martes, 26 de abril de 2022

INVITACIÓN DEL RESUCITADO

 

¿Cuántas veces hemos declinado una invitación bajo las más diversas excusas? Seguro que tienes en tu memoria alguna de ellas. Pero también tendrás otras invitaciones en las que no te ha sido posible excusar tu ausencia, especialmente aquellas en las que por la persona que te invita y por la relación que tienes con ella no sería un buen proceder, estaría fuera de lugar y no sería comprensible tu actitud.

En las lecturas de este Domingo tercero de Pascua (ciclo c) nos encontramos con una invitación para una misión concreta. La persona que te invita es el Resucitado, y lo hace desde tu pertenencia a la Iglesia. Es una invitación a ti y a mí que formamos parte de la comunidad-iglesia por el bautismo. No creo que sea buena idea poner excusas ya que tienes una relación muy estrecha  con quien te invita. Ni más ni menos es quien te salva y sana.

Bajo la imagen de “la pesca”, podrás descubrir, envuelto en lenguaje simbólico, la misión de la Iglesia. Una misión que no es sólo labor de un grupo de escogidos, especialistas o perfectos, sino de toda la comunidad de bautizados. Mediante una serie determinada de rasgos, descubrirás la misión evangelizadora y las características que ella debe tener. El texto que se nos ofrece en el evangelio, supera lo estrictamente escrito, llegando a deducir que tras el signo de una pesca milagrosa se nos presenta un discurso concreto, cuya finalidad es animar a  la “faena de la pesca” a toda la Iglesia.

La presencia de Jesús Resucitado es presentada en el evangelio (Juan 21,1-19) bajo una pesca que ilumina la promesa que Jesús había hecho a sus discípulos en el momento de la vocación “Os haré pescadores de hombres”. Es la resurrección de Jesús quien  hace posible la existencia de la comunidad y la misión que le es encomendada. Es más el éxito de la misión no es fruto exclusivo del esfuerzo humano, sino de la presencia viva del Maestro en ella.

La red que no se rompe acentúa la capacidad de la Iglesia para recibir en su seno a todos los hombres, por muy distinta que sea su mentalidad, cultura, posición social, raza… No hay excepción. Se pone de relieve la unidad de la Iglesia, compuesta por muchas comunidades y pueblos, pero todas creadas por el Resucitado. Esta universalidad de la misión sin excluir a nadie está representada con el número de peces “ciento cincuenta y tres”

Destaco también el simbolismo de Pedro en este texto. Date cuenta que aunque el Señor llama a todos los discípulos a sacar los peces a tierra («Jesús les dice: «Traed de los peces que acabáis de coger») aparece Pedro, en lugar de ellos: “Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes” Podemos pensar que Pedro asume ser la cabeza de la misión de la Iglesia, que acerca hasta el Maestro todo el éxito del trabajo de todos los discípulos. Pedro toma la iniciativa para comenzar la labor evangelizadora («Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar.») y él termina la faena llevando la red a la orilla

En una segunda parte del capítulo (Juan 21,15-23) encontramos la triple confesión de amor de Pedro a Jesús. Y cómo es el Maestro quien le confiere el cuidado del rebaño. Este pastoreo debe asemejarse al de Jesús que entregó su vida por las ovejas. En este encargo a Pedro se manifiesta la presencia y cuidado del Resucitado a la comunidad.

No quisiera terminar sin decir una palabra sobre el lugar donde debemos desarrollar la misión. Podríamos pensar que se nos pide “estar en la orilla”, es decir en la facilidad y en la comodidad. Pero descubrimos que la pesca es en “alta mar”, es decir en el mundo, arriesgando y apostando. Es un nuevo reto para nuestra acción apostólica.

Reflexión: La presencia del Espíritu será quien nos empuje a superar todas las dificultades en la misión. Así lo podemos observar en la primera lectura de este domingo (Hechos de los Apóstoles 5,27b-32.40b-41) Es la fuerza del Resucitado y su Espíritu quien lleva a los apóstoles a vivir en la libertad, frente a la oposición de los hombres, y a la valentía frente a la persecución.

Igualmente subrayo que está latente en esta Palabra de Dios la alegría. La experimentó Pedro al saber que era Jesús quien le indicaba donde tenía que echar las redes y la sintieron los apóstoles que, tras dar testimonio, salieron del Sanedrín alegres (“contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús”)

Me quedaría con estos dos aspectos en este domingo. Por un lado saber que somos invitados por el Maestro Resucitado que nos acompaña y dirige nuestra acción evangelizadora. Y, por otro lado, experimentemos la alegría interior como uno de los dones de la resurrección y de la entrega en la misión.

Y ahora sin excusas baratas, con el don del Espíritu, a “faenar”, echar las redes y vivir la misión con paz y alegría. Buena pesca

domingo, 24 de abril de 2022

CONFIRMACIONES EN LA PARROQUIA DE LA BEATA MARÍA DE JESUS

 

El próximo domingo, día 1 de mayo, a las 12,00 h, en la parroquia Beata María de Jesús, recibirán, de manos del Señor Obispo Dº Atilano, el sacramento de la confirmación los jóvenes: Antoni Daniel, Lorena, Miguel, David, Alba, Alonso, Lidia, Lucia, Paula, Desiré y Sandra

El Espíritu Santo, el Espíritu de Jesús Resucitado, como en un nuevo Pentecostés, va a descender sobre ellos, les dará la fuerza y la alegría necesaria para vivir en cristiano de una manera más comprometida con el mundo y con nuestra Iglesia.

Pidamos a Dios que estos 11 jóvenes se dejen conducir por este Espíritu y sean, en sus ambientes, luz para las gentes y sal de la tierra.

martes, 19 de abril de 2022

EL MOTOR DE TU VIDA

 

En las lecturas de este segundo Domingo de Pascua (ciclo c) se nos presentan dos comunidades cristianas bien diferentes. Una de ellas sin motor: escondidos, encerrados, temblorosos, sin ilusión y en horas bajas… y la otra, que se nos describe en Hechos de los Apóstoles: sin complejos y comprometida… la diferencia está en que la primera todavía no creía en la resurrección de Jesús, mientras que en la segunda se había instalado el motor del Resucitado y con Él sus dones  

En la primera lectura (Hechos de los Apóstoles 5,12-16) encontramos un pequeño sumario donde se recoge la forma de vivir de la primera comunidad de seguidores de Jesús y la actividad de los apóstoles. Se acentúa las curaciones muy en el estilo de las que encontramos en los evangelios con lo que se quiere indicar la continuidad entre Jesús y la comunidad en el aspecto salvífico. (“La gente sacaba los enfermos a la calle, y los ponía en catres y camillas, para que, al pasar Pedro, su sombra, por lo menos, cayera sobre alguno”)

Aparece Pedro como protagonista principal, pero al usar el plural “apóstoles” nos invita a pensar en otras personas. Por apóstol tenemos que entender al evangelizador cuya característica principal es ser testigo de la resurrección de Jesús.

En este relato es la sombra de Pedro la que cura con lo que se nos indica que, en la esfera de la salvación, todo es posible para el seguidor de Jesús ya que tiene en sí la fuerza del Señor. Pero al igual que la acción de Jesús suscitó oposición así también ocurre con la comunidad. Un punto más del paralelismo entre Jesús y la primera comunidad cristiana.

El evangelio (Juan 20,19-31) nos presenta primeramente al grupo de discípulos al anochecer del primer día de la semana, en casa, encerrados y con miedo. No solamente no existía en ellos predisposición alguna para aceptar la resurrección de Jesús sino, más bien, estaban predispuestos a lo contrario ya que como hijos de su tiempo creían únicamente en la resurrección del último día.

La increencia, el escepticismo y la no aceptación de la resurrección de Jesús por parte de los discípulos era lógica: es un acontecimiento que se escapa al control humano, que rompe el molde de lo estrictamente histórico y del cual no se puede aducir pruebas que lleven a una evidencia racional. La resurrección de Jesús solo se puede aceptar desde una revelación de Dios.

Se nos narra en este texto dos encuentros de Jesús y sus discípulos. En el primero Tomas está ausente, en el segundo (“A los ocho días”) ya está presente Tomás y se pone de relieve la confesión de la fe cristiana. “Señor mío y Dios mío” Tomás es presentado como el representante de los que no quieren creer sin ver, pero una vez vencida la increencia es presentado como modelo de fe, ya que en sus palabras se recoge el reconocimiento de Jesús como Señor y Dios.

Es un texto de movimiento, de avance, de transformación: del miedo a la alegría, de estar encerrados a ser enviados, del no ver al ver, del no creer a confesar a Jesús como Señor y Dios… Nada queda igual después de la resurrección, se inicia un nuevo camino de testimonio, de evangelización y de transformación.

En el evangelio de este domingo el evangelista subraya la identidad del Resucitado con el Crucificado, es decir Jesús muerto en la cruz (Jesús de la historia) es el mismo que Jesús Resucitado (Cristo de la fe) De ahí las exigencias de ver y palpar los agujeros de las manos y el costado. Se remarca la bondad de Jesús, que no solo no reprocha a sus íntimos el abandono y soledad en el que le dejaron, sino que les regala los dones de la PAZ («Paz a vosotros.») La ALEGRÍA («se llenaron de alegría») el ESPÍRITU SANTO («exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo») y el PERDÓN («los pecados quedan perdonados»)

Por ultimo os comento que tres veces repite Jesús el saludo «Paz a vosotros» Con ello se nos invita a que la paz y la serenidad interior sea una marca del discípulo, en quien el Espíritu del Resucitado hace morada. Pero la paz, que es un don del Resucitado, se vuelve misión y envío.

Reflexión: Ante nuestros desalientos, decepciones y desánimos, ante nuestros proyectos de fe derrumbados… deja a Jesús Resucitado que sople sobre ti y te comunique su Espíritu. Él será el motor que te transformará, como transformó a Tomás, para que en tu camino de fe brille la alegría, el perdón, la paz y la esperanza.

La fe no consiste en tragarse todo lo que te echen encima como si nada afectara a tu vida. La fe repercute en tu vivir por ello es lógico que te preocupe el estado de tu motor interior. «Dichosos los que crean sin haber visto… creyendo tengáis vida en su nombre»

domingo, 17 de abril de 2022

JESÚS HA RESUCITADO, ALELUYA

 

¿Por qué buscáis entre los muertos a Aquel que vive? ¡No está aquí! ¡Ha resucitado! Esta es la gran noticia que ha resonado en todos los lugares donde hay cristianos.

La Vigilia Pascual, celebrada en la tarde-noche del sábado santo, en la UDAP BEATA-SAN PASCUAL, fue vivida en un clima de plegaria y meditación gozosa. 

La bendición del fuego y el Cirio Pascual, la escucha de la Palabra que reavivó y recordó las maravillas que Dios ha obrado en la historia para salvar a su pueblo, el rito bautismal con la renovación de las promesas del bautismo y la liturgia eucarística, en la que nos nutrimos del Cordero Pascual… nos introdujo en la resurrección del Maestro. En esa noche, en todo el mundo cristiano, se ha encendido el Cirio Pascual y se ha elevado a Dios el canto gozoso del Aleluya.

En el Domingo de Resurrección, hemos celebrado y contemplado que Jesús vive. Hemos recordado y hecho vida que nosotros nos hemos incorporado también a esa vida nueva de Cristo Resucitado.

La fiesta del misterio de fe de la Pascua ha sido celebrada en nuestra comunidad Beata-San Pascual con alegría y entusiasmo. 

La mañana de la Resurrección ha sido un canto de gozo por la Vida que Jesús nos ofrece.

Agradecemos, desde este blog, a todas las personas que habéis aportado vuestro granito de arena para vivir estos días con un corazón grande. Gracias a quienes habéis participado en la liturgia, en la música, en la limpieza de los templos… desde lo más diversos carismas. Gracias por celebrar en comunidad en un ambiente de silencio y meditación, de alegría y paz. Que Jesús resucitado os colme de todos sus dones, os bendiga y os muestre su rostro.

Felices Pascuas de Resurrección a todos, a vuestros hogares y amistades, al barrio y de forma especial a los que por cualquier circunstancia viven momentos y tiempos de dolor.

sábado, 16 de abril de 2022

HOJAS ALEGRIA. TIEMPO DE PASCUA DE RESURRECCIÓN

HOJA ALEGRIA Nº 28. DOMINGO DE PENTECOSTES

HOJA ALEGRIA Nº 27. DOMINGO ASCENSION DEL SEÑOR

HOJA ALEGRIA Nº 26. DOMINGO SEXTO DE PASCUA


HOJA ALEGRIA Nº 25. DOMINGO QUINTO DE PASCUA

HOJA ALEGRIA Nº 24. DOMINGO CUARTO DE PASCUA


HOJA ALEGRIA Nº 23. DOMINGO TERCERO DE PASCUA



HOJA ALEGRIA Nº 22. DOMINGO SEGUNDO DE PASCUA

HOJA ALEGRIA Nº 21. DOMINGO DE RESURRECCIÓN

RESUCITÓ… PONTE EN MODO TESTIGO

 

Un grito surge en la Iglesia y en los templos de nuestros corazones: “¡Aleluya, Cristo ha resucitado!” La muerte ha sido vencida, la muerte no tiene la última palabra. ¡Jesús vive, no es un Dios muerto, ha resucitado! Nuestra fe no es vana ni inútil, creemos en el Señor, que nos ofrece, con su resurrección, una VIDA NUEVA, creemos en Él como LUZ que nos ilumina, PUERTA que se nos abre a la esperanza, CAMINO en la mañana de Pascua y VERDAD que nos propone el reto de sentir la belleza de una ALEGRÍA renovada en nuestra vida.

La búsqueda del Resucitado (como María Magdalena, Pedro y Juan) nos urge a ponernos en camino hacia el sepulcro, lo encontraremos vacío y nos invitará a ir hacia los hermanos para comunicarles que es cierto, que el Señor ha resucitado, que se nos ha presentado y que le podemos reconocer como Camino, Luz y Vida.

La primera lectura de este Domingo Resurrección(Hechos 10,34ª, 37-43) nos relata cómo la actividad misionera de Pedro se abre al mundo de los gentiles. Lo hace en casa del centurión romano Cornelio. Y allí se nos narra la proclamación del kerigma, es decir el primer anuncio de la Buena Noticia de Jesús.

Tras exponer la vida y misión del Maestro, la muerte en cruz y cómo Dios lo resucitó, el texto relata el envío a la misión, el encargo a los que han sido testigos de todo lo acontecido por Jesucristo para que lo transmitan a todos los pueblos.

Pedro se sabe portador de esta misión, recibida de Jesús, y manifiesta lo que “ha visto y oído”, como testigo que lo ha experimentado y no como mero espectador.

Reflexión: Nosotros, como los primeros apóstoles, también hemos de anunciar la Buena Noticia, es decir lo esencial de la vida, misión, muerte y Resurrección del Maestro de Nazaret.

Nuestras palabras y gestos tienen que estar sustentados por la actitud de “pasar haciendo el bien y curando toda dolencia” Pero no nos olvidemos que para predicar a Cristo y ser sus testigos antes hemos de experimentar en nosotros la Resurrección.

El evangelio (Juan 20,1-9) nos presenta a María Magdalena, símbolo de los buscadores de Jesús. Ella es la que se acerca al sepulcro de “madrugada y en la oscuridad”. Lo que ve es la piedra movida y esto le hace ponerse en movimiento, en modo testigo e ir corriendo donde estaban los apóstoles reunidos y escondidos pensando que habían robado el cuerpo del Señor. Su desconcierto la dirige hacia la comunidad.

Ante la noticia de María Magdalena, Pedro y el discípulo amado también se ponen en movimiento, pero esta vez no para esconderse sino en dirección al sepulcro. Allí, nos narra el evangelio, que el discípulo amado, que había estado a los pies de la cruz, es el único que cree. Ante el signo del sepulcro vacío al único que se le atribuye la fe es al discípulo Juan, que es quien “ve y cree”. El amor genera la fe. Él cree porque ama. No es un creyente pasivo o superficial, sino aquel que entiende el misterio de la fe y sus consecuencias para la vida. Ya no podrá ser la vida igual para los que creen en la resurrección, a partir de ahora no buscaran lo cómodo y fácil, sino que vivirán el compromiso de ser testigos de Jesús vivo.

Reflexión: Para abrirnos a la fe de la resurrección, hemos de hacer nuestros propios recorridos, no podemos refugiarnos ni escondernos. Es un camino personal que debemos hacer desde el amor. Si amas serás capaz de confiar y capaz de fiarte de Aquel que es Resurrección y Vida.

La Resurrección de Jesús encamina a los discípulos a comprender la Palabra de Dios. Nosotros tenemos 50 días para ir profundizando en esa Palabra que el Señor de la vida va a dirigirnos.

El salmo 117 es un salmo de acción de gracias. La Iglesia se alegra ante el sepulcro vacío de Cristo. De esta vaciedad del sepulcro de Jesús, mana nuestra salvación. “Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo”

Reflexión: Estemos alegres porque el Señor resucitado está presente en medio de nosotros. Reconozcamos y descubramos en Jesús al Mesías, el Hijo de Dios. La consecuencia de este descubrimiento y la aceptación del mismo es una nueva vida, una vida verdadera y el don de la alegría.

Siéntete “dichoso” si crees, porque Jesús alaba a todos aquellos que creen sin pruebas y te llama bienaventurado porque sin haber visto has creído. Da testimonio con tu vida de la esperanza de Jesús y de todos los dones que nos ofrece la resurrección, especialmente del don del Espíritu Santo.

Goza y vive la alegría autentica del corazón, aquella que surge de la tumba vacía. Una nueva propuesta ilusionante para tu vida nace de la resurrección del Maestro. No tengas miedo, ánimo, adelante... Eres testigo de tu encuentro con Jesús resucitado.

viernes, 15 de abril de 2022

LA CRUZ… LOCURA DE AMOR

VIERNES SANTO, en nuestra comunidad Beata-San Pascual y en toda la Iglesia, contemplamos la cruz como signo de vida cristiana, como locura de amor un Dios Padre, porque en su Hijo roto y muerto nos muestra el gran amor que nos tiene. La cruz es el libro del amor más grande. Jesús crucificado, con los brazos extendidos, entregado hasta la muerte por nosotros… es la expresión del amor más grande.

Contemplando la cruz de Jesús debemos repetirnos en el corazón la expresión de San Pablo: “Me amó hasta entregarse por mí”. Se dio así mismo, no se reservó nada para Él, nos dio su propia vida, se entregó hasta la muerte. No hay amor más grande que el que nos presenta la cruz. En la cruz de Jesús nosotros contemplamos  hasta qué punto Dios no ha amado. Nos ha amado tanto que nos ha regalado a su propio Hijo.

En el Vía-Crucis, preparado por el grupo de Migraciones y por el Grupo del Ministerio de la Consolación, se nos invitaba a orar porque también la cruz nos recuerda que la pasión sigue, que Cristo sigue sufriendo en los que sufren, que Cristo sigue crucificado en los oprimidos y menospreciados, que Cristo continua su agonía en los ENCARCELADOS, en los NIÑOS en los que hemos puesto pesadas cargas en sus hombros, LOS MIGRANTES, LAS FAMILIAS DE FALLECIDOS POR COVID, LOS POBRES, VÍCTIMAS DE ABUSO, LAS “VÍCTIMAS” DEL CONSUMO, LAS MUJERES, LOS ABUELOS, LOS PUEBLOS ORIGINARIOS, LOS ENFERMOS, LAS VÍCTIMAS DE LA CORRUPCIÓN, LAS VÍCTIMAS DEL NARCOTRÁFICO, VÍCTIMAS DE LA GUERRA.

Es viernes santo, no es una fecha de luto y tristeza que nos lleve a la desesperanza y a la angustia, sino que es una ocasión para proclamar juntos el amor de Cristo con la certeza de que la luz vence a la tiniebla y la vida a la muerte. 

Seguimos tus pasos, Jesús, que, desde la periferia nos enseñaste a vivir como resucitados.


 

JUEVES SANTO: DIA DE LA ENTREGA

 
Foto: Monumento de San Pascual.

Jueves Santo, día de la entrega. Cristo se entregó voluntariamente, lo hizo porque amó primero. 

Y así lavó los pies a sus discípulos en un gesto de humildad, servicio y amor. Este gesto de Cristo se prolonga cuando nosotros, imitando al Maestro, nos lavamos los pies unos a otros, es decir, servimos con disponibilidad al prójimo. Con el gesto de derramar agua simbolizamos a cuantos en esta tierra son descartados o se encuentran tirados al borde del camino de la vida: Enfermos, ancianos, los que sufren por causa de la ambición y el egoísmo de los poderosos, los que viven bajo el peso del dolor, la tristeza o sufren en su cuerpo o espíritu.


Este es el día de la entrega. Jesús nos entregó cuanto tenía: su palabra, y su Cuerpo y Sangre. En la Última Cena, antes de partir hacia el Huerto de los Olivos, instituye la Eucaristía como alimento para la vida eterna. Él se ofrece en comida y bebida. El Amigo da la vida por el amigo. Su locura de amor le lleva a hacerse Eucaristía, comida partida y compartida.


Es el día de la entrega. Es el día del amor fraterno. Cristo nos deja su testamento: Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Vivamos en el amor. Urge extender el sentido de este día al mundo.

domingo, 10 de abril de 2022

ORACION SERENA DE LA PASION DE JESUS

 

Foto: Imagen del Jerusalén de nuestra parroquia 2022

1.-  Jesús es condenado a muerte.

Dice Pilatos: ¿A vuestro Rey voy a crucificar?

Replican los Sumos Sacerdotes: No tenemos más rey que el César. Entonces Pilatos se lo entregó para que lo crucificaran.

Reflexión: Señor enséñame a llevar la cruz.

2.- Jesús carga con la cruz.

Sobre la cruz pusieron una inscripción que decía: “Jesús el Nazareno, el rey de los judíos”

Reflexión: Se aprende a cargar con la cruz abrazándose a ella.

3.- Jesús cae en el camino.

El sufrimiento del huerto de los Olivos, la noche en vela, los juicios, traslados, la violencia, el odio…. hace que Jesús se desplome.

Reflexión: No cargo con la cruz en soledad, Jesús me acompaña.

4.- Jesús encuentra a María.

Se entrecruzan las miradas del hijo y de la madre. Ella es consuelo del que sufre, alivio del afligido.

Reflexión: En mi sufrimiento María Madre se hace presente

5.- Jesús es ayudado por el Cirineo.

Un hombre, natural de Cirene, que venía de trabajar en el campo, ayuda a Jesús a llevar la pesada cruz hasta el monte Calvario.

Reflexión: En la vida, camino con los hermanos. Soy unas veces cirineo, otras necesito de cirineos.

6.- Jesús es enjugado por la Verónica.

En este caminar hacia la entrega total de Jesús, Él encuentra un lienzo limpio cargado de ternura, emoción y amor.

Reflexión: La marca de la cruz es el mandamiento del amor.

7.- Jesús cae de nuevo en el camino.

Parece que todo está terminado, pero El Maestro nos da una nueva lección, se levanta, coge la cruz y retoma su camino.

Reflexión: La cruz no es para ti si miras para atrás y te lamentas.

8.- Jesús consuela el lloro de unas mujeres.

No lloréis por mí, dice Jesús, llorad por vosotras y por vuestros hijos. Si esto hacen con el árbol verde ¿Qué harán con el seco?

Reflexión: El camino de la cruz se hace siendo consuelo del afligido, paño que enjuga las lágrimas del hermano.

9.- Jesús cae una tercera vez.

Nueva caída y nuevo ponerse en pie. La misión de Jesús es dar la vida para que el ser humano tenga Vida Verdadera. Todo en Jesús es misericordia

Reflexión: Sin misericordia y perdón no tiene sentido que agarre la cruz.

10.- Jesús es despojado de sus vestiduras.

Sin apego a nada material nació Jesús y un madero es el lugar escogido para su entrega suprema. Todo en Jesús es generosidad, desprendimiento.

Reflexión: La cruz es libertad. Nada y nadie me ata. La cruz me lleva a vivir y hablar en libertad.

11.- Jesús es crucificado.

Llegados al Calvario crucifican a Jesús. Y de los labios de Cristo salen palabras de perdón para aquellos que le han crucificado.

Reflexión: La cruz no entiende de etiquetar a personas. El perdón es universal.

12.- Jesús muere.

Inclinando la cabeza, entregó el espíritu. Todo está cumplido.

Reflexión: La cruz es muerte a todo lo que me impide ser autentico y fiel discípulo, porque la cruz no es muerte sino Vida.

13.- Jesús es colocado en brazos de su madre.

María recibe en sus brazos a su hijo. No hay mayor dolor para una madre que acariciar el cuerpo sin vida del hijo.

Reflexión: En los brazos de María encuentro el reposo a mis sufrimientos y mi cruz

14.- Jesús es sepultado.

Pusieron el cuerpo del Nazareno en un sepulcro nuevo excavado en la roca. El mismo sepulcro que María Magdalena encontró al tercer día con la piedra movida.

Reflexión: Tras la cruz y la muerte… la RESURRECCIÓN Y LA VIDA y por su puesto el TESTIMONIO. “Id por todo el mundo y anunciad a toda la gente el Evangelio”

sábado, 9 de abril de 2022

VIA CRUCIS PARA JOVENES EN GUADALAJARA

 

El próximo martes santo, día 12 de abril, se celebrará un via crucis para jóvenes en la localidad de Guadalajara. Tendrá su inicio en la parroquia de San Nicolás a las 21,00 h y por diversas calles de la localidad se realizaran las estaciones. Finalizará en la parroquia de San Pedro Apóstol.

Sentiros invitados a participar y animar a otras personas a este encuentro con Jesús que sana y libera.