sábado, 30 de agosto de 2025

ORACIÓN A LA VIRGEN DE LA ANTIGUA PARA LOS DÍAS DE NOVENA.

 

PEREGRINOS DE LA ESPERANZA. JUBILEO 2025

Padre que estás en el cielo,
la fe que nos has donado en
tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano,
y la llama de caridad
infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo,
despierten en nosotros la bienaventurada esperanza
en la venida de tu Reino, por la intercesión de Ntra. Sra. de la Antigua.

Tu gracia nos transforme
en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio

a ejemplo de la María
que fermenten la humanidad y el cosmos,
en espera confiada
de los cielos nuevos y de la tierra nueva,
cuando vencidas las fuerzas del mal,
se manifestará para siempre tu gloria.

La gracia del Jubileo
reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza,
el anhelo de los bienes celestiales
y derrame en el mundo entero
la alegría y la paz
de nuestro Redentor, el hijo de nuestra Madre la Virgen de la Antigua, que viene en nuestro auxilio, nos sostiene y nos invita a confiar y a seguir esperando.

A ti, Dios bendito eternamente,
sea la alabanza y la gloria por los siglos. Amén.

viernes, 29 de agosto de 2025

SENTADOS A LA MESA

 

Domingo XXII Tiempo Ordinario

El acto de comer en común en las culturas antiguas tenía una importancia que hoy, en buena medida, se ha perdido. La comida compartida era un acontecimiento de integración social, de manera que lo principal no eran los manjares del banquete en sí, sino la función integradora que ejercía esa comida. Sentarse a la misma mesa y compartir una comida era un acto donde se invitaba al otro, sin palabras, a sentirse igual en dignidad, semejante, sin categorías que diferencian y marcan distancias.

Desde aquí podemos comprender la importancia que tienen las comidas en los evangelios. Jesús se sienta en la misma mesa con toda clase de personas y cuida, con miles de detalles, cada comida que realiza para que se celebre con el objetivo de cumplir la función integradora. En las comidas presididas por el Maestro no hay privilegiados y no se tolera las pretensiones de importancia y honor de unos frente a otros. Las desigualdades de cualquier orden no tienen sitio cuando nos sentamos en la misma mesa con Jesús.

En este domingo 22 del tiempo ordinario (ciclo c) descubro que se opone radicalmente al sentido del banquete de una misma mesa compartida, la pretensión de creerse superior al otro. Por ello, resonará fuertemente en los textos la actitud de la HUMILDAD y la GENEROSIDAD frente al orgullo y la ocupación de puestos de honor para el que se cree superior e ilustre. Los que se sienten selectos y consideran a algunos como plebeyos hoy recibirán una medicina que no podrán olvidar… otra cosa es que hagan uso del “jarabe” que Jesús les proporciona.

Buena prueba de lo expresado lo podemos encontrar en la primera lectura(Eclesiástico 3,17-18.20.28-29) donde se afirma que la actitud de humildad es más positiva, incluso, que los actos de realizar favores frutos de la generosidad: “Actúa con humildad en tus quehaceres, y te querrán más que al hombre generoso”. Igualmente se pide que cuanta mayor dignidad humana y social poseas mayor necesidad tienes de ser humilde ante el Señor.

Resuena, al leer este texto del Eclesiástico, aquellas palabras de Jesús en las que agradece al Padre que las cosas importantes se las haya revelado a la gente sencilla, a los pequeños o humildes y no a los sabios y entendidos de este mundo. «Muchos son los altivos e ilustres, pero Él revela sus secretos a los mansos»

El marco de una comida en el evangelio(Lucas 14,1.7-14) sirve de pretexto para denunciar, por medio de dos parábolas, la actitud de los fariseos, a quienes les gustan los primeros puestos en los banquetes y las sinagogas. Actitud ya acusada y señalada por el Maestro en Lucas 11,43.

La llegada del reino pide al ser humano hacerse pequeño y vivir la humildad, ya que la verdadera grandeza no es la que te proporciona el mundo sino la que te ofrece la mirada de Dios. Los puestos de honor en el banquete del reino de los cielos no son otorgados por los títulos o aplausos de los hombres sino, más bien, por Dios. Y Él, que mira el corazón, al que vive la humildad le enaltece.

En una segunda parábola, frente al intercambio de favores, Jesús propone algo subversivo. Invitar a sentarse en la mesa contigo a aquellos que no te pueden devolver la invitación. Los ciegos y los lisiados, que tenían prohibida la entrada en el templo por considerar que lo profanaban, son los primeros que Jesús quiere que sean tus invitados.

Reflexión: No me digas que no son rompedores y poco o nada políticamente correctos los textos que la Iglesia te propone en el día de hoy. Precisamente en una sociedad teocrática, como la de Palestina en tiempos de Jesús, donde los enfermos y lisiados estaban excluidos, no sólo de la vida social sino también de la vida religiosa, Jesús proclama la necesidad de vivir la humildad y la generosidad con los excluidos frente al orgullo y al interés personal. La humildad pasa a ser uno de los valores del reino, al igual que la generosidad con los pobres, que debe tener como trasfondo el desinterés del que da a sabiendas que, muchas veces, no será correspondido.

El empeño de Jesús para el nuevo reino fue y es poner a los últimos en el sitio de los primeros y a quienes se creen los primeros colocarlos en el sitio de los últimos. Por ello, sentado junto al Maestro en la mesa de la Eucaristía siéntete último, pequeño, débil y frágil. Que tu humildad sea la actitud inicial que provoque en ti el ejercicio del servicio generoso para la comunidad.

Duele ver cómo, en ocasiones, en nuestras mesas compartidas de la Eucaristía, no hacemos sitio a la humildad. No nos gusta ocupar los últimos lugares del servicio, la generosidad o la disponibilidad… Optando por el ser vistos, el lucimiento personal. Estas lecturas nos centran en lo que es realmente importante, convirtiendo el espíritu del Banquete de Jesús en un prototipo de comportamiento de vida.

martes, 26 de agosto de 2025

ORACIÓN. LA PUERTA ESTRECHA

 

Vengo a ti, Señor cargado de intenciones,

repleto de motivos, sobrado de palabras,

lleno de méritos.

Cargo un enorme baúl de logros y por si acasos.

He acumulado propuestas, he hablado en tu nombre,

he presumido de tu amistad. Te traigo alardes de virtud

y tablas de cumplimiento.

¿Por qué esta angostura? Abre más la puerta,

que no logro entrar con todo.

Me desespero, protesto, gesticulo,

me enfado, te llamo, apremiante.

Abre, Señor, ¿a qué esperas?

Algún día comprenderé que, para pasar,

he de soltar motivos, palabras y méritos.

Puedo desprenderme de resultados, prevenciones,

y quitarme las medallas. 

Al fin, despojado de apariencias y desnudo de garantías,

serán tu amor y tu gracia la única llave necesaria.

«La puerta estrecha» @jmolaizola

lunes, 25 de agosto de 2025

CELEBRACIÓN EN TRILLO DE LOS 50 AÑOS DE SACERDOCIO DE JOSÉ ÁNGEL

 

El domingo 24 de agosto, en la parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción, en la localidad de Trillo, Jose Ángel Bachiller Rico, que colabora pastoralmente en nuestra parroquia de la Beata, celebró sus Bodas de Oro Sacerdotales. Estuvo acompañado de su familia, del pueblo de Trillo, de amig@s y de sacerdotes.

Fue una celebración sencilla con un marcado carácter de acción de gracias a Dios por los dones concedidos a Jose Ángel. La comunidad de la Sagrada Familia acompañó con sus cantos la Eucaristía.

Jose Ángel agradeció a Dios su cercanía en estos años de sacerdocio en los que estuvo sirviendo a las personas que formaron las diversas comunidades por las que extendió el evangelio de Jesús. Hizo un repaso de su vida pastoral desde su primer nombramiento en Peralejos de las Truchas hasta el día de hoy en nuestra comunidad parroquial. Destacando en todo momento la presencia y acción de gracias a sus padres y hermanos que han compartido con él estos cincuenta años de servicio a la Iglesia.

La celebración finalizó con la entrega de una placa por parte de las Hermandades de Trillo y unas sencillas palabras del párroco que invitó a Jose Ángel a vivir la presencia de la Virgen María en su día a día.

Tras la bendición, todos los presentes fueron invitados a un ágape fraterno y muy variado de productos de la tierra. Fue un momento de compartir, charlar amigablemente y disfrutar de la amistad. Enhorabuena José Ángel.

Os recordamos que el 28 de septiembre, a las 12,00 h, en nuestra parroquia Beata María de Jesús, estáis todos invitados a celebrar estos años de servicio y entrega de José Ángel. ¡Haz un hueco en tu agenda! Y acompáñanos a dar gracias a Dios.

viernes, 22 de agosto de 2025

JUBILEO DE LA ESPERANZA. MES DE SEPTIEMBRE. LA AUSENCIA DE DIOS.


EL VIAJE POR LA PUERTA ESTRECHA

 

Domingo XXI Tiempo Ordinario 

Cuando realizamos un viaje, aunque nos detengamos a contemplar el paisaje, los monumentos o las ciudades que hay en nuestro camino, no podemos perder el objetivo que antes de iniciarlo nos habíamos propuesto. Ahora, en el tiempo de vacaciones, se hace más evidente que todo viaje tiene una finalidad y, sea cual sea ese fin, si queremos tener éxito en nuestra empresa, nunca podremos olvidar el porqué de nuestra andadura.

En este domingo 21 del tiempo ordinario (ciclo c) se nos ofrece un texto evangélico que se inicia recordando que Jesús pasaba por ciudades y aldeas camino de Jerusalén cumpliendo el objetivo de su viaje: enseñar al discípulo, de ayer y de hoy, a ser verdadero creyente, para que adquiera unos rasgos de autenticidad, fruto del esfuerzo y no de la comodidad, el miedo o la mediocridad. Este objetivo del Señor en el camino a Jerusalén se dirige hoy también a nosotros y a nuestras comunidades de fe que proseguimos, entre tensiones y riesgos, en el siglo XXI, el camino iniciado por Jesús.

En el evangelio (Lucas 13,22-30) encontramos, al inicio del texto, un conjunto de palabras de Jesús sobre la entrada en el reino que explican la dificultad y la exigencia del seguimiento: «Esforzaos en entrar por la puerta estrecha»

A la vez, estas palabras, son una advertencia para algunos judíos, que se creían con derechos sobre el reino, y sin embargo serán «arrojados fuera» mientras que vendrán otros hombres y mujeres, de todos los puntos cardinales y formarán parte de ese reino: «Vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios»

Con este texto que reflexionamos hoy, se nos invita a sentir que NO es suficiente haber oído la predicación de Jesús para poder pertenecer al reino, sino que es necesaria e imprescindible la conversión de nuestro corazón al evangelio y hacerlo vida mediante las obras. Pertenecer al pueblo de Israel, NO da automáticamente una silla en el banquete del reino, se requiere la aceptación de la Buena Noticia y consiguientemente la conversión.

La referencia a la “puerta estrecha” no quiere ser una respuesta a la pregunta sobre el número de los que se salvarán. A Jesús no le interesa el número. Es, más bien, un interés de estimular al discípulo a emplear todas sus fuerzas, energías y acciones en buscar un bien mayor (la pertenencia al reino) y ponerse a su servicio. Estas palabras son por lo tanto una demanda al esfuerzo, imprescindible en el cristiano.

En los versículos finales de la segunda lectura (Hebreos 12,5-7.11-13) se nos invita a no perder el ánimo. Son unos versículos que podríamos aplicárnoslos a nuestra vida, especialmente cuando no  sepamos cómo andar el camino de seguimiento del Maestro o cuando el esfuerzo no forme parte de nuestras actitudes: “fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes, y caminad por una senda llana: así el pie cojo, no se retuerce, sino que se cura” Esta exhortación anima a superar el miedo de los cobardes, que paraliza y desalienta, y tener la actitud de confianza en Dios para poder vencer el temor que hunde y abate.

Reflexión: Podemos, si así lo deseas, dulcificar el evangelio y caramelizarlo. Pero hoy hablamos de actitudes y apuestas arriesgadas, de esfuerzo y de respuestas a Dios con nuestra propia vida. Hoy, se nos pide romper las seguridades de quienes se sienten (o nos sentimos) los selectos, están (o estamos) en posesión de la verdad y caminan (o caminamos) sintiéndose (o sintiéndonos) los preferidos…. Pues ¡cuidado! con la sorpresa que nos podemos encontrar no vaya a ser que “otros” nos aventajen en la pertenencia al Reino y nosotros nos quedemos fuera, llamando a la puerta y argumentando razones por las que debemos estar dentro muy parecidas a las del evangelio: “Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas”. La respuesta a estos argumentos la conocemos: “No sé quiénes sois”. “No sé de dónde sois. Alejaos de mí todos los que obráis la iniquidad”.

Frente al enchufismo y las falsas seguridades de quien se siente selecto y privilegiado, la “puerta estrecha” es la clave para la entrada al reino y explica con claridad la dificultad y el esfuerzo que exige el seguimiento de Jesús.

Esa “puerta estrecha” está abierta para todos. La salvación es universal. No nos pertenece el Reino con exclusividad a los católicos, como no pertenecía la salvación sólo a los israelitas. No son unos pocos los destinados a la felicidad eterna. La diferencia entre una puerta estrecha y una ancha no es el número de los que pasan por ella, (que verdaderamente poco importa) sino el esfuerzo que hay que hacer para acomodar nuestro cuerpo a las dimensiones de la puerta. Se requiere de más tiempo para pasar por la puerta estrecha y de más esfuerzo, pero todos podrán pasar porque como dice el salmo responsorial: “Firme es la misericordia de Dios con nosotros, su fidelidad dura por siempre”

viernes, 15 de agosto de 2025

SE PRENDE LA MECHA

 

Domingo XX Tiempo Ordinario

Que importante es no tomar al pie de la letra las palabras de los textos bíblicos. Tras las expresiones literales se esconde una intencionalidad del escritor que el lector debe descubrir y aplicar a su propia vida. Si no fuera así, tendríamos que decir del evangelio de hoy que Jesús se ha levantado enfadado y de mal humor, porque desea prender fuego a la tierra y traer división y no paz al mundo. Nos descolocan estas palabras del texto porque siempre de los labios de Jesús hemos escuchado otras muy distintas.

Por ello, debemos descubrir, sin hacer grandes tratados teológicos, qué clase de fuego, de bautismo y de división es el que trae y desea Jesús porque no puede ser destrucción y ausencia de paz, ya que no se entiende la Buena Noticia desde otras expresiones que no sean amor, misericordia, acogida, encuentro… como el estilo y las actitudes del discípulo.

En este domingo 20 del tiempo ordinario (ciclo c) vamos a poder descubrir que el seguimiento en fidelidad de las propuestas bíblicas tiene un componente de incomprensión en quienes nos rodean, porque, en vez de tomar el camino que nos marca el mundo, se opta por un proyecto nuevo, no siguiendo los parámetros de la sociedad sino aquellos que se extraen de la vida y misión de Jesús. No olvidemos que todo el capítulo 12 de Lucas es una opción por descubrir que el reino de Dios es el mayor de nuestros tesoros. Este capítulo está lleno de consejos y advertencias a los discípulos. El camino hacia Jerusalén, que narra el evangelista, entra en un momento de resistencias agresivas a la misión de Jesús. Por ello, en este texto, se prevé el desenlace y se previene a los seguidores del Maestro de una realidad compleja y controvertida.

En el evangelio (Lucas 12,49-53) la presencia de Jesús, sus palabras y las palabras posteriores de la primera Iglesia provocan división incluso dentro de la propia casa y familia. El encuentro con Jesús no nos puede dejar indiferentes, sino que debe suscitar una respuesta de fe, y esta respuesta, en muchas ocasiones, crea divisiones y conflicto.

Lucas une en este texto las imágenes de fuego y bautismo (alusión a la muerte-entrega de Jesús) con la división en la familia. Si bien el fuego es un elemento de destrucción también puede ser de purificación y, en algunos casos, de la presencia del mismo Espíritu. El fuego, en este texto, podemos reconocerle como una fuerza positiva de transformación y también como “mecha que prende” un compromiso radical. Por lo tanto, los versículos 49 al 53 nos hablan de un Jesús que crea división con sus hechos y palabras y de un mensaje que es tajante, incluso hasta en el seno de la familia. Pone a todos en tensión porque anuncia un cambio radical rompiendo falsedades. Por eso, Jesús suscita, al mismo tiempo, simpatía y oposición.

Podemos resumir las palabras del Señor y hacerlas más cercanas diciendo que el Maestro ha traído una fuerza de transformación que lleva consigo, si es necesario, el conflicto y la división. Así veía Jesús su misión, su vida en este mundo, su entrega y su muerte. Jesús es una fuerza transformadora que desencadena división interna y, en ocasiones, externa. El proyecto del evangelio basado en el amor y la libertad no es contrario al conflicto.

Reflexión: Quien sueñe con un mundo idílico donde puedan ir de la mano el opresor consciente y el oprimido sin esperanza, se escandalizará de este texto evangélico. La Palabra de Jesús cura las heridas de nuestro corazón, pero, ayer como hoy, provocan una división y rechazo, así como simpatías. También en nuestro corazón se prende la mecha de un contraste interior; esto sucede cuando advertimos la fascinación, la belleza y la verdad de Jesús, pero al mismo tiempo le rechazamos porque nos cuestiona, nos pone en dificultad y nos cuesta priorizarle.

La palabra de Cristo es poderosa: no tiene el poder del mundo, sino el de Dios, ese poder es el del amor. Un amor que no conoce límites, un amor que nos hace amar a los demás antes que a nosotros mismos. Cuando entendemos que la esencia de nuestra fe se halla en el AMOR, no pasajero ni fruto del sentimentalismo, es cuanto este amor se convierte en fuego que lo consume, extiende y enciende todo con pasión. Ese amor pone al descubierto los corazones fríos y mezquinos que sólo piensan en engrandecer su ombligo.

Amig@ descubre que la persona de Jesús y el Reino no es sólo cuestión de ideas y sentimientos. Descubre que seguir a la persona del Maestro y construir el Reino provoca conflicto y división. Esta división ya fue experimentada por los primeros cristianos, incluso entre sus seres más queridos, la propia familia. Es más, la división se hizo pronto persecución en muchas comunidades. El mismo Señor fue la primera víctima de su mensaje.

La "mecha está prendida” ahora es cuestión de que tú la sofoques o la acrecientes… El evangelio es fuego no un manual de ética.

martes, 12 de agosto de 2025

LECTURAS DE LA FIESTA DE LA ASUNCIÓN DE MARIA

 

La Solemnidad de la Asunción de la Virgen María, que celebramos el 15 de agosto, tiene lecturas específicas en el ciclo litúrgico C. 

La primera lectura es del Apocalipsis (11:19; 12:1-6, 10), donde se describe una mujer con el sol, la luna y doce estrellas, enfrentando un dragón. La segunda lectura, de la Primera Carta a los Corintios (15:20-27), habla de Cristo como primicia de la resurrección y la victoria sobre la muerte. El evangelio según San Lucas (1:39-56) narra la Visitación de María a Isabel, destacando el Magníficat. 

1.- Este encuentro de las dos madres, podríamos decir, que es realmente el encuentro de los dos hijos. Juan, por medio de su madre, inaugura su misión anunciando que Jesús es el Señor (Lc 1,43) Este título de “Señor” nació de la comunidad que había experimentado el encuentro con el resucitado (Hch 2,36) Pero en este relato Jesús es llamado así, incluso antes de su nacimiento. Una prueba más que estos acontecimientos son interpretados desde la fe de la Iglesia primitiva.

María, que con presteza acude a casa de Isabel (Lc 1,39), representa al Israel fiel que vive fuera del influjo del poder religioso (en Nazaret de Galilea) que acude en ayuda del judaísmo oficial representado por Isabel, mujer de Zacarias, sacerdote que vive en Judá, al servicio del Templo.

El salto de la criatura en el vientre de Isabel expresa, a juzgar por varias referencias del Antiguo Testamento y por la aclaración posterior de Isabel, la alegría mesiánica

2.- El Magníficat (Lc 1,46-56) es la respuesta de María al saludo de Isabel.

Es un salmo de acción de gracias compuesto con citas y referencias del Antiguo Testamento, en especial del canto de Ana, (escrito mil años antes) madre de Samuel, que siendo estéril celebra su maternidad. (1 Samuel 2,1-10)

María canta la gloria de Dios en el Magníficat, comienza alabando la obra de Dios en Ella para, seguidamente, hablar de “sus fieles, de generación en generación” y de “Israel su siervo”, dándonos a entender que lo que ha ocurrido en Ella no es un privilegio personal, sino un benéfico para todo el género humano.

La parte central del canto de María enuncia el contenido de la promesa de Dios que en este momento se está cumpliendo.

El poema tiene dos partes.

La primera de ellas es un cántico de acción de gracias de María a Dios, quien, a pesar de su humildad y pobreza de vida, da gracias al Señor por poner su mirada en Ella, y por eso será llamada “dichosa”.

La segunda parte del canto expresa, por boca de María la acción de gracias del pueblo de Israel. Todas las promesas hechas a Abraham y a sus descendientes, se cumplen en Jesús.

Lucas nos muestra en este canto un tema de su predilección: Dios se apiada de los pobres (Lc 6,20-26;16,19-25) En realidad no hay aquí una alabanza de los pobres, de los que María es su mayor representante, sino una concepción utópica de la historia en la que la misericordia de Dios y la fuerza de su brazo se dirige a derribar a los poderosos, ricos y soberbios y a levantar a los pobres y humildes. Estamos ante lo que se conoce con el nombre de “inversión mesiánica”. Los últimos serán los primeros, dijo Jesús. (Lucas 13, 22-31)

El Magníficat hace hincapié en la gran inversión provocada por Jesús: se habla de dispersar a los soberbios, derrotar a los poderosos, despedir a los ricos sin nada, ensalzar a los humildes, colmar a los hambrientos. Ésta es, en efecto, la esperanza de la Ley y los Profetas: que el (este) mundo se transforme. Y este es el modo radical como Lucas proclama lo que significa la venida de Jesús.

jueves, 7 de agosto de 2025

LA BRÚJULA

 

Domingo XIX Tiempo Ordinario 

“Donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” Sin ninguna duda ponemos nuestros intereses, emociones, deseos, inquietudes... en aquel o aquello que es para nosotros el tesoro de nuestra existencia. Lo que nos parece realmente valioso, importante y prioritario es el lugar donde volcamos todas nuestras fuerzas y es lo que presidirá claramente nuestro corazón. Por ello, es necesario que descubramos en todos los niveles de nuestra vida, también en el nivel espiritual, cuál es el tesoro que poseemos, ya que él será la brújula que oriente nuestros pasos y guie nuestra dirección.

En este domingo 19 del tiempo ordinario (ciclo c) el texto evangélico, frente a tesoros que caducan y se apolillan, apuesta e invita a tener como tesoro inagotable la pertenencia al Reino. Seremos bienaventurados si vivimos con un corazón esperanzado y en espera de este Reino. Seremos dichosos si, en la espera, nos preparamos con obras de servicio a los hermanos practicando la justicia y la caridad.

Nuestra pertenencia a la Iglesia y a una comunidad de fe nunca se puede transformar en poder o autoridad que hace que nos aprovechemos, para nuestro beneficio injusto, de la sencillez de nuestros hermanos. Más bien al contrario, sea cual sea nuestra misión y responsabilidad en la comunidad, nuestro corazón deberá vivir en actitud de servicio porque nuestro tesoro, lo que realmente es importante, es hacer presente el Reino “aquí” y “ahora”.

En el evangelio (Lucas 12,32-48) se reúnen tres parábolas que exhortan a los creyentes a permanecer vigilantes en espera de la venida del Señor y de su Reino. Para ello, más que poner el interés en acumular posesiones materiales, como bien decíamos el domingo pasado, el discípulo de Jesús debe vivir en la actitud de ESPERA. Este es el tema que desarrolla en la primera parábola, en los versículos del 35 al 38. “Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los hombres que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame”

La segunda parábola, versículos 39 al 40, apunta a la incertidumbre de la hora de esa venida de Jesús. Lo que desea inculcar no es tanto la vigilancia como el ESTAR PREPARADOS. “Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre”

La tercera parábola se encuentra en los versículos 41 al 48, parece dirigirse, así se deduciría de la pregunta de Pedro («Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?») a los responsables de la Iglesia, y podríamos resumirla diciendo que: el ministro prudente debe permanecer fiel a su tarea, reconociendo que la comunidad cristiana tiene una única cabeza Jesús Resucitado y que todos los demás, aunque ocupen puestos de responsabilidad, son SERVIDORES y HERMANOS. “Bienaventurado aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre portándose así. En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes”

Reflexión: Amig@, descubre el tesoro del Reino que crece en ti. Él será la brújula que determinará la dirección y el rumbo hacia un destino nuevo, distinto y lleno de vida. Él te facilitará la orientación en tu ser discípulo. Sólo quien considera que el Reino es un auténtico tesoro regalado por Dios podrá poner su corazón en él y vivirlo como prioridad.

Trabaja espiritualmente las tres actitudes que te ofrece el texto evangélico: la ESPERA, el ESTAR PREPARADO y el SERVICIO. Que no te paralice el miedo porque si crees en el Señor, ya posees el Reino en su corazón: “No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el Reino”. Jesús afirma que Dios es Padre, que nos ama, se ha entregado a nosotros y está a nuestra disposición. El miedo no tiene sitio en el discípulo misionero, sí la confianza.

Tú y yo, como discípulos de Jesús, podemos concretar nuestra forma de vivir el evangelio en el mundo estando con nuestras “lámparas encendidas”. Si permanecemos con las lámparas encendidas en espera reconoceremos al Señor que pasa a nuestro lado y le abriremos, le haremos sitio en nuestro interior y todo nuestro corazón brillará con un nuevo resplandor, el resplandor del tesoro que nadie nos puede arrebatar, que es perenne y no se apolilla.

¿Si nuestra posesión es Dios para que queremos todo lo demás? Jesús nos invita a huir de todo tipo de avaricia e idolatría y a que los bienes materiales no sean nuestros tesoros, ni muevan nuestros corazones. Nuestro fin es más alto, es el tesoro del Reino y no los de la tierra.

Puede que sea el tiempo de cambiar de rumbo y que el corazón tome una nueva dirección. Mira donde se encuentran “tus tesoros” porque ellos son la brújula que dirigirán tu corazón. ¡Cuestión de pararse!

lunes, 4 de agosto de 2025

LEÓN XIV: COMPRAR, ACUMULAR, CONSUMIR NO ES SUFICIENTE. NECESITAMOS ALZAR LOS OJOS, MIRAR A LO ALTO, A LAS «COSAS CELESTIALES»

 

Ante más de un millón de jóvenes, en su homilía de la Santa Misa en la explanada de Tor Vergata, el Santo Padre aseguró que el verdadero sabor de la vida no depende de lo que acumulamos ni de lo que poseemos, sino de lo que se acoge y se comparte con alegría, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones.

“¡Buon giorno a tutti! ¡Buona Domenica! ¡Good morning! ¡Buenos días! ¡Bonjour, Guten Morgen!” Este fue el saludo del Papa León sobre el palco y desde allí invocó la bendición de Dios sobre todos y expresó su deseo de que “la gran celebración en la que Cristo nos ha dejado su presencia en la Eucaristía” sea “una ocasión verdaderamente memorable para cada uno de nosotros”. 

En este enlace te ofrezco la homilía completa del Papa león XIV en la celebración de la Eucaristía del jubileo de los jóvenes.

https://www.vatican.va/content/leo-xiv/es/homilies/2025/documents/20250803-omelia-giubileo-giovani.html