con el deseo e intención de que quienes han podido disfrutar de este gesto sientan el calor, el cariño y la generosidad de personas e instituciones que desde la caridad dan sentido a su vida.

Ayudaron a llevar a cabo esta acción solidaria tres voluntarios (Francisco, Borja y Gracia)

Agradecemos este gesto de caridad en este día de Miércoles de Ceniza, en el que se nos pide desde el camino cuaresmal que ofrezcamos lo mejor de nosotros mismos para que el prójimo sienta que Dios lo ama como hijo.

lunes, 15 de febrero de 2021

MENSAJE DE CUARESMA 2021 DEL PAPA FRANCISCO

 

El Papa Francisco nos invita a que la Cuaresma sea “camino de conversión y oración, y para compartir nuestros bienes” Y lo hace mediante el mensaje de cuaresma 2021 titulado Miren, estamos subiendo a Jerusalén… (Mt 20,18). Cuaresma: un tiempo para renovar la fe, la esperanza y la caridad

Comienza Francisco recordando que el Señor muestra a sus discípulos el sentido de su misión y les invita a asociarse a su Pasión y Resurrección. Por ello, Cuaresma es tiempo de conversión, de renovación de la fe, la esperanza y caridad. Y las prácticas cuaresmales de ayuno, oración y limosna, son las condiciones y la expresión de nuestra conversión.

El papa divide el mensaje en tres partes:

1.- La fe nos llama a acoger la Verdad y a ser testigos, ante Dios y ante nuestros hermanos y hermanas.

Cuaresma es tiempo para vivir la Verdad, es decir, ante todo dejarse alcanzar por la Palabra de Dios desde la inteligencia del corazón que se abre a la grandeza de Dios.

El ayuno como experiencia de privación, lleva a descubrir el don de Dios y a comprender nuestra realidad de criaturas. El ayuno, entendido como hacerse pobre con los pobres contribuirá a amar a Dios y al prójimo, nos liberará de lo que nos estorba y nos posibilitará abrir el corazón a Dios para que haga morada en nosotros.

2. La esperanza como “agua viva” que nos permite continuar nuestro camino.

Al anunciar su pasión y muerte Jesús ya anuncia la esperanza, cuando dice: “Y al tercer día resucitará” (Mt 20,19). Jesús nos habla del futuro que la misericordia del Padre ha abierto de par en par. Esperar con Él y gracias a Él significa saciarnos del perdón del Padre. El tiempo de Cuaresma está hecho para esperar, para volver a dirigir la mirada a la paciencia de Dios, para recibir el perdón y difundirlo mediante nuestras palabras de aliento, que reconfortan, que fortalecen, que consuelan, que estimulan. Y gestos amables que dejan a un lado sus ansiedades y urgencias para prestar atención.

En la oración y el silencio recibiremos la esperanza como luz interior que iluminara nuestros desafíos y decisiones de nuestra misión. Por esto es fundamental recogerse en oración (cf. Mt 6,6) y encontrar, en la intimidad, al Padre de la ternura.

Vivir una Cuaresma con esperanza significa sentir que, en Jesucristo, somos testigos del tiempo nuevo, en el que Dios “hace nuevas todas las cosas” (cf. Ap 21,1- 6). Significa recibir la esperanza de Cristo que entrega su vida en la cruz y que Dios resucita al tercer día, “dispuestos siempre para dar explicación a todo el que nos pida una razón de nuestra esperanza” (cf. 1 P 3,15).

3. La caridad, vivida tras las huellas de Cristo, mostrando atención y compasión por cada persona, es la expresión más alta de nuestra fe y nuestra esperanza. 

La caridad se alegra de ver que el otro crece y sufre cuando el otro está angustiado: solo, enfermo, sin hogar, despreciado, en situación de necesidad… La caridad es el impulso del corazón que nos hace salir de nosotros mismos y que suscita el vínculo de la cooperación y de la comunión. La caridad es don que da sentido a nuestra vida y gracias a este consideramos a quien se ve privado de lo necesario como un miembro de nuestra familia, amigo, hermano.

Vivir una Cuaresma de caridad quiere decir cuidar a quienes se encuentran en condiciones de sufrimiento, abandono o angustia a causa de la pandemia de COVID- 19. Ofrezcamos con nuestra caridad una palabra de confianza, para que el otro sienta que Dios lo ama como a un hijo.

Finaliza el mensaje con estas palabras: Queridos hermanos y hermanas: Cada etapa de la vida es un tiempo para creer, esperar y amar. Este llamado a vivir la Cuaresma como camino de conversión y oración, y para compartir nuestros bienes, nos ayuda a reconsiderar, en nuestra memoria comunitaria y personal, la fe que viene de Cristo vivo, la esperanza animada por el soplo del Espíritu y el amor, cuya fuente inagotable es el corazón misericordioso del Padre.

Te ofrezco este enlace para que puedas leer el mensaje completo:

https://alfayomega.es/texto-completo-del-mensaje-del-papa-francisco-para-la-cuaresma-2021/

HOJA ALEGRIA. CICLO B. TIEMPO DE CUARESMA

5º DOMINGO CUARESMA. HOJA ALEGRÍA Nº 111

4º DOMINGO CUARESMA. HOJA ALEGRÍA Nº 110


3º DOMINGO CUARESMA. HOJA ALEGRÍA Nº 109

2º DOMINGO CUARESMA. HOJA ALEGRÍA Nº 108

1º DOMINGO CUARESMA. HOJA ALEGRÍA Nº 107

jueves, 11 de febrero de 2021

MANIFIESTO DE MANOS UNIDAS CONTRA EL HAMBRE 2021


ORACIÓN DEL HAMBRE. MANOS UNIDAS

 

Si por diversas razones no puedes acudir a la oración de Manos Unidas que se celebrará en la parroquia de San Juan de Ávila el viernes día 12 a las 19,30 h, te ofrezco esta oración para que la puedas realizar en comunidad o en soledad y te unas espiritualmente.

ü INTRODUCCIÓN

Nos unimos en oración a nuestro Padre Dios, en esos momentos en los que nos sentimos amenazados por la pandemia del Covid 19, que nos pone en contacto con nuestra propia vulnerabilidad.

Millones de personas sufren esta pandemia en el mundo, y muchos de ellos unido a las otras pandemias que ya han ido padeciendo a lo largo de su vida, unidas todas ellas a la gran pandemia del hambre.

En nuestra oración queremos pedir por estos hermanos nuestros para que puedan vivir dignamente, y queremos pedir también por nosotros, para que no se nos cierre el corazón ante el dolor ajeno, y seamos capaces de abrirlo a las necesidades y al cuidado amoroso del otro, de nuestro hermano, en particular de los que viven sumidos en la pobreza y el hambre en los países empobrecidos.

Queremos recordarles hoy en nuestra oración, y pedir a nuestro Padre Dios para que nos contagie de amor fraterno, de solidaridad, de salir de nosotros mismos para ser capaces de buscar al hermano y trabajar para que viva dignamente

Frente al mido a ser contagiado por la pandemia, nosotros queremos contagiar, contagiar solidaridad, esperanza, y ofrecer la vacuna contra la indiferencia, llamando a la solidaridad y al amor fraterno.

Y para comenzar y acercarnos más a las realidades que viven millones de hermanos nuestros vamos a ver el video de la Campaña de este año, que comienza

ü VIDEO DE CAMPAÑA 

https://www.youtube.com/watch?v=NNLhJPSUYrI

ü LECTURA  DEL EVANGELIO (Lc 10,25-37).

TIEMPO DE SILENCIO: Deja que tu corazón sienta saboreé esta Palabra de Dios y examina  quienes son los “apaleados” de nuestro mundo. Examina si alguna vez has sentido que eres apaleado.

Reflexionemos: ¿Cuándo he sido herido?, ¿tengo algo de salteador?, ¿paso de largo, frente a las heridas del otro?, ¿Cuándo soy samaritano?

ü ESCUCHAMOS AL PAPA FRANCISCO

Puestos en camino nos chocamos, indefectiblemente, con el hombre herido. Hoy, y cada vez más, hay heridos. La inclusión o la exclusión de la persona que sufre al costado del camino define todos los proyectos económicos, políticos, sociales y religiosos. Enfrentamos cada día la opción de ser buenos samaritanos o indiferentes viajantes que pasan de largo. Y si extendemos la mirada a la totalidad de nuestra historia y a lo ancho y largo del mundo, todos somos o hemos sido como estos personajes: todos tenemos algo de herido, algo de salteador, algo de los que pasan de largo y algo del buen samaritano”. (69)

Reflexionemos: ¿Cómo puedo yo apoyar y hacerme cargo de mi hermano? ¿Puedo hacerlo solo?  ¿Cuál es mi compromiso y  junto a quien quiero hacerlo? 

ü CANCIÓN Salomé Arricibita “Dime cómo ser pan”

https://www.youtube.com/watch?v=rQQRt4G9Zb8

ü PADRE NUESTRO

ü ORACION FINAL

Señor de la vida, Dios Padre de todos los hombres. Te damos gracias por los bienes que nos has regalado, te pedimos que nos hagas sensibles a las necesidades de nuestros hermanos y que con corazón generoso seamos capaces de compartir lo que somos y lo que tenemos.

Que busquemos construir el bien común, teniendo en cuenta a los otros, buscando como propio el bienestar de los demás, defendiendo los derechos, trabajando por la justicia.

Líbranos Señor del pecado de la indiferencia ante el dolor del hermano.

Te pedimos por todos los hombres y mujeres de la tierra, que sumidos en esta situación de pandemia, viven agobiados por la enfermedad y las pérdidas sufridas.

Llena nuestro corazón de amor fraterno y de solidaridad, encaminando siempre nuestros pasos para construir entre todos el sueño de Dios una humanidad hermana, o como tú lo llamaste, el Reino de Dios.

miércoles, 10 de febrero de 2021

DEL DESCARTE A LA DIGNIDAD

 

No sé si en la ciudad en la que vives has podido ver un cartel que está expuesto en la calle, pertenece a una ONG y contiene esta frase: “Hay algo que da más miedo que las vacunas… No tenerlas” También en las puertas de nuestras Iglesias, este fin de semana, podemos ver otro cartel, en esta ocasión de Manos Unidas, que nos comunica este mensaje: “Contagia solidaridad para acabar con el hambre“. Esto me ha hecho pensar en las lecturas de este domingo sexto del Tiempo Ordinario (ciclo b)

Desnudar a una persona de su dignidad, sea cual sea la razón y el método empleado, es la acción más denigrante que puede realizar el ser humano contra el propio ser humano. Alentar y promover que una persona quede excluida de la sociedad, de la familia o de la comunidad a la que pertenece y en la que vive, es el mayor de los pecados contra la fraternidad que se pueden realizar. Considerar a un hombre o mujer como un “desecho” o “sobrante”, “un muerto viviente” es fruto de mentes perversas e impregnadas de maldad. Descartar es más que explotar y oprimir. Descartar es excluir, tirar fuera.

Podríamos pensar que esta cultura del descarte es algo del pasado, de épocas anteriores. Podríamos pensar que en nuestra sociedad del siglo XXI no hay lugar al “descarte”, pero mientras exista la concepción de que el ser humano es en sí mismo un bien de consumo que se puede usar y después tirar, no se habrá erradicado esta lacra. Mientras existan grandes masas de población que se ven excluidas y marginadas: sin trabajo, sin horizontes, sin salida, sin alimento…debido al juego de la competitividad, de la ley del más fuerte, donde el poderoso se come al débil, tendremos que reconocer que somos una sociedad aún NO desarrollada, porque el bien más preciado de la creación, que es el ser humano, es considerado un desecho. Mientras existan carteles como los que te decía al inicio de este artículo o exista Manos Unidas o Caritas…. Habrá que, desgraciadamente, reconocer que en nuestra sociedad hay mucho de descarte y poco de dignidad.

En el evangelio de este domingo (Marcos 1,40-45) encontramos a Jesús que, desde la oración y el silencio, en descampado y de madrugada, relanza su misión aboliendo toda clase de fronteras que dividen al ser humano. Las físicas de Cafarnaúm y las humanas sanando a un enfermo de lepra.

Como nos indica la primera lectura (Levítico 13, 1-46) el leproso era considerado el gran marginado, descartado y segregado. La lepra era la gran muralla social, una enfermedad que sólo Dios podía curar (Números 12,13) y que llevaba a quien contraía esa enfermedad en la piel a: ser apartado de la comunidad, a vivir solitario en el campo, a avisar de su presencia desde lejos para que nadie fuera contaminado de impureza, a ser repudiado por su familia y a ser un intocable, un muerto andante, ya que no podía nadie ni siquiera hablar con él y menos aún tocarle.

Jesús, siempre dispuesto a liberar y a devolver la dignidad robada, ante la petición humilde del “impuro” no repara en tocar lo intocable y en lugar de quedar contaminado de impureza comunica su propia pureza. El segregado y descartado queda reintegrado y acogido, quien estaba abocado a la muerte recupera la vida, la dignidad. Y aquel que ha experimentado el poder integrador y salvador de Jesús se convierte en profeta.

Reflexión: Este hecho de la liberación de la impureza de quien era considerado impuro y descartado, resume los relatos de milagros narrados hasta el momento y nos ofrece un mensaje de la esperanza que supone para el ser humano el Reino de Dios.

1.- Este Reino de Dios anunciado por Jesús con palabras y obras coloca en el centro a la persona. Las leyes y normas están promulgadas para ayudar al hombre, no a la inversa. Esto supone un cambio de “rol”. Para ti y para mí, discípulos de Cristo, ya no hay frontera que divida a los hombres, ya no hay “puros” e “impuros”. Catalogar y poner “posit” a los seres humanos, como si se tratara de nuestra nevera de casa, no es cristiano.

2.- “Sintió lástima, extendió la mano y le toco” No se conforma el Maestro con decir que pena, mirar para otro lado y seguir su camino. Jesús le escucha, le atiende, le da seguridad, le levanta de su postración y no pasa de largo ante el sufrimiento humano sino que le acoge, le devuelve su dignidad y le sana sus heridas.

3.- Por último, aquel que era considerado impuro, una vez devuelto a la vida se convierte en discípulo-testigo: “empezó a divulgar el hecho”

Si te consideras leproso Jesús es tu liberación, si te consideras cristiano… pues ya sabes al buen entendedor pocas palabras le hacen falta, aunque palabras en este artículo hay y demasiadas. Perdón por la extensión.

sábado, 6 de febrero de 2021

MANOS UNIDAS 2021: “CONTAGIARNOS DE SOLIDARIDAD”

 

Este año 2021, Manos Unidas nos propone el lema: “Contagia solidaridad para acabar con el hambre” Como ciudadanos del Reino debemos contagiarnos de solidaridad y contagiar a nuestros herman@s y comunidad parroquial, para que como hijos de Dios construyamos una autentica fraternidad universal.

Los más pobres no sólo viven la pandemia sanitaria que azota al mundo, sino que, además, padecen diversas pandemias sanitarias (dengue, malaria, tifus…) a la que hay que unir la pandemia del hambre. Podríamos alcanzar la cifra escandalosa de 1000 millones de personas que padecen hambre.

Manos Unidas, desde hace más de 60 años, tiene el compromiso, guiados por el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia, de luchar contra las múltiples facetas de hambre y pobreza, mediante proyectos concretos y a través de la denuncia y difusión de las causas que producen esta situación.

Mejorar las condiciones de vida de muchas personas solo se puede hacer desde el compromiso, que pide que, cada día, vivamos la justicia, el amor, la solidaridad y la preocupación por el otro. La esperanza nos animará en la construcción de un mundo mejor.

Os recuerdo las actividades que se van a realizar con motivo de la Campaña de Manos Unidas 2021.

11 DE FEBRERO DIA DEL ENFERMO

 

El Papa San Juan Pablo II, el 13 de mayo de 1992, quiso instituir la Jornada Mundial del Enfermo y que se celebre cada año el 11 de febrero, día en que celebramos la memoria litúrgica de la Virgen de Lourdes. En la Carta con ocasión de la institución de la Jornada Mundial del Enfermo, nos explica la elección de la fecha de esta Jornada Mundial y su objetivo.

Entre los objetivos de esta jornada del enfermo se encuentra el  “Sensibilizar al pueblo de Dios y a la misma sociedad civil, ante la necesidad de asegurar la mejor asistencia posible a los enfermos”

Debemos como cristianos, discípulos de Jesús, y como comunidad parroquial comprometernos en ayudar a nuestros enfermos y a quienes sufren, en cualquiera de sus facetas, a vivir en la esperanza. Y para ello seamos personas que acompañemos en el dolor, dedicando tiempo a escuchar los gritos de lamento de los herman@s. Que nuestros gestos, acciones y palabras surjan del silencio y de la oración, para que no sean nuestros gestos, acciones o palabras los que resplandezcan sino los del Maestro Jesús, que supo coger de la mano, levantar y acompañar.

En nuestra parroquia el jueves 11 de febrero, la oración ante el Santísimo a las 18,30 h y la Eucaristía a las 19,00 h serán ofrecidas por todos los enfermos, cercanos y lejanos, para poner rostro concreto a quienes conviven con el dolor. Os invito a participar.

Igualmente os invito a leer el mensaje del Papa Francisco con motivo de esta jornada. Lo encontráis en este enlace:

https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2021/01/12/jorn.html

jueves, 4 de febrero de 2021

CAMPAÑA DE MANOS UNIDAS 12 AL 14 DE FEBRERO 2021: AYUNO VOLUNTARIO, ORACIÓN Y CARIDAD

Se acerca ya la próxima campaña anual de Manos Unidas contra el hambre 2021, este año en su 62 edición, bajo el lema “Contagia solidaridad para acabar con el hambre”, contagiándonos y contagiando el amor al prójimo.

Podríamos alcanzar en este año la cifra escandalosa de 1000 millones de personas que padecen la pandemia del hambre. Por ello, desde Manos Unidas, hacemos un llamamiento especialmente de ayuda en este 2021, en que la pobreza aumenta y los recursos económicos para apoyar los proyectos de desarrollo son cada vez más limitados.

Os informamos que la campaña de Manos Unidas contra el hambre 2021 ya está en marcha. Celebraremos durante el fin de semana del 12-14 en la Parroquia de San Juan de Ávila, las actividades del lanzamiento de campaña.

ü Viernes 12 de febrero día del ayuno voluntario en el que reducimos nuestra comida y aportamos su valor. Después de la Eucaristía, a las 19:00 h, oración y lectura del manifiesto de denuncia y a favor de nuestro compromiso.

ü Sábado 13 se celebrará la Eucaristía de la campaña a las19:00 h. en la Parroquia de San Juan de Ávila, presidida por D. Atilano Rodríguez, obispo de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara.

ü Domingo 14 de febrero en todas las parroquias y comunidades, celebraremos la jornada de Manos Unidas, las colectas de este domingo íntegramente serán para ayudar a los más vulnerables y pobres del mundo.

Contra el virus de la indiferencia en Manos Unidas contagiamos solidaridad, esperanza, ilusión, trabajo, cambios de vida, porque la verdadera, la única vacuna contra la pandemia de la desigualdad es la solidaridad. Por ello animamos a todos: “Contagia solidaridad para acabar con el hambre”.

GRITO Y LAMENTO

Foto: Obra "El Grito" del autor Edvard Munch 

Si le preguntas a un niño (y no tan niño) qué hizo Jesús mientras vivió en el mundo, desgraciadamente no creo que te hable del “Sermón de la Montaña”, sino que posiblemente su respuesta, en un alto porcentaje, sea “hizo milagros, curó a enfermos” y si le preguntas a qué enfermo sanó posiblemente diga a un ciego o a un paralitico… Ahora bien si le preguntas por qué realizaba esos milagros, salvo honrosas excepciones, no te sabrá responder. Si recuerdas la reflexión del domingo pasado decíamos que el objetivo o la razón por la que Jesús realizaba estos signos era para ejemplarizar su enseñanza del Reino de Dios y suscitar la fe.

En este domingo quinto del tiempo ordinario ciclo b encontramos de nuevo a Jesús en la ciudad de Cafarnaúm, tras haber enseñado y curado a una persona en la sinagoga y en sábado. Ahí mostró la enseñanza del Reino de Dios con palabras y obras, una nueva visión de Dios, del ser humano, del mundo. Una nueva forma de vivir basada en la libertad, la paz y la justicia que generaba esperanza y hacía que la gente se preguntara asombrada por esta nueva forma de enseñar, que no era como la de los letrados.

La enfermedad, el sufrimiento físico o del corazón, el dolor en sus múltiples facetas pone de manifiesto uno de los grandes enigmas y preguntas del ser humano…. El sentido de la vida. Y este es, para mí, el tema que las lecturas de este domingo nos presentan.

En la primera lectura (Job 7, 1-4.6-7) Job se dirige a Dios en un momento de sufrimiento extremo, donde nada parece tener sentido, y lo hace inevitablemente desde el grito, el lamento. En este grito utiliza varias imágenes el jornalero que trabaja de sol a sol con la única esperanza de la recompensa del salario o el esclavo que su único alivio es ansiar un poco de sombra para su descanso. Pero Job siente que su situación aún es peor porque no espera ni siquiera un alivio, para él las noches son interminables y su vida pasa veloz pues no tiene remedio su enfermedad “Mis días corren más que la lanzadera y se consumen sin esperanza” (Job 7,6)

En el evangelio (Marcos 1,29-39) se presenta a Jesús situado en el centro de una humanidad sufriente. Acude con Santiago y Juan a casa de Pedro donde, de forma sencilla, como dictada por una persona presente , sin espectacularidad pero con gestos muy simbólicos (cogió de la mano y  levantó) curará a la suegra de Pedro, quien inmediatamente se puso a servirles. En la puerta de la calle también realizará signos liberadores… para terminar la jornada en soledad y en oración que forman parte del ministerio de Jesús y son fuente y culmen de su acción.

Reflexión: Las lecturas de este domingo nos ponen frente al dolor y nuestra mirada a Dios en momentos de sufrimiento extremo. Leyendo el libro de Job, el problema del dolor parece que no encuentra una verdadera respuesta. Ni siquiera la jornada modelo de Jesús en Cafarnaúm donde cura a muchos, pero no a todos, ofrece una solución al dolor. Será la muerte y la resurrección de Jesús la que transforme la muerte –expresión suprema del dolor– en Vida. Y esto es para los creyentes el motivo de esperanza. El dolor que se expresa en diferentes gritos y lamentos, se convierte en esperanza; la muerte no es la palabra definitiva.

La nueva mirada, a la que nos invita la presencia del Reino de Dios entre nosotros, revela que el poder de Jesús levanta al hombre de su estado de postración para encaminarle sobre el sendero del servicio, que es el sendero de todo discípulo y que se nos muestra en la actitud de la suegra de Pedro (“Se le pasó la fiebre y se puso a servirles”)

Te invito a que desde esta forma de entender los lamentos y gritos de la humanidad seas tú persona que acompañe en el dolor, que anuncie la esperanza en medio del sufrimiento, que dediques tiempo a escuchar los gritos de lamento de los herman@s y que tengas los gestos de Jesús: coger de la mano y levantar… porque para el cristiano no hay enfermedades, sino enfermos; no hay sufrientes anónimos, sino rostros concretos que conviven con el dolor.

Por ultimo no quiero dejar pasar la oportunidad de invitarte a la soledad y oración, que ella esté presente en la agenda de tus actividades y compromisos. Con la oración Jesús es enviado y lanzado a seguir su misión «Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido.» Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios»