miércoles, 28 de julio de 2021

NECESITADOS DE HIDRATACIÓN

 

Si te apasiona todo tipo de deporte estas de enhorabuena porque en estos días se celebran los juegos olímpicos. No sé si conoces el triatlón”. Es un deporte olímpico que implica la realización de tres disciplinas: natación, ciclismo y carrera a pie, sin interrupción entre una prueba y la siguiente. Reconozco que los y las triatletas tienen una preparación física brutal pues deben nadar 1.500 metros en aguas libres, realizar 40 kilómetros en bicicleta y seguidamente 10 kilómetros de carrera. No es de extrañar que estos deportistas, para el funcionamiento correcto de su organismo y conseguir llegar a la meta, necesiten hidratarse ante el gran esfuerzo físico continuado que realizan.

Hidratarse no sólo es imprescindible para un deportista. Todos necesitamos hidratar el organismo (no sólo en verano) para regular la temperatura del cuerpo y aportar las sales minerales necesarias para el crucial funcionamiento de las células del cuerpo y otros órganos como el corazón o el riñón.

Las lecturas de este domingo 18 del Tiempo Ordinario (ciclo b) nos informan de la necesidad que tenemos los discípulos de Jesús de “hidratar el corazón”. Al igual que el triatleta recibe el agua que necesita su organismo para finalizar la carrera, el apóstol recibe de Dios el alimento que aporta a su corazón lo que necesita para realizar su misión.

En la primera lectura (Éxodo 16,2-4.12-15) se nos ofrece un mensaje esperanzador. Dios, que acompaña al pueblo, se presenta como aquel que le alimenta, dando a cada uno lo que necesita y ayudando a conseguir lo que le falta a quien no ha sido previsor. “El pan y la carne” (maná y codornices) son signos que deben conducir a la fe: “para que sepáis que yo soy el Señor Dios vuestro”

Me seduce, y no sé la razón, la frialdad del encuentro con la que comienza el texto del evangelio (Juan 6,25-35) Debe ser la claridad de Jesús que no se siente halagado ni mucho menos entusiasmado porque le busca toda una multitud. Yo hablaría de decepción por parte del Maestro que detecta una búsqueda interesada y egoísta que nunca puede entusiasmar a la persona que es buscada, porque, en el fondo, se buscan así mismos y a sus intereses, no a Él. Y ahí el reproche que se manifiesta en las palabras de saludo («Vosotros no me buscáis porque hayáis visto signos, sino porque habéis comido pan hasta hartaros»)

No nos volvamos locos, no es ilícito buscar el alimento material y trabajar para adquirir la comida que nos mantiene en esta vida. Pero la opción del Señor es mucho más interesante, ya que nos invita a aspirar a la “comida que permanece y da Vida Eterna” Y este alimento es Jesús; el cual exige FE y aceptación de forma personal para que pueda surgir el encuentro entre el hombre y Dios «La obra de Dios es que creáis en aquel que Él ha enviado»

En este texto del evangelio Jesús se auto-presenta como “pan bajado del cielo que da vida al mundo” «Yo soy el pan que da vida» el alimento que es capaz de dar respuesta a todas las necesidades y esperanzas del hombre «El que viene a mí, nunca más tendrá hambre, y el que en mí cree, nunca más tendrá sed»

El protagonista que ofrece el alimento es Dios Padre, que envía el Pan que sacia nuestra hambre. El mismo protagonista que en el  desierto envía el maná y las codornices para saciar las hambres y murmuraciones del pueblo. Al ser humano se le pide que responda a la acción de Dios, “creyendo en el Enviado” y contemplando a Dios que camina con junto a él.

Reflexión: Estamos por lo tanto ante un excelente resumen de la historia de la salvación. Se destaca la iniciativa de Dios, que se realiza en su Hijo y que se hace eficaz gracias a la fe.

El Padre realiza las funciones de aguador y mayordomo. Nos ofrece el agua y el alimento que nos “hidrata”. Has leído bien, ofrece no impone. Él se sitúa en nuestro camino de la vida y nos da la oportunidad de beber y comer el alimento que perdura y da Vida Verdadera: Jesús. No pretendas que Dios te tape la nariz y te abra la boca a la fuerza para alimentarte. Dios Padre envía el Pan, bajado del cielo, como respuesta a tus necesidades y esperanzas, para que jamás tengas sed y hambre.

A ti y a mí se nos exige creer para poder encontrar en Jesús la respuesta a las necesidades del corazón. Por ello trabajemos buscando el alimento que nos ofrece Dios y que es su Hijo, porque ese alimento es necesario para nuestro seguimiento y apostolado. No busques a Jesús para el cumplimiento de tus deseos y peticiones, como si de una pócima mágica se tratara, sino trabaja tu interior para sentirle como NECESIDAD en tu caminar.

Pero, perfectamente, puedes rechazar el agua y el alimento que se te ofrece. Si te crees con las fuerzas suficientes y que no necesitas hidratarte. En este caso…. lo escrito no es “pa ti”. Sólo es para necesitados de hidratación.

lunes, 26 de julio de 2021

JORNADA MUNDIAL DE ABUELOS Y MAYORES

 

La festividad de san Joaquín y santa Ana impuso, desde hace cuatro décadas, la celebración del Día de los Abuelos; en casi todo el mundo y, sobre todo, en los países de tradición católica. Desde 2021, por iniciativa del papa Francisco, el motivo se amplia y se concreta en la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, que se celebrará todos los años el cuarto domingo de julio.

El papa Francisco ha querido que en torno a este día de la festividad de san Joaquín y santa Ana tenga lugar la Jornada de los Abuelos y Personas Mayores, eligiendo como lema para este año: «Yo estoy contigo todos los días» (cf. Mt 28, 20), para expresar la cercanía del Señor y de la Iglesia en la vida de cada persona mayor, especialmente en este difícil momento de pandemia.

«Yo estoy contigo todos los días» es también una promesa de cercanía y esperanza que jóvenes y mayores pueden expresarse mutuamente. De hecho, no solo los nietos y los jóvenes están llamados a estar presentes en la vida de las personas mayores, sino que los mayores y los abuelos tienen también una misión de evangelización, de anuncio, de oración y de guía de los jóvenes a la fe. Demos gracias al Señor por el don que son las personas mayores en la Iglesia y en la sociedad.

La residencia ‘Juan Pablo II’ de Alovera será el lugar donde más especialmente se celebre esta jornada en nuestra diócesis, que también tendrá eco en diversas parroquias. Además, la carta semanal de don Atilano centra la atención en este motivo que podéis encontrar en este enlace del ECO Diocesano

https://www.siguenza-guadalajara.org/index.php/documentacion/eco-25-julio-de-2021/detail

sábado, 24 de julio de 2021

EL FRASCO Y EL CAFÉ DE LA VIDA

 

Un profesor delante de su clase de filosofía sin decir palabra tomó un frasco grande y vacío y procedió a llenarlo con pelotas de golf. Luego preguntó a sus alumnos si el frasco estaba lleno. Los estudiantes estuvieron de acuerdo en decir que sí. 

Así que el profesor tomó una caja llena de canicas y la vació dentro del frasco de mayonesa. Las canicas llenaron los espacios vacíos entre las pelotas de golf.  El profesor volvió a preguntar a los estudiantes si el frasco estaba lleno,  ellos volvieron a decir que sí.

Luego...el profesor tomó una caja con arena y la vació dentro  del frasco. Por supuesto, la arena lleno todos los espacios vacíos, así que el profesor pregunto nuevamente si el frasco estaba lleno. En esta ocasión los estudiantes respondieron con un “sí” unánime.

El profesor enseguida agregó 2 tazas de café al contenido del frasco y efectivamente llenó todos los espacios vacíos entre la arena. Los estudiantes reían en esta ocasión. Cuando la risa se apagaba, el profesor dijo: ‘”quiero que os deis cuenta que este frasco representa la vida” 

Las pelotas de golf son las cosas importantes como la familia, los hijos, la salud, los amigos, todo lo que te apasiona. Son cosas, que aunque todo lo demás lo perdiéramos y solo éstas quedaran, nuestras vidas aún  estarían  llenas.

Las canicas son las otras cosas que importan, como trabajo, la casa, el coche...

La arena es todo lo demás, las pequeñeces e insignificancias, lo externo y pasajero. Si ponemos la arena primero en el frasco, no habría espacio para las canicas ni para las pelotas de golf.

Lo mismo ocurre con la vida: Si gastamos todo nuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, nunca tendremos lugar para las cosas realmente importantes. Presta atención a las cosas que son cruciales para tu felicidad… Juega con tus hijos, tómate tiempo para revisar tu salud, ve con tu pareja a cenar, practica tu deporte o afición favorita, atiende a tu interior… y tranquilo… siempre habrá tiempo para limpiar la casa y reparar la llave del agua

Ocúpate de las pelotas de golf primero, de las cosas que realmente importan. Establece tus prioridades, el resto es solo arena.

Uno de los estudiantes levantó la mano y pregunto que representaba el café. El profesor sonrió y dijo: “Que buena pregunta...” Sólo es para demostraros, que no importa cuán ocupada tu vida pueda parecer, siempre hay lugar para un par de tazas de café con un amigo.

Moraleja: Cuando las cosas en la vida parecen demasiado, cuando 24 horas al día no son suficientes... Recuerda el frasco y el café... y prioriza.

miércoles, 21 de julio de 2021

LA OCTAVILLA

 

Estoy convencido que en tus manos, en más de una ocasión, has tenido una octavilla, es decir una hoja que es la octava parte de un pliego de papel. Te lo han podido entregar en mano, de forma directa en la vía publica en un lugar de mucha afluencia de gente, o te lo has encontrado en el buzón de tu casa, o puesto en el parabrisas del coche… La octavilla es un documento que por su pequeño tamaño es rápido de leer, de recordar y de guardar. En la actualidad su uso es publicitario, pero originariamente, en el Renacimiento con la difusión de la imprenta, las octavillas tenían la misión de difundir ideas políticas o sociales.

Una octavilla para que sea efectiva, desde el punto de vista promocional, debe constar de un titular impactante que intrigue al lector y un argumentario muy concreto sobre la idea, el producto, la marca, el establecimiento... que se desea dar a conocer.

Con la moda de poner términos anglosajones a palabras que existen en español, a la octavilla se le llama flyers (traducido como “palabra volante”, pequeña pieza de papel en la que se anuncia un producto o un acontecimiento) Hoy en día, los estados de WhatsApp y otros medios, fruto de las nuevas tecnologías, realizan en algunas ocasiones la función de la octavilla o flyers.

Al coincidir este domingo con la festividad del Apóstol Santiago, las lecturas que se proclaman en la celebración, hacen referencia a diversos aspectos de la vida y de la acción apostólica de los primeros evangelizadores. Pretendo, con este artículo, darte a conocer algunas características, a modo de octavilla, que están presentes en el apóstol de ayer, de hoy y de siempre.

La primera lectura (Hechos 4,33; 5,12.27-33) nos muestra la actividad misionera y apostólica de los “Doce” y en el versículo final, nos habla del martirio de Santiago.

Si tuviéramos que hacer una octavilla de Apóstol, deberíamos resaltar que es un evangelizador con la principal característica de ser “testigo de la Resurrección de Jesús”. Deberíamos acentuar el valor, el optimismo y los efectos beneficiosos de la acción apostólica, continuación de la actividad salvadora de Jesús.

El evangelio (Mateo 20,20-28) nos ayuda a perfeccionar la octavilla que queremos lanzar. Encontramos la petición de un puesto de honor para los hermanos Santiago y Juan (Mt 20,20-23) y la reacción de “indignación” de los demás discípulos, que es la base para una nueva instrucción de Jesús al grupo (Mt 20,24-28) Les informa que lo importante en el Reino no es tener un puesto de honor, sino seguirle a Él en su camino de servicio y entrega. Se les invita a unirse a la pasión. Se exhorta a que no repitan los esquemas de poder y dominio de los que gobiernan el mundo. Y se les recuerda que, con la llegada del Reino, ha tenido lugar una profunda inversión de esquemas: el grande es el que sirve y el primero es el que se hace esclavo de todos. Se completaría la octavilla del apóstol con las palabras del Maestro en la que se pide poner la mirada fija en la cruz, porque allí es donde Jesús ha ejercido el auténtico servicio: la entrega de la propia vida.

Reflexión: Si con lo expuesto hasta el momento no eres capaz de saber qué significa celebrar la festividad de un apóstol, en este caso Santiago, te invito a que leas el texto de la segunda lectura (2 Corintios 4,7-15) porque te ayudará a comprender que la festividad que celebramos no es sólo una invitación a dar gracias a Dios por las personas que tuvieron un primer impulso misionero, sino que también es comprometernos a ser apóstoles, mensajeros y continuadores de la Buena Noticia con un nuevo ardor. Por ello Pablo nos dice que somos vasijas de barro que “llevamos un tesoro” y que “nuestra fuerza es de Dios y no proviene de nosotros”

La acción de Jesús como la de los apóstoles y como las de las primeras comunidades suscitó oposición, dificultad, contradicción y confrontación con las autoridades. Cuenta con estas dificultades en tu “ser apóstol” y en la difusión del evangelio. Sé consciente que la fidelidad a Jesús y al evangelio encuentra oponentes, pero no por ello bajes la intensidad en tu entrega. El Espíritu te acompaña y su fuerza no puede ser detenida ya que eres portador de vida.

Sería un buen ejercicio, en estos días, el que confeccionaras, a partir de esta Palabra de Dios, tu “octavilla sobre el ser apóstol” Sería todo un “puntazo” llegar a tu coche y encontrarte en el parabrisas este pequeño papel. Molaría que en la peatonal de tu ciudad, en el paseo marítimo de tu lugar de vacaciones, en la calle mayor de tu pueblo, en el buzón de tu casa o lanzado desde una furgoneta en marcha se te ofreciera una octavilla en la que pudieras leer y recordar que tú eres tan apóstol como aquellos Doce primeros, que tienes su misma misión y que cuentas con la misma fuerza del Espíritu.

Y si no te encuentras con la octavilla en tu parabrisas, ni en el buzón… tranquilo que para eso tienes las lecturas que se te ofrecen en mano en este domingo.

lunes, 19 de julio de 2021

EL RAYO DE SOL

 

Érase una vez una niña llamada Elsa. Tenía una abuela muy mayor, de cabello blanco, con arrugas en todo el rostro. El padre de Elsa tenía una gran casa en una colina. Todos los días el sol asomaba por las ventanas del sur. Todo lucía brillante y hermoso. La abuela vivía en el lado norte de la casa. El sol nunca entraba en su habitación.

Un día Elsa dijo a su padre:

-¿Por qué el sol no entra en la habitación de la abuela? Sé que a ella le gustaría recibirlo.

-No hay sol en las ventanas del norte, “dijo su padre”.

-Entonces giremos la casa, papá.

-Es demasiado grande para eso, dijo su padre.

-¿La abuela nunca tendrá sol en su habitación?, preguntó Elsa.

-Claro que no, hija, a menos que tú puedas llevarle un poco.

Después de esta conversación, Elsa trató de pensar en modos de llevarle un rayo de sol a su abuela. Cuando jugaba en los campos, veía la hierba y las flores ondulantes. Los pájaros cantaban dulcemente mientras volaban de árbol en árbol. Todo parecía decir: Amamos el sol: Amamos el radiante y cálido sol.

La abuela también lo amaría, pensaba la niña. Debo llevarle un poco.

Una mañana cuando estaba en el jardín sintió los cálidos rayos del sol en su cabello dorado. Se sentó y los vio en su regazo.

Los juntaré en mi vestido, se dijo-, y los llevó a la habitación de la abuela. Se levantó de un brinco y entró en la casa a la carrera. ¡Mira, abuela, mira! Aquí te traigo rayos de sol, exclamó. Y abrió el vestido, pero no había un rayo a la vista.

Asoman por tus ojos, mi niña, dijo la abuela, y brillan en tu cabello brillante y dorado. No necesito el sol cuando te tengo conmigo.

Elsa no entendía cómo el sol podía asomar por sus ojos, pero le alegró hacer feliz a su abuela.

Todas las mañanas jugaba en el jardín. Luego corría a la habitación de su abuela para llevarle el sol en los ojos

Moraleja: Podemos hacer la vida del “otro” más feliz y brillante con nuestras actitudes. No dejemos nunca de pensar cómo llevar luz y sol a quienes nos rodean.

miércoles, 14 de julio de 2021

EL DESCANSO DEL GUERRERO

 

Realmente no sé dónde escuché por primera vez la expresión el “descanso del guerrero” haciendo alusión a la necesidad que tiene el ser humano de coger aire para continuar con su labor. Después de un trabajo agotador, de una entrega generosa, de un cansancio acumulado o de la misma fatiga… es necesario tomar distancia, parar el ritmo y buscar espacios para el sosiego, con la intención de poder seguir adelante. El descanso del guerrero, no consiste en huir ni en esconderse de la realidad, sino en despejarse, tonificar el cuerpo, la mente y el espíritu y prepararse para volver con energía renovada a la batalla del día a día.

Sea cual sea nuestra labor, el reposo es tan necesario como la motivación ya que ambos nos ayudan a renovar y retomar el aliento para continuar adelante con fuerza.

En el aspecto espiritual podemos vernos como “el guerrero” que quiere lo mejor para sí y para las personas que le rodean. Si no queremos poner en riesgo la atención al “otro” que tenemos encomendado se impone que busquemos el descanso, el reposo y la recuperación. A veces no hacer nada, no es sinónimo de vaguería, sino necesidad para un mejor análisis y reflexión.

“Ellos salieron a predicar la conversión” así concluía el evangelio de la semana pasada. El evangelio (Marcos 6,30-34) de este domingo 16 del tiempo Ordinario (ciclo b) comienza con el regreso de los Doce de su misión: “los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado” Su actividad parece haber tenido éxito porque son muchos los que ahora acuden a ellos. Merecen un descanso y Jesús se lo concede llevándoles a un lugar apartado y solitario.

El reposo del discípulo-misionero más que un lugar geográfico concreto, es situado junto a la persona de Jesús, porque es en Él donde se recuperan fuerzas, se cargan pilas y se reaniman en intimidad. En este caso, sin embargo, el intento de estar a solas con Jesús fracasa. Su reposo va a consistir en hacer reposar a otros: “Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma”

Con tres verbos se nos expresa la actividad del Señor, como “Pastor”: Ver, tener compasión y enseñar. La mirada de Jesús no es la de un sociólogo, ni la de un reportero gráfico, sino la de Aquel que mira siempre con los “ojos del corazón”. Su compasión no es sólo sentimiento humano sino algo más profundo, es la conmoción del Mesías en la que se hizo carne la ternura de Dios. Por ello desde esta mirada y desde esta ternura, en Jesús nace el deseo de enseñar, nutrir a la multitud con el pan de su Palabra.

Frente a la actitud de los pastores de la primera lectura (Jeremías 23,1-6) “que dispersan y dejan perecer las ovejas”, Jesús se presenta como el Pastor Bueno del Salmo Responsorial (Sal 23) que tiene la misión de reunir al rebaño para que ninguno se pierda,  alimentar a las ovejas para que crezcan y se multipliquen y ofrecer reposo en verdes praderas para reparar las fuerzas.

Reflexión: Todos sabemos lo beneficioso que es para el hombre y la mujer de hoy el descanso. Es esencial para la salud y básico para la calidad de vida. Sin descanso la capacidad de concentración, de enjuiciamiento y de participar en las actividades cotidianas disminuye, al tiempo que aumenta la irritabilidad.

En este artículo viene a mí memoria aquellas palabras de Jesús en la que se nos invita, a todos los que estamos cansados y agobiados, a acudir a Él porque nos aliviará el peso que nos oprime y encontraremos el descanso necesario. (Mt 11,28-30)

Los que estamos dispuestos a participar de la misma misión que Dios Padre confió a Jesús, debemos vivir sumergidos en la confianza de un Maestro que mira con los ojos del corazón, que siente compasión de nuestros trabajos, miedos, agobios, inseguridades, cansancios… y que nos reconforta mostrándonos su propia persona como el lugar para el descanso del guerrero. El discípulo de Jesús necesita encontrar los tiempos y los espacios oportunos y adecuados para retirarse a reposar, coger aire y cargar pilas, como nos dice el evangelio de hoy: «Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.»

Me gustaría que, desde esta reflexión, encontraras cuál es tú particular “descanso del guerrero”. Para una persona que está fuera de casa todo el día podrá ser su hogar, para quien está continuamente rodeado de ruidos podrá ser el silencio, para alguien que trabaja con ordenadores y papeles podrá ser cerrar los ojos y respirar profundamente, para quien siempre está acompañado podrá ser la soledad, para el de traje y corbata podrá ser una camiseta, pantalón corto e ir descalzo…

Y para ti que eres misionero desde el día de tu bautismo ¿podrá ser Jesús?

lunes, 12 de julio de 2021

CONVERSIÓN Y SEGUIMIENTO

 

En el día de ayer, 11 de julio, celebrábamos la festividad  de San Benito Abad; un hombre que supo hacer vida las actitudes de conversión y seguimiento. La conversión fue una realidad, incluso explícita, dejó en su juventud Roma y su mundanidad para encontrarse, en el silencio, con el Señor, con su mirada de amor. San Benito, tras escuchar la voz de Dios, realizó un seguimiento fiel al Maestro de Nazaret. vivió los valores del evangelio que transmitió a los monjes de sus comunidades. Su regla quiso ser, en medio de la sociedad e Iglesia de su tiempo y de épocas más tardías, una vuelta al Dios del amor y del perdón, el Dios de la paz y de la misericordia, con el que nos podemos encontrar cara a cara en este mundo, sabiendo que encontrarnos con Jesús es la felicidad más grande de la vida del cristiano.

“Conversión” y “seguimiento” son algo más que dos palabras para el cristiano; son las dos actitudes que nos invita a vivir cada frase del evangelio. Son el fundamento de nuestra vida interior, los pilares y cimientos de nuestro “ser cristiano”. Son actitudes vitales y necesarias para encontrarnos con Jesucristo, sentir su llamada y ponernos en actitud de discípulos.

La conversión conlleva cambio de vida, cambio de rumbo, volver los ojos a Dios, seguirle y amarle. Juan Bautista pedía a quien le escuchaba: “Convertíos porque está cerca el reino de los cielos” El mismo Jesús comienza su vida pública, en Galilea, invitando a sus amigos a la conversión.

Jesús sabe que a los hombres, a lo largo de la historia, les costará mantenerse fieles a las bienaventuranzas, al mandamiento nuevo del amor y a los mandatos del Señor, por eso les pide que abran su corazón a la Palabra de Dios, que reorienten sus pasos, que comiencen una vida nueva e intensa.

La conversión implica enmendar, corregir y remediar lo que está pervertido, rectificar cuando uno se equivoca, enderezar lo torcido, allanar lo escabroso. Sólo así puede actuar la misericordia de Dios, sólo de esta forma se produce el milagro del perdón. La invitación a la conversión será una constante en la predicación de Jesús, una de sus preocupaciones, como lo es, o debe ser, también de la Iglesia.

Pero el camino del discípulo, tras la conversión no termina, sino que pasa por el seguimiento. Es ahí donde se nos pide una gran generosidad basada en la fidelidad. Somos mirados por Dios como Padre y Él espera una mirada nuestra de hijos.

En realidad, con la llamada de Jesús al seguimiento se nos pide radicalidad y sinceridad en la respuesta; un “SI” incondicional y rotundo, sin fisuras, imitando el estilo de María, quien tras el anuncio del ángel, no duda en responder con un “Hágase en mi según tu palabra

Responder afirmativamente a la llamada del Señor no es fácil, en ocasiones cuesta, pero no es imposible, se puede realizar y además, según nuestra fe, garantiza la felicidad.

La comodidad de una vida espiritual relajada, alejada de problemas que nos interpelen, o de una vida que no mira al prójimo como hermano, o que se esconce ante los problemas y sufrimientos propios y ajenos… está muy lejos de lo que Dios quiere de nosotros.

El Señor busca que nos impliquemos en la sociedad y en la Iglesia, desde el seguimiento que nos hace ser testigos y profetas.

También hoy podemos sentirnos de nuevo llamados a la tarea de la  evangelización. Jesús sigue pronunciando nuestro nombre, con  nuestras propias circunstancias, aunque nos sintamos con más o menos vigor. Si nuestra actitud es receptiva podremos volver nuestros ojos a Dios y seguir a Jesucristo a donde quiera enviarnos.

BUSCA LA PAZ

A lo largo de nuestra la vida se nos dan circunstancias o acontecimientos donde la paz y la serenidad deben de brillar con luz propias. Humanamente responderíamos, ante estas situaciones que nos “descolocan”, con agresividad y manteniendo una postura intransigente, pero desde el punto de vista del evangelio y de la fe, que vivimos y celebramos en cada Eucaristía, la reflexión y la serenidad deben abrirse paso entre nosotros; ya que lo que predicamos con la palabra lo debemos refrendar con nuestras obras.

Decía Abraham Lincoln que “medir las palabras no es necesariamente endulzar su expresión sino haber previsto y aceptado las consecuencias de ellas” Lo mismo podemos decir de nuestras obras, de tal manera, que a la hora de tomar una determinada postura y decisión miremos, no si nos asiste la razón o no, sino más bien las consecuencias que puede tener lo que nosotros realicemos.

En muchas ocasiones no seremos comprendidos si no realizamos lo que haría cualquier persona; pero los principios de paz que Cristo sembró, y que nosotros debemos continuar sembrando, nos darán la tranquilidad interior de haber hecho lo correcto y de no haber antepuesto nuestro propio interés a la paz social o a la ausencia de crispación de nuestro entorno.

La iglesia: obispos, sacerdotes y seglares debemos de crear en nuestra sociedad un estilo y forma de vivir que imite a Jesucristo; y Él supo aceptar la injusticia de la cruz por un bien mayor. Nosotros debemos saber aceptar, callar y actuar con paz buscando siempre un bien mayor, fruto de la reflexión y de una forma nueva de vivir. No importa el aplauso fácil del mundo, a nosotros nos interesa el aplauso de Dios, el aplauso de la puerta estrecha.

miércoles, 7 de julio de 2021

LA HISTORIA DEL LÁPIZ (Autor: Paulo Coelho)


El niño miraba a su abuelo escribir una carta. En un momento dado, le preguntó: ¿Estás escribiendo una historia que nos pasó a los dos? ¿Es, quizá, una historia sobre mí? 

El abuelo dejó de escribir, sonrió y dijo al nieto: Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas. 

El niño miró el lápiz, intrigado, y no vio nada de especial. Y dijo: ¡Pero si es igual a todos los lápices que he visto en mi vida! 

El abuelo le contestó: Todo depende del modo en que mires las cosas. Hay en el lápiz cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán de ti una persona por siempre en paz con el mundo.

Primera cualidad: puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una mano que guía tus pasos. A esta mano nosotros la llamamos Dios, y Él siempre te conducirá en dirección a su voluntad. 

Segunda: de vez en cuando necesito dejar de escribir y usar el sacapuntas. Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final está más afilado. Por lo tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te harán mejor persona. 

Tercera: el lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal. Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino de la justicia. 

Cuarta: lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el carboncillo que hay dentro. Por lo tanto, cuida siempre de lo que sucede en tu interior. 

Finalmente, la quinta cualidad del lápiz: siempre deja una marca. De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida dejará trazos; por ello intenta ser consciente de cada acción que realices y deja marcas de bondad en tu paso por el mundo.

INSTRUCCIONES RECIBIDAS

 

Cuando una amistad te pide que le cuides su conejo, mientras disfruta de unas merecidas vacaciones, y tú nunca has hecho esta labor, necesitas unas pautas de actuación, para que cuando vuelva, quien te confió esa actividad, encuentre su animal en perfectas condiciones. A modo de instrucciones se te entrega un escrito, previamente explicado, donde se expresa la cantidad de pienso, heno y verduras que debes poner diariamente para alimentar al animal. Igualmente la limpieza del recinto y el agua que necesita. Si eres medianamente inteligente comprendes, de las palabras que te dicen, que también debes evitar al conejo las altas temperaturas... Esta pequeña actividad, como otras que se te confían en la vida, tendrá éxito si, cumpliendo las instrucciones recibidas, te tomas en serio el compromiso que adquieres cuando aceptas la misión que se te ha propuesto.

Salvando las distancias entre un conejo y un ser humano, la lectura del evangelio de este domingo 15 del tiempo Ordinario (ciclo b) nos presenta el programa que Jesús entrega a sus discípulos para realizar su misma misión. Un programa que encontramos en una primera fase en Marcos 3,14-15: "Instituyó Doce, para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con poder de expulsar los demonios."

Con el texto del evangelio (Marcos 6,7-13) comienza Jesús una nueva etapa en la que se entrega a una peregrinación constante. Esta nueva etapa se inicia haciendo un escueto resumen sobre su actividad de Maestro itinerante a la que seguirá la elección de los Doce. Estos (apóstoles) han acompañado a Jesús ya desde un prolongado periodo de tiempo. Han escuchado su enseñanza en parábolas y sus explicaciones complementarias. Han presenciado sus milagros. Ahora deben emprender la segunda fase del programa: predicar la conversión y dar a conocer a Dios Padre que salva y levanta del polvo al desvalido. Y para ello “los llamó, les envió y les dio autoridad”

Reciben unas instrucciones concretas que no tienen fecha de caducidad sino que conservan su sentido y valor en todo tiempo y lugar. Estas instrucciones pueden resumirse en: ir provisto abundantemente de falta de seguridades (“Para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto”) Pidió a sus enviados, para que sean creíbles, que confíen menos en sus propios medios, en su propio equipaje y más en la fuerza del mensaje a comunicar.

En este contexto de envío podemos entender la primera lectura (Amós 7,12-15) El profeta hace una breve alusión a su propia vocación y al origen de su misión. Amós se ganaba la vida como pastor y cultivador de higos, no como profeta. Él no es un profeta profesional o contratado, ni hace de la profecía un medio de vida sujeta a la voluntad del rey, por lo que sus palabras no están controladas por ningún poder. Más bien, su misión es el resultado de una acción de Dios que interrumpe la normalidad de su vida y desde esta acción de Dios anuncia y denuncia en libertad.

Reflexión: También tú y yo, desde el bautismo, somos llamados y enviados a realizar la misma misión del Maestro: predicar el Reino de Dios con palabras y obras de fraternidad. Mostrar al mundo el rostro del Padre, rico en misericordia, que ofrece a la humanidad una oferta de salvación.

Si la misión de Jesús, la de los apóstoles y la nuestra es la misma, también son idénticas las instrucciones recibidas. No por ser discípulos del siglo XXI recibimos instrucciones diferentes. Tendremos que hacer un ejercicio de traducción al lenguaje de hoy las palabras de ayer, pero el resultado no puede ser otro, totalmente ajeno y contrario al del evangelio. Una cosa es acomodar las formas, los medios, los estilos… a la vida actual, y otra, muy distinta, es pretender que las palabras de Jesús y sus instrucciones para ser discípulos no son válidas o han pasado de moda.

Las instrucciones del Señor, que nos presenta el evangelio de Marcos, son una llamada de atención, al misionero de todos los tiempos, para que ponga su confianza en quien le envía y no en sus propias fuerzas y seguridades. Se nos pide despojarnos de nuestros bastones, panes, alforjas, dineros, túnicas… y optar por la equipación de la sencillez, la confianza, la esperanza y el amor.

Podremos tener planes pastorales perfectos o medios de comunicación que estén al “último grito” o modernidades alucinantes para realizar actividades de todo tipo… pero como pongas tú confianza en ellos, lo centralices en ti y no en la fuerza del mensaje que comunicas habrás roto en mil pedazos las sencillas instrucciones del Maestro itinerante.

¡Ufff… no quiero ni pensar qué sería del conejo si tirara a la basura las instrucciones recibidas!