domingo, 28 de junio de 2020

ORACIÓN... ADORA Y CONFÍA (Teilhard de Chardin, sj )


No te inquietes por las dificultades de la vida,
por sus altibajos,
por sus decepciones,
por su futuro más o menos sombrío.

Desea aquello que Dios desea.
Ofrécele en medio de inquietudes y dificultades
el sacrificio de tu alma sencilla que,
pese a todo, acepta los designios de su providencia.

Poco importa que te consideres un frustrado,
si Dios te considera plenamente realizado; a su gusto.
Entrégate con confianza ciega en este Dios que te quiere para Él.
Y que llegará hasta ti, aunque no le veas nunca.

Piensa que te encuentras en sus manos,
más fuertemente sostenido,
cuando más decaído y triste te encuentres.

Vive feliz. Te lo suplico.
Vive en paz.
Que nada te turbe.
Que nada sea capaz de quitarte tu paz.
Ni el cansancio psíquico. Ni tus fallos morales.

Haz que surja,
y conserva siempre sobre tu rostro, una dulce sonrisa, 
reflejo de aquello que el Señor continuamente te dirige.

Y en el fondo de tu alma coloca, antes que nada, 
como fuente de energía y criterio de verdad, 
todo aquello que te llene de la paz de Dios.

Recuerda: Todo aquello que te reprima e inquiete es falso.
Te lo aseguro en nombre de las leyes de la vida y de las promesas de Dios.
Por eso, cuando te sientas afligido, triste, adora y confía.
(Teilhard de Chardin, sj )

viernes, 26 de junio de 2020

TODOS EN MISIÓN


Las lecturas, que en este domingo (XIII Tiempo Ordinario. ciclo a) la Iglesia proclama, están ambientadas en un contexto de “misión”. Las palabras que se nos ofrecen debemos aplicarlas a todos los miembros de la comunidad cristiana, no sólo a los apóstoles, porque la tarea de anunciar el evangelio pertenece a toda la comunidad.
Sería un grave error que pensáramos que nuestra actitud de bautizados es pasiva, es decir esperar de brazos cruzados a qué otros, especialmente los sacerdotes y/o religios@s, nos anuncien la Buena Noticia del Reino sin nosotros mover un dedo. 
Más bien, entandamos que, desde el bautismo, somos elegidos por Jesús para ser profetas, apóstoles y misioneros de su propio mensaje en donde nos encontremos y con los carismas que poseemos.
Padres y madres, hij@s, matrimonios, abuelos y jóvenes, sacerdotes y seglares…. Todos somos “discípulos misioneros” en los ambientes de familia, trabajos, colegio – institutos, amistades…

Sólo se nos pedirá encontrarnos con Jesús y con la alegría que proporciona su mensaje para ser “PROFETA no de desventuras sino testigo y heraldo de alegría. Una alegría que hay que compartir con los demás; una alegría contagiosa que hace menos fatigoso el camino de la vida(Papa Francisco Ángelus 17 diciembre 2017)

En la primera lectura de este domingo (2ª Reyes 4, 8,11.14-16) encontramos al profeta Eliseo, carismático y milagrero, en el que se cumple la antigua ley de la hospitalidad, que consistía en acoger en casa a los “hombres de Dios” y que ocho siglos más tarde lo recogerá san Mateo en su evangelio capítulo 10: “El que recibe a un profeta por ser profeta tendrá paga de profeta...”

El evangelio (Mateo 10,37-42) tiene dos partes bien diferenciadas.

a) La primera de ellas (versículos 37-39) nos habla de las exigencias para ser apóstol. Lo hace bajo la frase “no es digno de mi” que es manifestada tres veces a modo de estribillo.
Se plantea la alternativa de tener que elegir entre Jesús y la propia familia, las propias seguridades y nuestros propios valores. Son exigencias dolorosas y arriesgadas porque se nos invita a imitar la entrega de Jesús para poder alcanzar así una vida en plenitud. “Tomar la cruz y seguirle” simboliza el comprender el seguimiento del Maestro como un camino de unión con Jesús que lleva incluso a participar de su entrega pascual. Y para ello tendremos la exigencia de cambiar nuestra escala de valores

b) La segunda parte del evangelio (versículos 40-42) se refiere a la recompensa que obtendrán los que reciben a Jesús y a sus mensajeros. Lo engloba en cuatro grupos de personas: apóstoles, profetas, justos y pequeños. A través de ellos podemos descubrir las personas que formaban la comunidad de Mateo.
Apóstoles: son los mensajeros del evangelio que continuaban la misión de Jesús. No solo enviados del Señor sino sus representantes, ya que quien los recibe a ellos recibe a Jesús.
Profetas: eran los que ejercían la misión itinerante de predicar.
Justos: designaba probablemente a los cristianos procedentes del judaísmo que vivían en el seno de la Iglesia su fidelidad a la ley de Moisés.
Pequeños: podría designar al grupo de discípulos en procesos de maduración, débiles en la fe y fáciles de escandalizar

Reflexión: Los enviados a la misión, no sólo son los apóstoles, sino también los profetas, justos y pequeños que forman la comunidad. No restrinjamos a los curas y monjas de nuestra Iglesia la misión de enseñar y proclamar el mensaje de Cristo. La tarea y misión, que es de todos los que formamos la comunidad, es la misión de Jesús que tiene como fundamento la entrega generosa.
Todos somos discípulos porque todos somos Iglesia. Ahora bien, discípulos que asumimos la exigencia de ser “otros cristos en el mundo”.
No anunciamos dogmas, ni vidas de santos, ni milagros… sino que anunciamos a Jesús y lo hacemos enviados por Él. 
Ahora bien, para anunciar al Señor hay que identificarnos con Él. Dice un proverbio rabínico: “el enviado de un hombre es como si fuera el mismo”, pero recordemos que no somos nosotros la luz, sino mensajeros de la luz.

Os invito a meditar estos puntos:

ü Jesús nos ha visitado y redimido con una fuerza de salvación que nos libera desde la misericordia.
ü La liberación que nos ofrece Jesús nos debe llevar a anunciarla a todos los pueblos, preparando su camino.
ü Jesús es el sol que ilumina nuestras sombras y nos guía.

viernes, 19 de junio de 2020

QUE EL MIEDO TE TENGA MIEDO


El miedo es definido como “la sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario”. Igualmente podría decir que miedo es el movimiento interior que se produce ante un mal probable e inmediato.
Creo que esta sensación de angustia todo hombre y mujer la hemos percibido a lo largo de nuestra vida aunque se manifieste de diversas formas, tantas como seres humanos existen.
No quiero, ni pretendo en este articulo, definir las clases de miedos y sus consecuencias psicológicas. Pero sí reconozco que existe miedo provocado por diversas causas como: la soledad, lo desconocido, el futuro, la grave responsabilidad, tomar decisiones equivocadas o a fallar en la vida; tal vez miedo al fracaso, a las malas interpretaciones de los demás, a que te hieran o te traicionen; o miedo a tu propia debilidad, al sufrimiento, a la enfermedad, al dolor, a la muerte... Y miedo a la misión de apóstoles
Por último, personalmente pienso, dado que no soy un especialista en la materia, que el miedo tiene el poder de paralizarnos hasta el punto de no avanzar, ni echar un pie adelante, porque quedamos en situación de: estancados en chock

Las lecturas de hoy son toda una provocación ya que nos gritan “No tengas miedo” ¡Cuidado no nos equivoquemos!, NO nos gritan que eres creyente – cristiano y en tu vida no se van a dar las dificultades, los problemas, las situaciones paralizantes, las contrariedades… SINO QUE nos invitan a afrontar la vida con una actitud nueva que pueda vencer el miedo.

En la primera lectura (Jeremías 20,10-13) nos encontramos con el profeta inmerso en un desgarro sicológico, ya que crece la oposición contra él. La vocación de Jeremías como anunciador de desgracias solo le ha ocasionado burlas, oprobio y desprecio.
¿Por qué no abandona entonces esta misión? Sencillamente porque no puede. Tan vivo es el fuego de la presencia de Dios en su interior que no puede suprimirlo: su vida es ser profeta.
Jeremías está viviendo una crisis existencial, de sentido de su vida.
Sin embargo Jeremías, en esta situación, (versículos 11-13) hace un himno de alabanza al Señor que salva. No nos ofrece un final feliz al momento del dolor, sino que es una expresión del momento real de crisis en el que se encuentra, sabiendo que el Señor sondea el corazón afligido y tienes planes de salvación.

El evangelio (Mateo 10,26-33) hay que encuadrarlo en una ambientación misionera. El “no temáis”, que parece en este texto tres veces, son palabras de consuelo que Jesús dirige a sus discípulos para que superen el miedo y la angustia que trae consigo la persecución. Va acompañada de tres motivaciones.

1) El miedo no debe impedir la proclamación abierta del mensaje que Jesús les ha encargado anunciar, porque este mensaje será conocido por todos (versículos 26-27)
2) Lo decisivo no es que los hombres puedan quitarles la vida, sino que arruinen la Vida definitiva. (versículo 28)
3) La última motivación se encuentra en la confianza que los discípulos tienen que tener en Dios, a quien reconocen e invocan como Padre.
La solicitud de este Padre llega hasta extremos insospechados y para ilustrarlo Jesús pone el ejemplo del Padre que cuida de los pájaros más pequeños e insignificantes y que tiene contados hasta los cabellos de los discípulos por los que ni ellos mismos se preocupan.

Reflexión: Para afrontar la vida sin miedos, Jesús nos ofrece, en primer lugar, la visión de Dios como Padre que nos cuida y se ocupa de nosotros. No sólo somos criaturas suyas, sino que tenemos  los creyentes la certeza de ser hijos de Dios.
Y esta certeza es lo que fundamenta la misión y hace que ésta no se detenga ante las dificultades

En segundo lugar, Jesucristo nos anima a la confianza como el arma para vencer miedos que nos paralizan. Vuelvo a repetir lo dicho en otros artículos de este blog, descubrir la actuación de Dios en nosotros y cómo Él nos ha ido bendiciendo a lo largo de nuestra historia, va ayudarnos a superar los miedos porque descubriremos que Dios está presente, nos acompaña, camina con nosotros y nos libera.

En tercer lugar contemplemos que Dios es pastor que apacienta, reúne, toma en brazos. Que Dios sondea el corazón del afligido y que como una madre nos acaricia y nos sienta en sus rodillas…
Por ello, el salmo responsorial nos invita a la oración y a sentir que nuestra súplica es escuchada por el Señor compasivo, fiel, bondadoso… y Él hará revivir nuestros corazones.

miércoles, 17 de junio de 2020

FUNAMBULISTA


1.- El “Funambulismo” es el arte de caminar a lo largo de un delgado alambrecuerda o similar mínima superficie de apoyo. Proviene del latín «funámbulos», de «funís» -cuerda-, y «ambulare» -andar. Podemos dar a este término el sentido comúnmente aceptado de “andar por la cuerda floja” que utilizado de forma metafórica hace referencia a alguien que corre peligro en diversos aspectos de su vida.
El sentido del equilibrio es pieza esencial para poder realizar esta actividad. Y para no perder el equilibrio, el funambulista, se ayuda, de una barra que le hace no tambalear y caer.

2.- “De un tiempo a esta parte” noto, con cierto estupor, como el teléfono móvil se me ha “petao” de whassap, imágenes, audios, vídeos… dónde el equilibrio brilla por su ausencia, pasando del blanco al negro sin contemplar la mínima posibilidad de la variada gama de colores. Y me he acordado del funambulista, de su barra y de su equilibrio imprescindible para andar por el alambre.
El sano equilibrio, para mí, es  una necesidad que tiene que surgir en el corazón del ser humano mientras caminamos por la vida. Y no descarto de esta afirmación al cristiano que, como ser humano que es, necesita del equilibrio para ser y obrar como tal.
Personalmente pienso que ese equilibrio humano y espiritual nos proporcionará una madurez que nos llevará a acercar al hombre y mujer de nuestro tiempo hasta el Dios del Amor.

3.- Los pensadores y filósofos antiguos ya hablaban del “Aurea mediocritas” ("dorado término medio", o "dorada medianía" o "moderación") Algo así como que el centro es el lugar de la virtud. Alcanzar el punto medio entre los extremos alejando cualquier tipo de exceso.
Y esto es por lo que yo abogo en este artículo, no por la mediocridad y sí por la moderación, no por el extremo sino por el equilibrio, no por las posturas talibanes sino por el dialogo y el encuentro; no por el vocear sino por el escuchar; no por el restar sino por el sumar; no por mi verdad sino por contemplar la verdad del otro; no por mi “yo” sino por el ponerse en el lugar de…

4.- Debe ser que me estoy haciendo mayor y empiezo a sentir ciertos miedos que en otra época de mi vida igual estaban pero no me percataba de ellos. Ahora soy consciente que tengo aún oportunidades para crecer en lo humano y en lo espiritual, y todo lo que supone “extremo” y “beligerancia” no me ayuda ni a ser mejor persona ni, mucho menos, a ser mejor cristiano.

5.- La apuesta es sencilla, vivamos el equilibrio del funambulista. No metamos el dedo en heridas porque con esa actitud no vamos a sanar sino a dañar. No impongamos sino que propongamos. No ladremos sino, más bien, hablemos. No “olisquees” la vida del prójimo sino ponte sus zapatos.

Con todo sigo viviendo en la esperanza de que podemos construir y no destruir, ser puente y no muro, acoger en vez de rechazar, comprender y no despreciar…
Igual para todo esto, empezando por mí, habrá que desinstalarse de los pedestales en los que nos encontramos, bajar a la tierra, pisar suelo y mancharnos de barro.
Aquello del Papa Francisco de “prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrase a las propias seguridades” 

En fin, ya sabéis que son cosas de Santy que le bullen. Hacedlas el caso equilibrado y justo

lunes, 15 de junio de 2020

HOJA ALEGRÍA DESDE EL DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO

HOJA ALEGRÍA Nº 94
DOMINGO XXXIV TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)
HOJA ALEGRÍA Nº 93
DOMINGO XXXIII TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)


HOJA ALEGRÍA Nº 92
DOMINGO XXXII TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)
HOJA ALEGRÍA Nº 91
DOMINGO XXXI TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)
Festividad de Todos los Santos
HOJA ALEGRÍA Nº 90
DOMINGO XXX TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)


HOJA ALEGRÍA Nº 89
DOMINGO XXIX TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)

HOJA ALEGRÍA Nº 88
DOMINGO XXVIII TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)
HOJA ALEGRÍA Nº 87
DOMINGO XXVII TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)

HOJA ALEGRÍA Nº 86
DOMINGO XXVI TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)
HOJA ALEGRÍA Nº 85
DOMINGO XXV TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)
HOJA ALEGRÍA Nº 84
DOMINGO XXIV TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)


HOJA ALEGRÍA Nº 83
DOMINGO XXIII TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)
HOJA ALEGRÍA Nº 82
DOMINGO XVII TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)
HOJA ALEGRÍA Nº 81
DOMINGO XVI TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)
HOJA ALEGRÍA Nº 80
DOMINGO XV TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)
HOJA ALEGRÍA Nº 79
DOMINGO XIV TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)
HOJA ALEGRÍA Nº 78
DOMINGO XIII TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)


HOJA ALEGRÍA Nº 77
DOMINGO XII TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)

sábado, 13 de junio de 2020

CUENTO... EL ABUELO ROQUE


Don Roque era ya un anciano cuando murió su esposa
Durante largos años había trabajado con ahínco para sacar adelante a su familia. Su mayor deseo era ver a su hijo convertido en un hombre de bien.
A los setenta años, don Roque se encontraba sin fuerzas, sin esperanzas, solo y lleno de recuerdos. 
Esperaba que su hijo, ahora brillante profesional, le ofreciera su apoyo y comprensión, pero veía pasar los días sin que éste apareciera. 
Decidió llamar a la puerta de la casa donde vivía el hijo con su familia.

- El abuelo Roque dijo: hijo, ya sabes que no me gusta molestarte, pero me siento muy solo; además, estoy cansado, enfermo y me siento muy mayor. Temo ser un estorbo. Pero quisiera preguntarte: ¿no te molestaría que me quedara a vivir con vosotros?

-El hijo contestó: ¿Quedarte a vivir aquí...? Si… claro… Pero no sé si estarías a gusto. Tu sabes, la casa es pequeña… mi esposa es muy especial… y luego los niños… no se me ocurre dónde podrías dormir. No puedo sacar a nadie de su cuarto, mis hijos no me lo perdonarían… A no ser que no te moleste… dormir en el patio..

El abuelo Roque contestó: Dormir en el patio, está bien.

El hijo de don Roque llamo a su hijo de doce años y le dijo: Mira, tu abuelo se quedará a vivir con nosotros. Trae una manta para que se tape en la noche.

- Si papa... ¿Pero dónde va a dormir el abuelo? Preguntó el hijo
- Contestó el padre: en el patio; no quiere incomodarnos por su culpa.

El hijo subió sin dudar a buscar la manta, tomó las tijeras y la cortó en dos. 
En ese mismo momento llegó su padre, le encontró con las tijeras en la manos cortando la manta, Y le dice: ¿Por qué cortas la manta de tu abuelo?

El hijo contestó: Sabes, papa, estaba pensando en guardar la mitad de la manta para cuando tú seas anciano y vayas a vivir a mi casa.

viernes, 12 de junio de 2020

LA MAGIA DE DIOS

LIBERACIÓN Y PERMANENCIA

El clamor del pueblo de Israel, en la esclavitud de Egipto, fue un grito unánime al Señor: “¡LIBÉRANOS!”. La salida de Egipto fue el punto de partida para que Israel pudiera disfrutar de la tierra fértil de Canaán, tierra de abundancia de agua y pan que contrasta con su carencia en el desierto.
El desierto fue “lugar de paso” donde el pueblo sufre la prueba de la sed y el hambre; pero la mayor prueba que experimentará el pueblo de Israel será poner su confianza y esperanza, en medio de una situación difícil, en un Dios que les acompaña, que camina con ellos y que les libera.

1.- En la primera lectura  (Deuteronomio 8,2-3.14b-16ª) Moisés recuerda al pueblo lo que Dios ha hecho con ellos. Los cuarenta años en el desierto son expresión del tiempo de la prueba.
El Señor quiere conocer el corazón de su pueblo en las dificultades. Esta lectura es una invitación al pueblo para poner su confianza en Dios, creer que su palabra se cumple, que con Él la salvación y la liberación ya han llegado.
Dios ha bendecido a su pueblo y hace que los israelitas le alaben por los beneficios recibidos. Entre todos los beneficios, en esta lectura, sobresalen: la salida de Egipto, el agua de la roca, el alimento del maná y la donación de la tierra prometida en la que encontrarán la Liberación y la Vida.
Podríamos resumir la lección de esta lectura diciendo que de Dios brota la VIDA, (la fertilidad frente al desierto) la confianza en Dios tiene que ser correspondida con la alabanza y la fidelidad.

2.- El evangelio, (Juan 6,51-58) que proclama la Iglesia en este domingo, nos habla en clave de permanencia entre Cristo y el discípulo (“El que me come permanece en mí y yo en él”)
Esta permanencia designa la vida cristiana: el discípulo cristiano se define por la permanencia en la unión con Cristo (Juan 15,4-7)
Los dones sacramentales (PAN y VINO) son medio para lograr la unión con Jesús. Esta unión se realiza cuando se cumple la única exigencia impuesta al hombre: la FE en el Enviado por Dios y portador de la salvación.
El efecto principal de la Eucaristía es la unión con Cristo y se expresa con palabras de mutua permanencia: “El que come mi carne y bebe mi sangre, vive en mí y yo en él” (Jn 6,56)

Reflexión: También en nosotros existen esclavitudes que nos hacen gritar a Dios: “¡LIBÉRANOS!”. Hay tiempo de desierto y de prueba, de sed y de hambre que son oportunidades para crecer en la confianza y esperanza en un Dios que acompaña nuestros pasos y que “infunde en el corazón la certeza de que Él  conduce todo hacia el bien
Pero no nos engañemos, también el tiempo de desierto, que es “tiempo de paso”, es contemplado,  a mi modo de ver erróneamente, como tiempo en el que Dios se aleja de nosotros, para nosotros instalarnos en la actitud de “queja perenne y continua”

La liberación hay que conquistarla en el interior de cada hombre, de cada comunidad. Glorificaremos al Señor (salmo responsorial) si al mirar nuestra historia, personal y comunitaria, contemplamos, no nuestras miserias, fragilidades, miedos, oscuridades…, sino la actuación de Dios en nosotros y cómo Él nos ha ido bendiciendo con dones a lo largo de nuestra vida.

Tras la resurrección de Jesús, el Dios de la VIDA nos ofrece, el don del Espíritu Santo y la permanencia de Cristo en nosotros y de nosotros en Él, por medio de la Eucaristía. Por lo tanto, ni sus discípulos de entonces ni los de ahora nos quedamos “huérfanos”; la unión con Jesús no se rompe, sino que permanece.
La gran tentación del discípulo de Jesús es pensar que Dios nos abandona en el desierto, que nos deja solos y a merced de los avatares de la historia debido a nuestras maldades, pecados e infidelidades… y la gran virtud, que podemos vivir en este día, es que Dios permanece fiel a pesar de nuestras mediocridades, que Cristo está vivo y operante, en nosotros, por medio de la celebración del PAN y del VINO y que Dios no nos oculta su rostro, sino que permanece haciendo morada en nosotros.

Hoy, por lo tanto, te invito a contemplar las maravillas que Dios ha hecho en tu historia y a corresponderle con tu a alabanza y fidelidad. Y para ello te presento el salmo responsorial de este domingo que es una buena ayuda para este ejercicio interior.

Salmo responsorial Sal 147, R/. Glorifica al Señor, Jerusalén.

Glorifica al Señor, Jerusalén; alaba a tu Dios, Sión, que ha reforzado los cerrojos de tus puertas y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R/

Ha puesto paz en tus fronteras, te sacia con flor de harina; él envía su mensaje a la tierra y su palabra corre veloz. R/

Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel; con ninguna nación obró así ni les dio a conocer sus mandatos. R/     

miércoles, 10 de junio de 2020

NO VAYAMOS A NUESTRA BOLA...


En el marco del lamentable fallecimiento de Pau Donés, el legendario cantante al frente de Jarabe de Palo, recordamos la letras de “Eso que tú me das”.

Después de una ardua lucha contra el cáncer de colon, Pau Donés, vocalista de Jarabe de Palo le dedicó un sentido agradecimiento a todos los que lo habían apoyado en su lucha, convirtiendo de esta canción “Eso que tú me das”, en un himno incluido en el disco más reciente de Jarabe de Palo llamado Tragas o escupes. 

«"Eso que tú me das" es la manera que tengo de agradeceros la generosidad que habéis demostrado conmigo, y que siempre ha sido mucha más de la que realmente me he merecido.
Nos gusta mucho pedir y recibir, mucho más que dar, y rara es la vez que damos sin esperar nada a cambio. Lo que me ha pasado últimamente es justo lo contrario, he recibido mucho sin pedir ni esperar nada. Cosas buenas, muy buenas: cariño, afecto, respeto, amor, de gente a la que conocía y de gente a la que no».

Os invito en este enlace a escuchar esta preciosa canción
¡Ojala! hagamos de esta canción un himno para nuestra propia vida. 
Son much@s los que “nos dan”, ser consciente de ello y ser agradecidos con ellos es todo un arte en este mundo tan de individualidades, en el que parece que “vamos a nuestro rollo”


Letra de la canción

Eso que tú me das es mucho más de lo que pido.
Todo lo que me das es lo que ahora necesito.
Eso que tú me das no creo que lo tenga merecido.
Por todo lo que me das te estaré siempre agradecido.
Así que gracias por estar, por tu amistad y tu compañía.
Eres lo, lo mejor que me ha dado la vida.
Por todo lo que recibí estar aquí vale la pena.
Gracias a ti seguí remando contra la marea.
Por todo lo que recibí ahora sé que no estoy solo.
Ahora te tengo a ti amigo mío, mi tesoro.
Así que gracias por estar, por tu amistad y tu compañía.
Eres lo, lo mejor que me ha dado la vida.
Todo te lo voy a dar por tu calidad, por tu alegría.
Me ayudaste a remontar a superarme día a día.
Todo te lo voy a dar fuiste mi mejor medicina.
Todo te lo daré sea lo que sea lo que pidas.
Y eso que tú me das es mucho más, 
es mucho más de lo que nunca te he pedido.
Todo lo que me das es mucho más, 
es mucho más de lo que nunca he merecido.
Eso que tú me das Eso que tú me das

martes, 9 de junio de 2020

EUCARISTÍA FOR EVER


Después de veintiún siglos de Iglesia y de celebración de la Eucaristía, puede ser necesario recordar algunos de los rasgos esenciales de la última Cena del Señor, tal como era recordada y vivida por las primeras generaciones cristianas.

1.- En el fondo de esa Cena hay algo que jamás será olvidado: sus seguidores no quedarán huérfanos. La muerte de Jesús no podrá romper su comunión con Él. Nadie ha de sentir el vacío de su ausencia. Sus discípulos no se quedan solos, a merced de los avatares de la historia. 
En el centro de toda comunidad cristiana que celebra la Eucaristía está Cristo vivo y operante. Aquí está el secreto de su fuerza.

2.- La fe de los cristianos se alimenta de Cristo. Los discípulos somos invitados a «comer» para alimentar nuestra unión a Jesús, necesitamos reunirnos a escuchar sus palabras e introducirlas en nuestro corazón, y acercarnos a comulgar con Él identificándonos con su estilo de vivir. 
Ninguna otra experiencia nos puede ofrecer alimento más sólido.

3.- No hemos de olvidar que «comulgar» con Jesús es comulgar con alguien que ha vivido y ha muerto «entregado» totalmente por los demás. Así insiste Jesús. Su cuerpo es un «cuerpo entregado» y su sangre es una «sangre derramada» por la salvación de todos. 
Es una contradicción acercarnos a «comulgar» con Jesús, resistiéndonos egoístamente a preocuparnos de algo que no sea nuestro propio interés.

4.- La Eucaristía nos moldea, nos va uniendo a Jesús, nos alimenta de su vida, nos familiariza con el evangelio, nos invita a vivir en actitud de servicio fraterno, y nos sostiene en la esperanza del reencuentro final con Él.