lunes, 12 de julio de 2021

BUSCA LA PAZ

A lo largo de nuestra la vida se nos dan circunstancias o acontecimientos donde la paz y la serenidad deben de brillar con luz propias. Humanamente responderíamos, ante estas situaciones que nos “descolocan”, con agresividad y manteniendo una postura intransigente, pero desde el punto de vista del evangelio y de la fe, que vivimos y celebramos en cada Eucaristía, la reflexión y la serenidad deben abrirse paso entre nosotros; ya que lo que predicamos con la palabra lo debemos refrendar con nuestras obras.

Decía Abraham Lincoln que “medir las palabras no es necesariamente endulzar su expresión sino haber previsto y aceptado las consecuencias de ellas” Lo mismo podemos decir de nuestras obras, de tal manera, que a la hora de tomar una determinada postura y decisión miremos, no si nos asiste la razón o no, sino más bien las consecuencias que puede tener lo que nosotros realicemos.

En muchas ocasiones no seremos comprendidos si no realizamos lo que haría cualquier persona; pero los principios de paz que Cristo sembró, y que nosotros debemos continuar sembrando, nos darán la tranquilidad interior de haber hecho lo correcto y de no haber antepuesto nuestro propio interés a la paz social o a la ausencia de crispación de nuestro entorno.

La iglesia: obispos, sacerdotes y seglares debemos de crear en nuestra sociedad un estilo y forma de vivir que imite a Jesucristo; y Él supo aceptar la injusticia de la cruz por un bien mayor. Nosotros debemos saber aceptar, callar y actuar con paz buscando siempre un bien mayor, fruto de la reflexión y de una forma nueva de vivir. No importa el aplauso fácil del mundo, a nosotros nos interesa el aplauso de Dios, el aplauso de la puerta estrecha.

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