lunes, 4 de febrero de 2019

PESCADOR DE HOMBRES


1.- La gente se agolpaba a escuchar a Jesús porque Jesús les comunicaba la Palabra de Dios. Y esa Palabra de Dios era fuente de ilusión y esperanza, era oxígeno para bajar a las profundidades de la vida.
El mundo de hoy, veintiún siglos después, necesita también escuchar a Dios. El hombre de hoy, moderno e individualista el algunas de sus actitudes, sigue buscando la Palabra de Dios como bálsamo para sus heridas, porque está necesitado de motivos para vivir esperanzado e ilusionado, motivos para llenar su existencia de valores perennes e imperecederos.

2.- Nosotros, como el pueblo de Israel, necesitamos andar por la vida NO como ovejas sin pastor SINO como hombres y mujeres que tienen una meta, un fin que nos enriquezca, que llene los minutos de nuestra existencia.
“Rema mar a dentro y echa las redes... Te haré pescador de hombres” La invitación que Jesús hace a Pedro, hoy se hace urgente, y de forma particular para cada uno de los bautizados y para cada comunidad, parroquia y familia cristiana.

3.- La dificultad no está en saber la necesidad de evangelizar en el mundo de hoy, sino, más bien, en el cómo transmitir el mensaje de Cristo a nuestro mundo; en saber qué actitudes tenemos que tener en cuenta para poder realizar esta labor y mandato de Cristo.
¿Cómo ser “pescadores de hombres” en esta sociedad en la que nos ha tocado vivir, en la que existe luces y sombras?
Os propongo las siguientes actitudes para vuestra meditación. No son las únicas, existen otras que podéis extraer desde vuestra oración y reflexión particular. 

-      Dejar al Maestro que suba a la barca con nosotros. El Señor no puede faltar en nuestra labor evangelizadora. No podemos echar las redes en nuestro nombre sino en nombre de Jesucristo. Somos discípulos, aprendices, marineros... en ningún momento somos maestros o patronos del barco.

-  El desaliento y el desánimo por pescas infructuosas no pueden desanimarnos y hacer que perdamos la ilusión de hablar de Dios. Los apóstoles comentan a Cristo que han estado toda la noche bregando y no han cogido nada. No valen excusas para dejar de intentar echar de nuevo las redes.

-    La confianza en Cristo, en su persona y en su mensaje debe ser una constante en nuestra vida de apóstoles. Es Cristo quien nos invita a lanzar la Palabra de Dios en nuestros ambientes y “porque Tú lo dices echaré las redes”

-      La humildad debe presidir todos los actos de nuestra vida, también en lo concerniente a la evangelización. Cuando al echar las redes del evangelio hayamos conseguido nuestros objetivos y propósitos, deberemos caer a los pies de Jesús y al igual que Pedro y sus compañeros decir: “apártate de mi soy pecador”

-      No tengamos miedo. Sabemos que la mies es mucha y que la labor que tenemos por delante no es fácil, que la dificultad está presente, pero no podemos tener miedo al desafío y al reto que supone ser “pescador de hombres”. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario