“Un niño de diez años entra en una heladería y
se sienta en una mesa. La camarera pone un vaso de agua en frente de él.
El niño le dice que no quiere agua y le pregunta:
-¿Cuánto cuesta un helado de chocolate con almendras y
sirope de fresa?”-.
-“Dos euros”-,
responde la camarera. El niño saca su mano del bolsillo y examina un número de
monedas. - “¿Y cuánto cuesta un helado sólo, sin el sirope de fresa?”, vuelve a
preguntar.
Algunas personas estaban esperando a que el niño se decidiera
y la camarera ya estaba un poco impaciente. -“Un euro con cincuenta céntimos”-,
dijo ella bruscamente.
El niño vuelve a contar las monedas y dice -“Quiero el
helado solo”-. La mujer le trajo el helado, puso la cuenta en la mesa y se fue.
El niño terminó el helado, dejó las monedas en la mesa, se despidió dándole las
gracias y se marchó.
Cuando la camarera volvió para recoger el dinero y
limpiar la mesa, tuvo que tragar saliva cuando vio que, puestas ordenadamente
las monedas, había un euro con cincuenta, y cincuenta céntimos más, era
su propina”.
El mundo de los prejuicios: que lo definimos
como emitir un juicio, generalmente negativo, sobre una persona,
cosa o situación sin tener verdadero conocimiento sobre tal cuestión.
Estos pensamientos son realmente peligrosos, pues lleva al ser humano a
cometer actos injustos, de discriminación, ruptura fraterna con el hermano… y
es la base de la “Fake News” o falsas
noticias.
Preguntémonos:
- ¿Cuántas veces, a lo largo de nuestro día, juzgamos y/o pre-juzgamos
a las persona por su aspecto externo, su lenguaje, su olor, su color de piel,
su opción política, su posición social, su actividad laboral, su religión, su
raza… llegando a conclusiones que, con el paso del tiempo, se han demostrado erróneas?
- ¿Cuantas
veces nos hemos dejado llevar por pálpitos o intuiciones, sin ningún tipo de
evidencia, que nos han provocado pensamientos falsos y equivocados?
Es un tema,
el de los prejuicios, que no pasa de moda, siempre es actual. Podríamos decir
que es tan antiguo como la propia existencia humana… y sus consecuencias
siempre serán las mismas: quien prejuzga distorsiona
su propio juicio, se incapacita e imposibilita para poder alcanzar la verdad.
Si después de
leer la pequeña historia del principio extraes como consecuencia. ¡Qué camarera más prejuiciosa! Habrás caído, sin querer, en
un prejuicio… Lo que piensas de la camarera lo has hecho tú. Pero si por el
contrario, este texto te ha invitado a mirar en tú interior, a examinar tus
pensamientos y tomar acción para el cambio, estarás en el camino correcto.
Tú, que eres
cristiano, piensa que para llegar a la Verdad, a
Jesucristo, hay que actuar como Él nos enseñó, bajo la ley fundamental del amor
a Dios y amor al prójimo.
Las tres fuentes de la Revelación: Tradición, Magisterio y Sagrada Escritura,
te ayudarán en tú misión de discípulo.
Para trabajo personal o en grupo: Para los lectores más curiosos de este
blog, os propongo lo siguiente: Acudid a estas citas y referencia que os
muestro y mirad a ver si encontráis alguna relación de lo expuesto.
- (Hch 10, 34)
- (Sant 2, 1-8)
- (Mt 7, 1-5)
- (Jn 8, 31-32)
- Catecismo de la Iglesia Católica (CEC 1931).
- Concilio Vaticano II. (1965). Constitución pastoral «Gaudium et spes» sobre la Iglesia en el mundo actual. Dignidad de la conciencia moral. (GS 16).
Por último, siguiendo las palabras del Papa Francisco: “no vivamos como paganos,
vivamos como cristianos”
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