domingo, 15 de junio de 2025

MENSAJE DE SUBCOMISIÓN EPISCOPAL PARA LA ACCIÓN CARITATIVA Y SOCIAL «MIENTRAS HAYA PERSONAS, HAY ESPERANZA»

 

La Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social hace público su mensaje para el Día de la Caridad, que la Iglesia celebra el domingo 22 de junio, festividad del Corpus Christi, con el lema, «Mientras haya personas, hay esperanza»

TEXTO COMPLETO DEL MENSAJE EN ESTE ENLACE

https://www.conferenciaepiscopal.es/mensaje-dia-de-la-caridad-2025/


RESUMEN DE IDEAS

En este mensaje se nos invita, especialmente en este año jubilar de la esperanza, a participar en la mesa de la Eucaristía, comulgar con Jesús y ser pan partido y repartido para los hermanos.”

Si miramos en nuestro entorno encontramos un mundo cada vez más frágil y vulnerable. Las causas son múltiples: guerra, dificultades para una vivienda digna, falta de oportunidades laborales iguales para todos, enormes barreras para integrarse los migrantes… todo esto genera angustia y un clima de desesperanza social.

Pero nuestro compromiso por la verdad puede y tiene que dar nueva esperanza a estas realidades. El cristiano que celebra la Eucaristía debe salir al encuentro de estas realidades de nuestro planeta, ya que “Jesús se nos ofrece como el único alimento capaz de traer paz ante tanta violencia y también se ofrece como alimento y ejemplo de nuestro compromiso activo”.

Paralizarnos, vivir bajo la losa del miedo y reprimiendo las esperanzas y anhelos no puede ser una respuesta desde la fe. Al contrario, debemos acercarnos, porque “la esperanza supone un movimiento de búsqueda”. Compartimos el camino del peregrino, que se convierte en camino en búsqueda de esa esperanza que la humanidad necesita recuperar. “Pero no solo para buscar, sino para sanar el sufrimiento de tantas personas que luchan por encontrar una salida a su dolor. Y, por supuesto, para ser portadores de la bondad y la ternura de Dios para todos los que se sienten solos o rodeados de oscuridad y tristeza”

Celebrar el día del Corpus Christi, la gran fiesta de la Caridad, es un signo profético de que la esperanza debe tener la última palabra, porque mientras haya personas que aman, que ayudan, que comparten con generosidad, que se conmueven con el dolor y el sufrimiento de los demás, la esperanza es imposible que se pierda. 

El mensaje nos propone caminos para peregrinar en este tiempo y no quedarnos en buenas intenciones:

1.- Orar por los demás y con los demás. Buscar silencio y contemplar para descubrir la presencia del Resucitado en medio de nosotros

2.- Unir el sacramento del altar (la Eucaristía) con el sacramento del hermano necesitado

3.- Compartir algunos testimonios de fe y algunos compromisos que hayas vivido y experimentado.

4.- Participar en algún grupo o comunidad. Voluntariado, un grupo de reflexión, compartir un hobby o un proyecto solidario. Salir al encuentro de otras personas es siempre enriquecedor.

5.- Promover espacios de reconciliación. “La paz comienza por cada uno de nosotros”

6.- Escuchar sin juzgar. Escuchar con empatía, con todos los sentidos puestos en la otra persona, puede devolver la esperanza y sacar de la invisibilidad y de la tristeza al otro.

Termina el mensaje de este Dia de la Caridad 2025 con unas palabras esperanzadoras: ¡Es la hora del amor! Mientras haya personas dispuestas a ponerse en camino, hay esperanza.  El papa León XIV nos ha dejado un encargo ineludible: “¡Esta es la hora del amor! La caridad de Dios, que nos hace hermanos entre nosotros, es el corazón del Evangelio”

HOJAS ALEGRÍA. TIEMPO ORDINARIO (CICLO C)

 HOJA ALEGRIA Nº 30 CORPUS CHRISTI (CICLO C)

sábado, 14 de junio de 2025

LA TALLA DEL APRENDRIZ


Domingo de Santísima Trinidad

Tal vez, el deber esencial de un discípulo sea transmitir fielmente lo que aprendió del maestro. Por ello, con toda probabilidad, el miedo del aprendiz no sea enfrentarse a todo tipo de amenazas o peligros, sino fallar al maestro o instructor. Es más, te diría que lo último que quisiera escuchar un alumno de labios de su profesor sea la expresión: “Me has fallado”; es decir, “he puesto en ti muchas expectativas y no las has colmado. No has dado la talla”. “Dar la talla” significa ser apto o capaz de hacer algo por las cualidades específicas que posees. Posiblemente esta expresión está relacionada a la talla de ropa y calzado, pero en el contexto del que estamos hablando indica la aptitud o capacidad de alguien para realizar una misión.

Las palabras de la lectura del evangelio de este día de la Santísima Trinidad (ciclo c) nos invitan a reconocer al Espíritu Santo, el Paráclito, como aquel que nos ilumina y nos desvela algo del misterio de Dios. Es prioritario el dejarnos conducir por Él a “modo aprendiz”, actitud imprescindible para acercarnos a la grandeza de Dios Padre desde nuestra pequeñez de hijos.

La expresión “Paráclito” define al Espíritu Santo en el evangelista Juan. Este término es la traducción de la expresión griega “parakletos” (“consolador”) que ha sido a su vez traducida de muchas formas y maneras. Especialmente es conocido el Espíritu como abogado, intercesor, maestro, santificador… que mora en los discípulos, que revela la enseñanza dada por el Señor y que impulsa a ser testigos del Salvador, de su muerte y resurrección, hasta los confines de la tierra.

 

El evangelio de este domingo (Juan 16,12-15) es conocido como el quinto anuncio del Paráclito. Se le da una función al Espíritu de GUIA “cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena” Es decir, la presencia del Espíritu nos devela el misterio de Jesús y nos lleva de la mano para conocer al Señor, lo que Él es y significa como manifestación del Amor del Padre.

En la misión y tarea en el mundo, el “Paráclito” guía a la comunidad hacia la verdad completa, nos refresca toda la obra de salvadora de Jesús, su persona y su mensaje. El Espíritu nos anuncia y nos desvela que Jesús no fue un simple milagrero, sino el camino abierto hacia el Padre. (“Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando”) No se trata de una doctrina nueva, sino de la revelación continua de Jesús y su mensaje. El Espíritu guía a los discípulos en su actividad en favor del ser humano. El Espíritu es, en definitiva, el maestro de la verdad

Lo que es de Jesús es también lo que es del Padre. “Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará de lo mío y os lo anunciará” La unidad existente entre el Padre y el Hijo es la que fundamenta la continuidad de la palabra de Dios (o palabra de Jesús) en la Iglesia bajo la acción del Espíritu.

Este pasaje evangélico nos sitúa en el misterio de Dios, pero no mires el misterio como oscuridad sino como hondura de amor y de vida. Dios es vida compartida y amor comunitario. No es lejano a nosotros, sino que en Él vivimos, nos movemos y existimos. Otra cosa muy distinta es que estemos abiertos a lo que el Espíritu nos revela y nos comunica… Por ello, hay veces que pasa desapercibido.

Reflexión: Dios es siempre más que cuanto nosotros, los seres humanos, podemos elucubrar sobre Él. Es muy necesario que tú y yo reconozcamos nuestra incapacidad para alcanzar el conocimiento pleno del ser mismo de Dios, es decir, de cómo es Dios en sí. Es un buen principio para acercarse un poquito a Dios el saberse analfabeto en este terreno.

El paso de Jesús por nuestra historia ha sido un paso de MAESTRO. Él nos ha revelado el rostro del Padre y nos ha enviado su Espíritu que nos guía y conduce. De ahí, la teología ha deducido que en Dios hay tres personas realmente distintas, que, sin embargo, son un mismo y único Dios. Esto lo conocemos como el misterio de la Santísima Trinidad. Creo que, en el fondo, no es cuestión de números, ni de pretender entender lo que no vamos a comprender.

Más que liarnos con el “sudoku” de los números tres en uno y uno en tres, podemos contemplar la donación, la igualdad y la comunicación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu como modelo de lo que debe ser nuestra convivencia. Vivir la fe en nuestro Dios es vivir para los demás en armonía, en donación y en comunicación, y no en aislamiento o soledad, sino en apertura y claridad.

Te invito a no encerrar toda la fuerza y potencia de Dios en tu inteligencia, sino a hacerle sitio en lo aparentemente insignificante. Para ello, vivir en la humildad de “modo aprendiz” sea la talla que debes calzarte de manera imprescindible.

jueves, 12 de junio de 2025

CELEBRACIÓN DEL CORPUS CHRISTI EN GUADALAJARA CAPITAL

El próximo domingo día 22 de junio celebraremos la festividad del Cuerpo y Sangre de Jesús. Todas las parroquias de Guadalajara estaremos presentes en la Eucaristía que el Sr. Obispo celebrará en la Iglesia de San Francisco (El Fuerte) a las 9,30 h y en la posterior procesión.

En ningún templo de Guadalajara capital habrá Misa entre las 9,30 h y 12,00 h con el fin de unirnos en comunión fraterna y participar unidos al lado de nuestro Pastor.

Los niños y niñas de primera comunión que deseen participar en esta celebración deberán estar presentes en la Iglesia de San Francisco de 9,00 h a 9,15 h, ya que tienen sitio reservado en la Iglesia y serán ubicados antes de comenzar la Eucaristía.

En nuestra PARROQUIA DE LA BEATA MARÍA DE JESÚS las Eucaristías de este día del Corpus Cristi serán a las 12,00 h y 19,00 h. Recordad que las colectas de este domingo tienen como finalidad: Caritas.

domingo, 8 de junio de 2025

EL ESPIRITU SANTO NOS GUÍA

 

Jesús dice a sus discípulos: “Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena” Y es que el mensaje del Señor tiene consecuencias que sus discípulos no pueden comprender en ese momento.

En la misión en el mundo el Espíritu guía a la comunidad de seguidores de Jesús hacia la verdad completa; es decir no se trata de una doctrina nueva, sino de la revelación continua de Jesús y su mensaje.

El Espíritu guía a los discípulos en su actividad en favor del ser humano. Por ello, para saber lo que más nos conviene debemos estar abiertos a la voz del Espíritu. Él es el Maestro de Verdad que nos va, poco a poco, enriqueciendo cada día.

HORARIOS DE VERANO A PARTIR DEL 28 JUNIO (INCLUIDO)


viernes, 6 de junio de 2025

EL PROTAGONISTA

 

Domingo de Pentecostés

Podríamos desaparecer una temporada y nos daríamos cuenta que las noticias son las mismas y tienen los mismos protagonistas según el tiempo en el que nos encontremos. Hoy, el protagonismo es la PAU, la antigua SELECTIVIDAD o EBAU. En el mes de julio quien se lleva la palma son las vacaciones y el estado de las carreteras con los millones de desplazamientos. En septiembre la vuelta al cole con niños llorando por entrar por primera vez en el mundo estudiantil. Después “Halloween” y los cementerios. Mas adelante las cenas de empresa, las comidas del día de Navidad y los precios exorbitados de los langostinos, a lo que hay que unir las nuevas tendencias de los regalos del día de Reyes y la familia “Fernández” que deja entrar las cámaras de televisión en su casa para captar el momento en el que los más pequeños se despiertan a abrir regalos. Por Semana Santa nos ofrecerán los cofrades que aparecen con la túnica colgada en la puerta o en la lámpara de comedor… y así sucesivamente, porque todo es cíclico.

En nuestra Iglesia también son cíclicas las celebraciones y, después de la Ascensión del Señor, a los cincuenta días de la Resurrección, celebramos la festividad de Pentecostés, donde se nos muestra que el protagonista de la acción de Dios, de la nueva y definitiva etapa de la salvación es el ESPÍRITU SANTO. Él será el impulsor de la comunidad para que lleve a cabo la misma misión del Maestro.

En la primera lectura (Hechos de los Apóstoles 2,1-11) y bajo la escenografía de una teofanía o visión (viento, lenguas de fuego, ruido…) que nos recuerda “al día del Señor” de los profetas (ver: Joel 3,1-5), se nos muestra cómo se inicia la acción de Dios en la nueva y definitiva etapa de la historia de la salvación.

El protagonista es el Espíritu de Dios que podemos entender como la fuerza y presencia activa del Señor que obra la salvación de los hombres. El Espíritu constituye al grupo de los discípulos en “testigos” ante todos los pueblos, representados por los oyentes (Hechos 2,9-11) No hay frontera para la salvación, todos los hombres están destinados a ella porque la salvación es universal. De ahí que todos entienden el mensaje de los apóstoles, cada uno en su lengua «¿No son galileos todos esos que están hablando?... cada uno los oímos hablar de las grandezas de Dios en nuestra propia lengua»

La dimensión comunitaria es muy importante en este pasaje y en todo el libro de Hechos de los Apóstoles. Un grupo recibe el Espíritu Santo, un grupo lo anuncia y crea una comunidad de convertidos y misioneros. Por la acción del Espíritu nace la Iglesia, al menos de forma pública y oficialmente.

El evangelio (Juan 20,19-23) ya fue meditado en el segundo domingo de Pascua (ver nota o comentario) La comunidad se encuentra reunida y Jesús les regala, no sólo la paz, el perdón y la alegría sino, sobre todo el don del ESPÍRITU SANTO. «Exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo» El evangelista proclama y muestra que la comunidad cristiana se constituye alrededor de Jesús vivo y presente. Él está en su centro, libera del miedo y de la estrechez de miras, les otorga confianza y seguridad. De Él recibe la comunidad la misión y el Espíritu para llevarla adelante.

La presencia del Espíritu lo llena todo, lo invade todo, lo impregna todo “como un viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban” Así lo expresa el texto de Hechos de los Apóstoles, invitándonos a sentir que el “viento” da unidad al grupo reunido. El Espíritu crea comunidad y les capacita para hablar (“lenguas de fuego”)

“Se llenaron todos de Espíritu Santo”, Todos recibieron un don otorgado por Dios y así los primeros cristianos están preparados para su ministerio de testimonio y con ánimo valiente para dirigirse a todos los presentes, incluidos judíos reunidos en Jerusalén.

Con el cumplimiento de la promesa del Espíritu Santo concluye la fase de la intervención de Dios en la historia y da comienzo la Iglesia, nuevo Pueblo de Dios.

Reflexión: Una de las convicciones fundamentales de las lecturas de este domingo es la presencia del Espíritu en nosotros, que nos capacita para dar testimonio del Resucitado y generar un estilo nuevo de vida en la comunidad y en el mundo. Nosotros, al igual que aquellos primeros discípulos, llenos, ungidos y crismados del Espíritu Santo, estamos capacitados para la misión, que no es una orden, sino un fuego interior que nos pone en movimiento para crear vida y llevar adelante el proyecto de Dios.

 “Ser crismado es lo mismo que ser Cristo, ser mesías, ser ungido. Y ser mesías y cristo comporta la misma misión que el Señor: dar testimonio de la verdad y ser, por las buenas obras, fermento de santidad en el mundo” (Ritual de la confirmación)