lunes, 4 de agosto de 2025

LEÓN XIV: COMPRAR, ACUMULAR, CONSUMIR NO ES SUFICIENTE. NECESITAMOS ALZAR LOS OJOS, MIRAR A LO ALTO, A LAS «COSAS CELESTIALES»

 

Ante más de un millón de jóvenes, en su homilía de la Santa Misa en la explanada de Tor Vergata, el Santo Padre aseguró que el verdadero sabor de la vida no depende de lo que acumulamos ni de lo que poseemos, sino de lo que se acoge y se comparte con alegría, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones.

“¡Buon giorno a tutti! ¡Buona Domenica! ¡Good morning! ¡Buenos días! ¡Bonjour, Guten Morgen!” Este fue el saludo del Papa León sobre el palco y desde allí invocó la bendición de Dios sobre todos y expresó su deseo de que “la gran celebración en la que Cristo nos ha dejado su presencia en la Eucaristía” sea “una ocasión verdaderamente memorable para cada uno de nosotros”. 

En este enlace te ofrezco la homilía completa del Papa león XIV en la celebración de la Eucaristía del jubileo de los jóvenes.

https://www.vatican.va/content/leo-xiv/es/homilies/2025/documents/20250803-omelia-giubileo-giovani.html

miércoles, 30 de julio de 2025

DECRETO DEL SR OBISPO SOBRE MISAS CON VARIAS INTENCIONES

 

PRIORIDADES

 

Posiblemente, la gracia del ser humano esté en la gran variedad y distintas prioridades que poseen cada uno de ellos. Al nacer un hombre o mujer se rompe el molde y no viene a la vida otro semejante a él o a ella. Por esto, no te mosquees si tu prójimo no da sentido a lo que tu crees que es prioritario. Seguramente, lo que tú crees esencial, él lo ve secundario. ¡Allá cada cual!

Lo alucinante es que los que mamamos a los pechos del mismo Evangelio tengamos, en cuestiones de fe, prioridades ya no distintas, sino contrarias.

La lectura evangélica de este domingo 18 del tiempo Ordinario (ciclo c) está enmarcada en el capítulo doce de Lucas. Todo este capitulo nos está hablando de la prioridad del Reino y de que la vida de una persona tiene sentido, y se hace rica ante Dios, cuando ha sabido establecer una escala de prioridades que responden a las urgencias del Reino. Saber centrar nuestra vida y tener unos objetivos claros y evangélicos que sean expresión de la voluntad del Padre, es lo que nos hace ricos ante Dios.

En el evangelio, (Lucas 12,13-21) Jesús rechaza sabiamente el papel de juez y arbitro en el asunto de herencias: «Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia» Él le contestó: «Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?» Es una de las pocas peticiones que no son atendidas por Él. Pero sí aprovecha para lanzar un mensaje, donde invita a evitar ser preso de la codicia: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia»

Lucas, para referirse a la codicia, usa el mismo termino que Pablo en sus cartas para referirse a la idolatría: “Dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia y la avaricia, que es una idolatría” (segunda lectura) Y es que la idolatría consiste en poner la confianza y en entregar la vida a alguien o algo que no es Dios.

Contra esta inversión de valores, prioridades y seguridades, el evangelista narra una parábola destinada a ilustrar que, aunque se nade en la abundancia, la vida no depende de las riquezas «Aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes»

El corazón de esta parábola está en el monologo. Se trata de un hombre rico, ensimismado, satisfecho con el resultado de la cosecha, que no sólo confía en sus bienes, sino que está dispuesto a disponer de ellos en exclusividad y en beneficio propio. “Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida” La intervención de Dios hace ver lo ilusorio y equivocado de sus planes: “Dios le dijo: "Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?"

La parábola nos habla de una cuestión de prioridades y de sentido de la vida. Hay un rechazo, por parte de Jesús, a la acumulación de bienes en beneficio de uno mismo, porque esta forma de vivir no se ajusta a la voluntad de amor generoso de Dios. «Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios». De nada sirve la acumulación de bienes; y quien piensa que la vida depende del atesorar riquezas en este mundo es un insensato.

Reflexión: Amig@, el riesgo de quien vive disfrutando de sus bienes es olvidar su condición de hijo de Dios y hermano de los otros seres humanos. En la medida que tu corazón está puesto en lo material, en la misma medida te esclaviza, te cierra a Dios, te hace que te olvides de tu condición de hermano y que rompas tu solidaridad con el otro. Dios no puede reinar, principalmente porque no le damos sitio, en el hombre o mujer que es dominado por los bienes materiales, de los que emergen el poder y la seguridad.

Me gusta la presentación que hace de Jesús el evangelista Lucas. Si te das cuenta, no es un moralista al uso, deseoso de saber cómo adquirimos los bienes y cómo los usamos, sino que condena directamente la vida del que se obsesiona por almacenar cosechas en graneros cada vez más grandes. En el evangelio de Lucas, el tema de las riquezas (de las riquezas acumuladas) quema, porque aparece casi siempre en contraposición al Reino y como algo idolátrico.

Piénsalo detenidamente y encontrarás una gran insensatez y necedad el consagrar todas tus energías, imaginación, tiempo y esfuerzos en adquirir y conservar riquezas para tú uso exclusivo. Por ello, no seas necio, lo “que has acumulado, ¿de quién será?"

Un grado más que el de la insensatez, es la locura mental de aquellos que rompen el orden mundial con aranceles injustos, fruto de su codicia, que empobrecen al pobre. Igualmente, se supera el grado de la necedad y el de la maldad en aquellos que arrasan una tierra y a cuantos en ella habitan, impidiendo que tengan acceso a la ayuda necesaria para subsistir y debilitando al ser humano hasta morir de hambre… En fin, mira a ver cuáles son tus prioridades. Y después cotéjalas con el Evangelio… Lo demás está demás.

lunes, 28 de julio de 2025

FINAL DEL CAMPAMENTO ALVEUS

 
Foto: Monitores Grupo Scouts Alveus

El pasado domingo, día 27, con la celebración de la Eucaristía y la comida de las familias, finalizó el campamento del grupo Scouts Alveus, que se celebró en el paraje de “Aguabuena” en el término municipal de Poveda de la Sierra.

Han sido diez días en que los niñ@s han participado con alegría, junto con sus monitores, compartiendo con la naturaleza y creciendo en valores.

Esperamos que esta experiencia vivida haya enriquecido a todos los que han formado parte de este campamento 2025 y agradecemos a los monitores y a las familias su disponibilidad y confianza.

Con el campamento, el grupo Scouts Alveus, cierra las actividades programadas para este curso pastoral. Volverán con más fuerza el próximo mes de octubre.

viernes, 25 de julio de 2025

CUESTIÓN DE NECESIDAD

 

Domingo XVII Tiempo Ordinario

La oración es para el cristiano lo que el aceite para el motor del coche. En nuestro vehículo notamos el nivel de aceite bajo, no sólo porque se enciente un chivato o testigo en el salpicadero, sino también por sus síntomas: un alto nivel de dificultad para arrancar el coche, sonidos de motor más fuertes o ruidosos de lo normal, una pérdida de potencia, un aumento en el consumo de combustible, un humo persistente... Si en estos casos no comprendes la necesidad de poner aceite al coche, entonces el motor se te gripará por la fricción excesiva entre piezas debido a la falta de lubricación y no te quedará otra que inmovilizar el vehículo.

Como en la vida espiritual, cuanto más ruidoso somos y menos potencia poseemos, más necesidad tenemos de la oración. Puede que, en el salpicadero, instalado en tu interior, aparezca, en alguna ocasión, el chivato o el testigo de color rojo que te informa de un nivel escaso de “estar a solas con aquel que sabes que te ama”. Y, la consecuencia será la misma que un motor gripado: la inmovilización en tu seguimiento de Jesús.

La lectura evangélica de este domingo 17 del tiempo Ordinario (ciclo c) es una catequesis sobre la oración cristiana. Tanto el discípulo como la comunidad necesitan orar. El evangelista recoge, en este pasaje, el talante, el estilo, la forma y el espíritu que debe impregnar la oración del cristiano.

Puede que los discípulos quedaran alucinados porque Jesús enseña, no una oración para repetir de memoria, ni una oración exclusiva para el templo (para un judío lugar de la presencia de Dios por excelencia) sino una oración de confianza que resume las convicciones y deseos que deben estar presentes en nuestra relación con Dios.

Jesús oraba con frecuencia. De hecho, la escena que nos presenta el evangelio de este domingo, (Lucas11, 1-13) es una de estas ocasiones. “Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar…” Los discípulos, que no han participado en la oración de Jesús, sienten la necesidad de tener unas formas de orar parecidas a los discípulos del Bautista: «Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos». Es, entonces, cuando Jesús les ofrece una oración nada ritualizada, llena de confianza y de compromiso: «Cuando oréis decid: Padre…»

La oración del Padrenuestro que Jesús recita a sus discípulos, introduce un cambio profundo en las relaciones de los seres humanos con Dios. Ya no nos dirigimos a un Dios lejano al que hay que orar para aplacar su venganza, sino a un Dios Amor al que nos acercamos con confianza. El temor es sustituido por el amor, hasta el punto que orar, como Jesús enseñó, es más que una oración ritual, ya que es expresión de un estilo de vida identificada con el proyecto de Dios y enamorada de ese proyecto.

Esta confianza, que nos ofrece la oración propuesta por Jesús, se manifiesta en los versículos siguientes, donde se contiene una parábola en la que Dios es comparado a un “amigo” al que hay que acudir con insistencia y al que hay que pedir, buscar y llamar con la seguridad de que “se recibe lo que se pide”, “se encuentra lo que se busca” y “se abren las puertas cuando se llama”

A continuación, Jesús pone una serie de ejemplos, extraídos de la vida cotidiana, para remarcar que la bondad y el amor de Dios es el fundamento de la oración. Finaliza el texto con una frase lapidaria: «Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden!». Para Lucas, el don por excelencia es el Espíritu Santo

Reflexión: Hemos recitado tantas veces el Padrenuestro y, con frecuencia, de manera tan mecánica y superficial, que hemos terminado por no darnos cuenta de la hondura y la novedad de esta oración. Quizás, necesitamos aprender de nuevo el Padrenuestro y volverlo a llenar de contenido para que esas palabras, que pronunciamos en tantos momentos y tan rutinariamente, renazcan con vida nueva en nosotros, crezcan y den sentido a nuestra vida de discípulos.

Te invito, desde este relato, a una relación nueva con lo divino, con el Absoluto, que esté presidida por la necesidad de la oración; de tal forma que sea la práctica central y la característica especial de tu religiosidad. Orar es reconocer humildemente nuestras limitaciones y nuestras fragilidades, pero orar también es el anhelo de quererlas superar con la fuerza del Espíritu.

Amig@, contempla la oración como necesidad. Siente que Dios no es un dios mágico y caprichoso, alejado de tu vida, sino un Padre/Madre que se manifiesta como amor, salvador y liberador. Hoy por hoy, ante tantos aceites fraudulentos para el motor de tu vida, que hacen más daño que bien, la oración es el genuino. La marca es “Bondad-Repsol”

lunes, 21 de julio de 2025

APÓSTOL SANTIAGO, EL MAYOR

 

Cada 25 de julio la Iglesia celebra la fiesta de Santiago Apóstol, o Santiago, el Mayor, denominado así para diferenciarlo de otro de los apóstoles de Cristo, ‘Santiago, el Menor’. También es conocido como el “Hijo del trueno” apelativo que usó Jesús con él y con su hermano Juan, en alusión al padre de ambos, Zebedeo.

Nació en Betsaida, Galilea, hacia el año 5 a.C. Fue uno de los primeros convocados por Jesús, quien se acercó a él mientras pescaba en el lago de Genesaret junto a Juan, su hermano (Mc 1, 19).

De acuerdo a los Evangelios, Santiago fue testigo, con Juan y Pedro, de algunos de los momentos más intensos de la vida de Jesús, lo que evidencia su cercanía con el Hijo de Dios. Algunos de esos momentos son, por ejemplo, la Transfiguración en el Monte Tabor, la pesca milagrosa y la noche en la que Jesús permanece orando en Getsemaní, en la víspera de su Pasión.

El apóstol Santiago ocupa un lugar especial en la historia de la Iglesia primitiva, destacando por su virtud, empuje evangelizador y carácter valeroso. Fue él quien llevó la Palabra de Dios a tierras completamente alejadas de su Galilea natal.

El mundo hispánico estará siempre asociado, desde sus raíces, a Santiago. Varias son las ciudades de Hispanoamérica tienen su nombre, como Santiago de Chile, Santiago en República Dominicana, o Santiago de Cuba.

miércoles, 16 de julio de 2025

LAS COMPARACIONES

 

Domingo XVI Tiempo Ordinario

Dicen que las comparaciones son odiosas, pero también, en ciertos casos, son inevitables. Además, cuando lo que se compara es lo que dejas de hacer tú y lo tengo que hacer yo, entonces, la comparación, se vuelve queja y juicio. Y cuando, entre dos personas, lo que chocan son deberes de unos contra derechos de otros, lo que se suele buscar es un tercero para que medie y dé o quite la razón a uno de ellos.

Sin que sirva de queja, ni de juicio, “aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid”, ya podría el Ayuntamiento de Guadalajara pintar lo que asfaltó hace meses en la Avenida Pedro Sanz Vázquez, más que nada porque, aunque por aquí no pasan autoridades en procesión, sí pasamos personas que pagamos nuestros impuestos.  ¡Ah, sin acritud, eh!

En las lecturas que son proclamadas este domingo 16 del tiempo Ordinario (ciclo c) nos encontramos con el valor de la hospitalidad que, para un judío, además de una atención a la persona, era también una manera de alabar a Dios. Desde esta concepción de la hospitalidad comprendemos que la tienda de Abraham, siempre abierta, sea sello distintivo de esta amabilidad y atención al otro. Igualmente, ocurre en la casa de la familia de Betania (Marta y María) donde debía de haber muchos invitados que tenían que ser atendidos como deber del anfitrión.

Muestra del valor judío de la hospitalidad se nos ofrece la primera lectura (Génesis 18,1-10a) donde encontramos a Abraham a la sombra de su tienda en un día caluroso. Se ve sorprendido por la presencia de tres caminantes. Sale a su encuentro y los invita a descansar y tomar bocado. Los trata con normas exageradas de hospitalidad ordenando a Sara que haga pan y a los pastores que maten una res y la guisen. Mientras ellos comen, Abraham permanece en pie como un criado. Los caminantes prometen a Sara que concebirá un hijo. Parece que hay una relación de premio entre la hospitalidad de Abraham y Sara y el don del hijo esperado.

El evangelio (Lucas 10, 38-42) nos presenta a Jesús entrando en casa de dos hermanas: María que como un buen discípulo estaba “sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra” y Marta, también discípula, “se multiplicaba para dar abasto con el servicio” Ambas, quien le escucha y quien le recibe en su casa, atienden al Maestro. Pero de Marta, el evangelista puntualiza que los quehaceres del deber de la hospitalidad le hacen enjuiciar y quejarse: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano». Involucra a Jesús para hacer que su hermana se deje de cuentos y haga lo que ella hace.

Jesús responde con una advertencia: «Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas...; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán» Coger, escuchar, gozar con la novedad del mensaje de Jesús, ésa es la mejor parte. María quiere empaparse de la buena noticia que trae Jesús, mientras que Marta, como los Doce, siendo discípula de Jesús sigue atada a lo que ella cree, al cumplimiento, a la ley vieja, a las imposiciones de la hospitalidad… a lo de siempre. No ha descubierto la novedad de Jesús. Por ello, Marta es prototipo de las personas atrapada en mil tareas y esclava de una religiosidad cerrada a la novedad de Jesús y carente de alegría.

María es la otra cara de la moneda, puesta a los pies de Jesús, escucha para aprender a vivir la vida desde la nueva perspectiva que el Maestro proclama y comunica. Ha escogido ser discípula y dejarse moldear, vivir a la escucha y creer en la buena noticia liberadora del Señor.

Reflexión: Me niego a traducir este episodio de las amigas de Jesús, en la contraposición de oración y acción, vida contemplativa y vida de compromiso, preocupación por lo espiritual y preocupación por lo material. Y, menos aún, determinar que una está por encima de la otra. No creo que se reproche, en este texto, el servicio de Marta, su entrega y caridad, sino, más bien, su ansiedad, inquietud y nerviosismo de cumplir y estar en posesión de la verdad.

Amig@, para mí, este texto no contrapone ninguna de las dos actitudes que representan Marta y María, sino que aúna ambas. Por ello, te propongo que busques el equilibrio y veas la manera de ser contemplativo en la acción y activo en la contemplación. Necesitamos aprender a conjugar el silencio y el escuchar al Señor, fuente de vida, con la actividad de cada día. Para ello, lo primero es acoger a Jesús en nuestra casa, después sentir la necesidad de sentarnos a sus pies y, por último, anunciarlo con las obras. Sólo así podremos “hospedarnos en su tienda” (Salmo responsorial)

Nada de absurdas comparaciones, ni juicios, ni quejas, ni tú haces menos que yo. Eso sí, no te olvides de pintar la calle asfaltada hace meses.

sábado, 12 de julio de 2025

CHARLA "EL ÁRBOL DE LA GRITUTD". VIERNES 25 JULIO, 11,00 H. CASA NAZARET

 

El mes de julio, el Jubileo de la Esperanza nos propone trabajar el signo de Mayores. Podéis participar en la charla: “El árbol de la gratitud”, que se realizará el viernes 25 de julio, a las 11.00 horas, en el salón de actos de Casa Nazaret, Guadalajara.

viernes, 11 de julio de 2025

PARECE QUE SIN SORPRESAS

 

Domingo XV Tiempo Ordinario

 No sé realmente si es bueno o malo, pero no encuentro muchas novedades. Igual habrá que afirmar aquello de “no hay nada nuevo bajo el sol”. Mes de julio por la mañana el encierro de San Fermín y a medio día el “Tour de Francia”. Hay cosas que no cambian y que se repiten constantemente como un “mantra”. Cuando hablo de ausencia de novedades, no me refiero a la clase política, ya que ella, por sí sola, es una caja de sorpresas. Pero en general, en la cotidianidad, parece que todo es inmovilismo, incluso en lo espiritual…. Y digo “parece que sin sorpresas” porque la vida tiene esa apariencia o aspecto. Sin embargo, nada mas lejos de la realidad, hasta los acontecimientos más cotidianos e insignificantes tienen un alto grado de novedad. Eso sí, hay que descubrirlo.

En las lecturas que son proclamadas este domingo 15 del tiempo Ordinario (ciclo c) nos encontramos, frente a frente, con un Dios que ni excusa, ni justifica la indiferencia ante el dolor del prójimo. Y esto, no es una novedad del cristianismo del siglo XXI, ya desde los primeros capítulos de la Biblia el pasotismo ante el “otro” es denunciado por Dios cuando señala a Caín que la sangre derramada de su hermano Abel clama desde el suelo. Así que, de sorpresas… nada de nada.  

El evangelio (Lucas 10, 25-37) nos presenta la conocida parábola del “Buen samaritano”. Este pasaje, tan claro y directo, es fundamental para captar la nueva experiencia religiosa que nos trae Jesús. Parece que no contiene sorpresas y, sin embargo, es una novedad absoluta, porque nos ofrece la inseparabilidad del amor a Dios y al prójimo, hasta el punto que quien no ama “al otro” de forma práctica no ama a Dios. Y esta afirmación no tiene medias tintas, ni cloroformo. Tal cual, como suena… esto ya se decía en el AT, como bien response el maestro de la ley: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo».

Jesús cambia nuestra idea sobre «¿Quién es mi prójimo?» Mientras que el jurista le pregunta por ello, Jesús, por medio de la parábola del Buen Samaritano, le responde: «¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los bandidos?». Es decir, no es lo importante saber quién es el prójimo, sino hacerse prójimo. Prójimo soy yo cuando me acerco al otro y le ofrezco lo que poseo (tiempo, talentos, bienes, ayuda, escucha)

De este modo la pregunta primera se invierte y se transforma en “¿cómo puedo ser yo el prójimo del necesitado? No podemos olvidar que los expertos en la ley, levitas y sacerdotes, huyeron, actuaron con indiferencia y pasaron de largo. Sus conocimientos no les sirvieron para responder a la necesidad concreta que se les presentaba, su corazón no estaba convertido al Dios de la ternura y, además, pusieron tristemente distancia frente a la realidad.

Igualmente, se nos dice en la parábola, que debemos hacernos prójimos, primeramente, del caído, del herido, del que sufre, del despojado de derechos… «un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó» del que curiosamente, no se nos comenta nada sobre su nacionalidad, ni su nombre, ni a la familia que pertenece, ni su posición social, ni los ingresos que posee, ni su religión, ni a quien vota, ni su opción sexual…El prójimo es cualquiera y el orden de preferencia comienza por el que más sufre.

Jesús, mediante los dos personajes (sacerdote y levita) hace una crítica dura a la religiosidad sin prójimo y sin compasión. Ambos son representantes oficiales de la religión, preocupados por el culto, el templo y el servicio legal a Dios. Pero al ver al herido “dieron un rodeo y pasaron de largo” La religión sin prójimo tergiversa el mandamiento de Dios y es falsa.

Reflexión: La parábola nos descubre que el que tiene el secreto de la vida eterna es, paradójicamente, un samaritano que detuvo su paso, se ocupó del herido, regaló cercanía, ofreció curación con sus propias manos e invirtió dinero de su bolsillo… Fue capaz de dejar todo a un lado ante el herido y sin conocerlo le consideró digno de dedicarle su tiempo… No tiene los conocimientos de los hombres expertos en la ley, pero si tiene un corazón compasivo que sabe expresarse a través de un amor eficaz.

Mientras que la religión judía cerraba la puerta de Dios a los pobres, a los extranjeros, a los heterodoxos… Jesus abre la puerta de la vida eterna a todos. La persona elegida como modelo de lo que hay que hacer para tener vida verdadera es un samaritano, una persona tenida por hereje y proscrito, tanto que el maestro de la ley no se atreve a pronunciar la palabra “samaritano” y contesta. “El que tuvo compasión de él”

Jesús remacha el clavo: «Anda, haz tú lo mismo» ¿Con quién te identificas? Es una pregunta cruda, directa y determinante. Ante esta pregunta caen nuestras máscaras, etiquetas o disfraces.

Ya te decía que perece, y sólo parece, que no hay sorpresas.

sábado, 5 de julio de 2025

DOS PROPUESTAS PARA EL CÍRCULO DE SILENCIO DE JULIO... DIAS 8 Y 15

 

UN NUEVO MANDAO

 

Domingo XIV Tiempo Ordinario

¿Quién de entre nosotros no ha tenido que hacer un recado en un momento determinado de la vida? Hace unos años, no muy lejanos en el tiempo, uno de nuestros mayores te mandaba a un lugar, con una misión concreta, y no dudabas un instante en realizarlo, porque no era una opción el “no”. Además, no hacerlo implicaba una falta de respeto o se entendía como desobediencia. Los recados son muy variados, pero todos requieren ser enviado por otra persona y un desplazamiento para obtener algo o realizar una acción.

Como el “libro de los gustos está en blanco” y “para gustos los colores”, a mí, personalmente, me gusta más la expresión “Hacer un madao”, que tiene el mismo significado, pero una sonoridad distinta. A la postre, lo que importa es que un “mandao” o un recado no deja de ser una misión o tarea, donde uno es enviado por otro a realizar una gestión que implica levantarse del sofá.

La Palabra de Dios, y más concretamente el evangelio de este domingo 14 del tiempo Ordinario (ciclo c) nos presenta a setenta y dos discípulos del Señor, que son enviados por Él a “realizar un mandao”, con unas características concretas. No son enviados a predicarse a sí mismos, ni a anunciar su propio mensaje, sino a proclamar el evangelio de la cercanía del Reino de Dios. Esto me lleva a pensar que la Iglesia está en misión permanente y que, por lo tanto, tu misión y la mía, debe tener el estilo que nos presenta el texto dominical.

El evangelio (Lucas 10,1-9) nos ofrece diversos rasgos de la evangelización. El primero de ellos, es la universalidad, es decir, todos los cristianos estamos llamados a anunciar el Reino, no sólo los Doce. Y para ello, “designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir Él” Empobreceríamos este relato evangélico si pensáramos que son enviados a la misión exclusivamente curas, monjas y misioneros. La elección y el envío tiene un carácter comunitario, es misión de todos. Es necesario que haya hombres y mujeres, laicos o no, que anuncien la Palabra y que trabajen por hacer real y presente el reino en el mundo.

En segundo lugar, destaco que esta misión tiene un carácter de urgencia. “¡Poneos en camino!”. Es decir, tomar conciencia de las necesidades del Reino y poner los medios más adecuados para asumir con responsabilidad la misión a la que somos enviados. “No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino” es una invitación a vivir esa urgencia que no permite detenerse en la complejidad de la cortesía oriental, ni a poner la confianza en las posesiones o poderes.

Por último, se anuncia la dificultad que entraña la misión y que se describe con la imagen de los discípulos “como corderos en medio de lobos”. Pero esta dificultad no se puede combatir ni con la intimidación ni con la fuerza, sino con la “paz” que es el signo bíblico por excelencia de la presencia de Dios y de su Reino de salvación y de liberación. Junto a la paz el discípulo debe misionar compartiendo y sanando: “comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya”

Con estos consejos y con la certeza de la fuerza de Jesús que los acompaña, los discípulos salen a “los pueblos y lugares a proclamar que está cerca de vosotros el reino de Dios"… El regreso de los discípulos es alegre, han comprobado que el Reino empieza a manifestarse en la humanidad.

Reflexión: Las indicaciones que Jesús da a los setenta y dos discípulos siguen siendo hoy una inspiración y una pauta de actuación para nosotros, ya que son alertas de posibles situaciones con las que nos podemos encontrar.

Estas instrucciones tienen un componente grande de libertad, pues el discípulo no está sujeto ni a bolsa, ni a sandalias, ni a alforjas, sino que ha de aprender a vivir “ligero de equipaje” porque su seguridad en la misión no está en tener y acumular. Por ello, una Iglesia que busque el pesebre de los poderosos no podrá ser testigo de la paz, ni estará en condiciones de anunciar que el Reino de Dios está cerca.

Amig@, descubre la belleza que encierra el “mandao” que Jesús te hace. En medio de una sociedad de “lobos” se te invita a vivir de tal manera que toda persona pueda descubrir que la bondad, la ternura, la misericordia, la paz y el servicio existen. No te anuncies a ti mismo, ni a tu persona ni a tu mensaje, sino, más bien, proclama el mensaje de Jesús: “El reino de Dios ha llegado”, el mal no tiene la última palabra, el amor es más fuerte que el miedo.

No olvides quién te envía. Tu fuerza radica en tu pequeñez, tu poder se forja en el Espíritu de Dios que camina contigo. Es el tiempo de ponerse en camino y acoger el “mandao” del Maestro.

domingo, 29 de junio de 2025

NUESTRO CORO PRESENTE EN CASASANA CELEBRANDO A NTRA SRA DEL PERPETUO SOCORRO

 

La localidad alcarreña de Casasana celebró, el pasado sábado 28 de junio, la festividad de la Virgen María, bajo la advocación de nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

El coro de nuestra parroquia fue invitado a vivir esta festividad de la Virgen María. Con su canto y música ayudaron a la oración y al contacto con Dios que se hace presente y vivo en medio de su pueblo, por medio de su Madre María.

Una vez más, gracias a quienes hacéis posible el encuentro del ser humano con Dios a través de la música.

viernes, 27 de junio de 2025

MOMENTO CLAVE

 

Solemnidad de San Pedro y San Pablo

Si te detienes un minuto a pensar en qué momento tomaste una determinación que ha marcado tu vida, te darás cuenta que ese instante ha sido clave y decisivo para que tu paso por este mundo tomara una dirección concreta. Podemos decir que nuestra vida se compone de momentos fundamentales, esenciales e importantes que marcan, para bien o para mal, nuestra andadura. Es más, en algunas ocasiones, pienso que cada jornada está plagada de momentos clave que son retos y oportunidades para capturar y preservar los recuerdos y emociones del día para revivirlos o compartirlos con otros.

Todo puede ser clave en tu historia, desde el día que te decides por unos estudios concretos a realizar, hasta la decisión de tu estado civil, sin olvidar los diversos acontecimientos que vives en tu entorno, que, aunque no los generes tú directamente forman también parte de ti. ¡Que se lo digan a aquellos que tienen un niet@!

El evangelio de la solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo (ciclo c) nos regala un momento clave de la vida de Jesús. Parece que el Maestro tuvo unos comienzos brillantes y que fueron muchos los que le siguieron. Pero después de ese triunfo inicial tuvo que afrontar el rechazo de los jefes religiosos, la incomprensión de parte del pueblo y el abandono de algunos discípulos. Es decir, cuando el fracaso aparente de su ministerio llamaba a su puerta, realiza una doble pregunta, que no es un juego literario sino una cuestión vital.

En el evangelio (Mateo 16,13-20) encontramos la doble pregunta: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?» «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Jesús necesita saber qué es lo que piensan los de fuera y los de dentro para ver si su camino realizado hasta ahora es el acertado y acerca el Reino de Dios a los hombres y mujeres.

La doble pregunta hace que aparezca con claridad la diferencia entre la opinión de la gente y la de sus discípulos. Pedro, en nombre de estos últimos, reconoce que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios. Dos títulos que resumen la fe de la comunidad de Mateo, ya presentado al inicio de su evangelio Mt 1,1-4.6

El Señor, responde a Pedro con palabras de felicitación y haciéndole un encargo muy especial de cara a la Iglesia: «¡Dichoso tú, Simón, ¡hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará» Jesús declara a Pedro “dichoso”, no por sus méritos, sino porque el Padre le ha revelado el misterio para reconocerle como Mesías e Hijo de Dios. Le confía la misión de ser “roca” firme sobre la que asentará la Iglesia para que no sucumba ante las dificultades.

Con el fin de cumplir esta misión, Jesús le entrega las “llaves del Reino” y le confiere el poder de “atar y desatar”. La entrega de las llaves equivale al nombramiento de mayordomo como aparece en textos del Antiguo Testamento (Isaías 22,19-22) Por otro lado, atar y desatar designaba entre los judíos de la época, la potestad de interpretar la ley de Moisés con autoridad y adaptarla a las nuevas necesidades y situaciones que pudieran surgir.

Reflexión: La pregunta decisiva de Jesús «¿quién decís que soy yo?» sigue interpelándonos a nosotros creyentes y a todos los que se acercan al evangelio. Y, desgraciadamente, no todos tenemos la misma imagen de Jesús. Es cierto que su personalidad es inagotable, pero la mayoría de las veces nuestras diferentes imágenes de Jesús provienen de nuestros propios intereses mezclados con la puñetera ideología que tanto daño está haciendo en el seno de nuestras comunidades e Iglesia.

La imagen que tengas de Jesús va a condicionar la imagen de Dios, de la fe y de tu vida. Estás viviendo un momento clave en el seguimiento del Maestro, si no lo has vivido ya, en el que tienes que responder a esta pregunta que va a dar significación a tu vida de discípulo. Te invito a que entiendas y experimentes tu fe como una experiencia viva de lo que es encontrarte personalmente con el Señor. Quien ignora quién es Jesús está condenado a no descubrirlo jamás.

Es hora de cambiar el “Chip mental” y empezar no a interrogar a Dios, friéndole a preguntas, como si le sometieras a un examen continuo donde te ofrezca explicaciones convincentes y justificaciones de su actuar. El evangelio de hoy te recuerda qué es Él quien te plantea las preguntas. Por eso, para crecer en la fe y en el seguimiento lo importante es saber escuchar lo que Dios te ha revelado interiormente. Haz de esta escucha un momento clave, un don, un regalo. ¡Cuánta necesidad tienes de entrar, un instante, en ti mismo, para hacer de ese pequeño tiempo un momentazo divino de la muerte!

domingo, 22 de junio de 2025

SOLEMNIDAD DE LOS APOSTOLES PEDRO Y PABLO

 

Celebramos el domingo 29 DE JUNIO la solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo. Es una gran solemnidad para la Iglesia y por ello tiene primacía sobre el domingo. Esta es la razón por la que se celebra los apóstoles Pedro y Pablo y no el domingo XIII del Tiempo Ordinario.

Ellos son las dos monumentales figuras de la Iglesia Católica, fundada por Cristo. Gracias al testimonio de estos apóstoles la Iglesia se extendió fuera de las fronteras de Jerusalén y se organizó a lo largo de los siglos. Por eso, con toda justicia, a Pedro y a Pablo se les considera sus “pilares” o “columnas”

Además, dado que ambos apóstoles fueron quienes fundaron la Iglesia de Roma, centro de la cristiandad, esta solemnidad es también conocida como “el día del Papa”

Tal como recordó el Papa Benedicto XVI en el año 2012: “La tradición cristiana siempre ha considerado inseparables a San Pedro y a San Pablo: juntos, en efecto, representan todo el Evangelio de Cristo… Aunque humanamente muy diferentes el uno del otro, y a pesar de que no faltaron conflictos en su relación, han constituido un modo nuevo de ser hermanos, vivido según el Evangelio, un modo auténtico hecho posible por la gracia del Evangelio de Cristo que actuaba en ellos. Sólo el seguimiento de Jesús conduce a la nueva fraternidad”.

Pidamos a estos dos santos apóstoles que intercedan por la fidelidad de todos los miembros de la Iglesia. Y pidamos por la comunidades de San Pedro y San Pablo de nuestra ciudad de Guadalajara.

HOARARIO DE MISAS EN LA BEATA A PARTIR DEL SABADO 28 JUNIO (INCLUIDO)

 

viernes, 20 de junio de 2025

SIGNO DISTINTIVO

 

Domingo del Cuerpo y Sangre

En el mundo de la empresa se denominan signos distintivos a todos aquellos que pueden evocar un significado por sí solos a cualquier persona sin necesidad de hacer una explicación. Existen cientos de ejemplos que seguro que te vienen a la cabeza, logos o frases e incluso una sola palabra que relacionas automáticamente con una empresa o producto conocido. Cualquier empresa que consiga poseer un signo distintivo es porque sin duda ha hecho un increíble trabajo de marketing, pues ha sabido concentrar todo lo que puede ofrecerle a su público en un único signo que le hace ser diferente, único y referencial. Precisamente, es este signo lo que permite diferenciarse de su competencia, hasta el punto que obtiene unas propiedades legales que impiden a otras personas y empresas utilizar sin permiso. 

La llegada del Reino de Dios también tiene un signo distintivo, una marca que le diferencia y le hace ser reconocido. El evangelio de este día en el que celebramos el Cuerpo y la Sangre de Jesús -Corpus Christi- (ciclo c) se nos ofrece el compartir como signo distintivo de la llegada del Reino de Dios a nuestras vidas.

El evangelio de este domingo (Lucas 9,11b-17) conocido como “la multiplicación de panes y peces”, es el único milagro común a los cuatro evangelistas. Entre todos lo narran seis veces. Es un relato lleno de simbolismo eucarístico. Las expresiones “tomó los cinco panes y los dos peces”, “pronunció sobre ellos la bendición”, “los partió” y “los fue entregando”, aparecen en el mismo orden aquí que en los relatos de la institución de la Eucaristía, como bien puedes comprobar en la segunda lectura (Corintios 11, 23-26)

Desde el primer versículo de esta narración queda claramente resaltado, como expresión de lo que es el Reino, el don de Dios y el compartir humano. “Jesús habló a la multitud acerca del Reino de Dios y devolvió la salud a los que tenían necesidad de ser sanados”. Igualmente, la misma manera de acoger a la multitud, por parte de Jesús, nos ofrece el signo distintivo del Reino. Mientras que los Doce dicen: «Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado», el Señor les replica «Dadles vosotros de comer». Una clara alusión a que el compartir es tarea de todos y no se puede escurrir el bulto dejando la pelota en el tejado del vecino.

El Reino de Dios se hace presente en nuestro mundo a través del compartir. Por eso, la Eucaristía, que es la celebración del nuevo Pueblo de Dios, no es autentica y se contradice a sí misma si quienes participamos en ella no somos solidarios. Si los que nos llamamos seguidores de Jesús no compartimos, es que hemos perdido el signo distintivo que nos diferencia.

Amar, ayudar, compartir, conmoverse, compadecerse… son nuestras marcas. Por ello, “quien participa en la Eucaristía ha de empeñarse en construir paz y denunciar las circunstancias que van contra la dignidad del hombre, por el cual Cristo ha derramado su sangre, afirmando así el valor tan alto de cada persona. Si no tomamos conciencia de esto, nuestras eucaristías se aproximan a la incoherencia” (Mensaje en el día de la caridad 2025 «mientras haya personas, hay esperanza»)

Jesús descubre y pone de manifiesto que la lógica y el distintivo del Reino pasa por el dar de comer (material y espiritualmente) a quien hambriento camina con nosotros. Compartir es un gesto que no tiene límites, pues cuando se realiza hay de sobra para todos, porque el amor es siempre abundante. Cuando nos liberamos del egoísmo, de mirarnos al ombligo como centro de nuestra actividad, sobra para cubrir las necesidades de todos. “Comieron todos y se saciaron, y recogieron lo que les había sobrado: doce cestos de trozos”

Reflexión: Corpus Christi es oportunidad y reto para despertar lo mejor de nosotros mismos, dejando a un lado mediocridades y ritualismos y empeñarnos en hacer visible el signo distintivo del nuevo Pueblo de Dios, del nuevo Reino, del seguidor de Jesús.

No construyamos murallas (tampoco ideológicas) que nos separen y defiendan del “otro”. El relato evangélico es aleccionador. Los discípulos, estimando que no hay suficiente para todos, optan por levantar un muro entre ellos y quienes sienten hambre. Pretenden lo fácil y lo cómodo: que se vayan y se compren lo necesario. Por el contrario, Jesús se opone a la actitud de los Doce y ofrece, como distintivo, el compromiso de compartir, del dar, generoso y gratuito.

Amig@, la evangelización, que debe ser una preocupación permanente de cada comunidad parroquial, se debe mostrar con sencillez en nuestro modo de vivir, de pensar y de estar. El servicio a los pobres no puede reducirse a ayudas puntuales, sino a trabajar para lograr que la persona esté en el centro de nuestra acción mediante una opción de vida por ellos. Compartir es tu marca.

domingo, 15 de junio de 2025

MENSAJE DE SUBCOMISIÓN EPISCOPAL PARA LA ACCIÓN CARITATIVA Y SOCIAL «MIENTRAS HAYA PERSONAS, HAY ESPERANZA»

 

La Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social hace público su mensaje para el Día de la Caridad, que la Iglesia celebra el domingo 22 de junio, festividad del Corpus Christi, con el lema, «Mientras haya personas, hay esperanza»

TEXTO COMPLETO DEL MENSAJE EN ESTE ENLACE

https://www.conferenciaepiscopal.es/mensaje-dia-de-la-caridad-2025/


RESUMEN DE IDEAS

En este mensaje se nos invita, especialmente en este año jubilar de la esperanza, a participar en la mesa de la Eucaristía, comulgar con Jesús y ser pan partido y repartido para los hermanos.”

Si miramos en nuestro entorno encontramos un mundo cada vez más frágil y vulnerable. Las causas son múltiples: guerra, dificultades para una vivienda digna, falta de oportunidades laborales iguales para todos, enormes barreras para integrarse los migrantes… todo esto genera angustia y un clima de desesperanza social.

Pero nuestro compromiso por la verdad puede y tiene que dar nueva esperanza a estas realidades. El cristiano que celebra la Eucaristía debe salir al encuentro de estas realidades de nuestro planeta, ya que “Jesús se nos ofrece como el único alimento capaz de traer paz ante tanta violencia y también se ofrece como alimento y ejemplo de nuestro compromiso activo”.

Paralizarnos, vivir bajo la losa del miedo y reprimiendo las esperanzas y anhelos no puede ser una respuesta desde la fe. Al contrario, debemos acercarnos, porque “la esperanza supone un movimiento de búsqueda”. Compartimos el camino del peregrino, que se convierte en camino en búsqueda de esa esperanza que la humanidad necesita recuperar. “Pero no solo para buscar, sino para sanar el sufrimiento de tantas personas que luchan por encontrar una salida a su dolor. Y, por supuesto, para ser portadores de la bondad y la ternura de Dios para todos los que se sienten solos o rodeados de oscuridad y tristeza”

Celebrar el día del Corpus Christi, la gran fiesta de la Caridad, es un signo profético de que la esperanza debe tener la última palabra, porque mientras haya personas que aman, que ayudan, que comparten con generosidad, que se conmueven con el dolor y el sufrimiento de los demás, la esperanza es imposible que se pierda. 

El mensaje nos propone caminos para peregrinar en este tiempo y no quedarnos en buenas intenciones:

1.- Orar por los demás y con los demás. Buscar silencio y contemplar para descubrir la presencia del Resucitado en medio de nosotros

2.- Unir el sacramento del altar (la Eucaristía) con el sacramento del hermano necesitado

3.- Compartir algunos testimonios de fe y algunos compromisos que hayas vivido y experimentado.

4.- Participar en algún grupo o comunidad. Voluntariado, un grupo de reflexión, compartir un hobby o un proyecto solidario. Salir al encuentro de otras personas es siempre enriquecedor.

5.- Promover espacios de reconciliación. “La paz comienza por cada uno de nosotros”

6.- Escuchar sin juzgar. Escuchar con empatía, con todos los sentidos puestos en la otra persona, puede devolver la esperanza y sacar de la invisibilidad y de la tristeza al otro.

Termina el mensaje de este Dia de la Caridad 2025 con unas palabras esperanzadoras: ¡Es la hora del amor! Mientras haya personas dispuestas a ponerse en camino, hay esperanza.  El papa León XIV nos ha dejado un encargo ineludible: “¡Esta es la hora del amor! La caridad de Dios, que nos hace hermanos entre nosotros, es el corazón del Evangelio”

HOJAS ALEGRÍA. TIEMPO ORDINARIO (CICLO C)

HOJA ALEGRIA Nº 35 DOMINGO XVII TIEMPO ORDINARIO (CICLO C)

 HOJA ALEGRIA Nº 34 DOMINGO XVI TIEMPO ORDINARIO (CICLO C)




HOJA ALEGRIA Nº 33 DOMINGO XV TIEMPO ORDINARIO (CICLO C)


 HOJA ALEGRIA Nº 32 DOMINGO XIV TIEMPO ORDINARIO (CICLO C)


 HOJA ALEGRIA Nº 31 SAN PEDRO Y SAN PABLO (CICLO C)

 

HOJA ALEGRIA Nº 30 CORPUS CHRISTI (CICLO C)

sábado, 14 de junio de 2025

LA TALLA DEL APRENDRIZ


Domingo de Santísima Trinidad

Tal vez, el deber esencial de un discípulo sea transmitir fielmente lo que aprendió del maestro. Por ello, con toda probabilidad, el miedo del aprendiz no sea enfrentarse a todo tipo de amenazas o peligros, sino fallar al maestro o instructor. Es más, te diría que lo último que quisiera escuchar un alumno de labios de su profesor sea la expresión: “Me has fallado”; es decir, “he puesto en ti muchas expectativas y no las has colmado. No has dado la talla”. “Dar la talla” significa ser apto o capaz de hacer algo por las cualidades específicas que posees. Posiblemente esta expresión está relacionada a la talla de ropa y calzado, pero en el contexto del que estamos hablando indica la aptitud o capacidad de alguien para realizar una misión.

Las palabras de la lectura del evangelio de este día de la Santísima Trinidad (ciclo c) nos invitan a reconocer al Espíritu Santo, el Paráclito, como aquel que nos ilumina y nos desvela algo del misterio de Dios. Es prioritario el dejarnos conducir por Él a “modo aprendiz”, actitud imprescindible para acercarnos a la grandeza de Dios Padre desde nuestra pequeñez de hijos.

La expresión “Paráclito” define al Espíritu Santo en el evangelista Juan. Este término es la traducción de la expresión griega “parakletos” (“consolador”) que ha sido a su vez traducida de muchas formas y maneras. Especialmente es conocido el Espíritu como abogado, intercesor, maestro, santificador… que mora en los discípulos, que revela la enseñanza dada por el Señor y que impulsa a ser testigos del Salvador, de su muerte y resurrección, hasta los confines de la tierra.

 

El evangelio de este domingo (Juan 16,12-15) es conocido como el quinto anuncio del Paráclito. Se le da una función al Espíritu de GUIA “cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena” Es decir, la presencia del Espíritu nos devela el misterio de Jesús y nos lleva de la mano para conocer al Señor, lo que Él es y significa como manifestación del Amor del Padre.

En la misión y tarea en el mundo, el “Paráclito” guía a la comunidad hacia la verdad completa, nos refresca toda la obra de salvadora de Jesús, su persona y su mensaje. El Espíritu nos anuncia y nos desvela que Jesús no fue un simple milagrero, sino el camino abierto hacia el Padre. (“Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando”) No se trata de una doctrina nueva, sino de la revelación continua de Jesús y su mensaje. El Espíritu guía a los discípulos en su actividad en favor del ser humano. El Espíritu es, en definitiva, el maestro de la verdad

Lo que es de Jesús es también lo que es del Padre. “Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará de lo mío y os lo anunciará” La unidad existente entre el Padre y el Hijo es la que fundamenta la continuidad de la palabra de Dios (o palabra de Jesús) en la Iglesia bajo la acción del Espíritu.

Este pasaje evangélico nos sitúa en el misterio de Dios, pero no mires el misterio como oscuridad sino como hondura de amor y de vida. Dios es vida compartida y amor comunitario. No es lejano a nosotros, sino que en Él vivimos, nos movemos y existimos. Otra cosa muy distinta es que estemos abiertos a lo que el Espíritu nos revela y nos comunica… Por ello, hay veces que pasa desapercibido.

Reflexión: Dios es siempre más que cuanto nosotros, los seres humanos, podemos elucubrar sobre Él. Es muy necesario que tú y yo reconozcamos nuestra incapacidad para alcanzar el conocimiento pleno del ser mismo de Dios, es decir, de cómo es Dios en sí. Es un buen principio para acercarse un poquito a Dios el saberse analfabeto en este terreno.

El paso de Jesús por nuestra historia ha sido un paso de MAESTRO. Él nos ha revelado el rostro del Padre y nos ha enviado su Espíritu que nos guía y conduce. De ahí, la teología ha deducido que en Dios hay tres personas realmente distintas, que, sin embargo, son un mismo y único Dios. Esto lo conocemos como el misterio de la Santísima Trinidad. Creo que, en el fondo, no es cuestión de números, ni de pretender entender lo que no vamos a comprender.

Más que liarnos con el “sudoku” de los números tres en uno y uno en tres, podemos contemplar la donación, la igualdad y la comunicación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu como modelo de lo que debe ser nuestra convivencia. Vivir la fe en nuestro Dios es vivir para los demás en armonía, en donación y en comunicación, y no en aislamiento o soledad, sino en apertura y claridad.

Te invito a no encerrar toda la fuerza y potencia de Dios en tu inteligencia, sino a hacerle sitio en lo aparentemente insignificante. Para ello, vivir en la humildad de “modo aprendiz” sea la talla que debes calzarte de manera imprescindible.