Foto: Al finalizar la Eucaristía. Sacerdotes y migrantes
A lo largo de la semana pasada, nuestra
diócesis vivó, junto con toda la Iglesia, la jornada mundial de las Migraciones
y del Refugiados, bajo el lema: “No se
trata solo de migrantes”
La Delegación
Diocesana de Migraciones quiso, en todo momento, con las diversas
actividades que programó, sensibilizar a la población de Guadalajara y a
nuestra Iglesia particular, de las necesidades, dificultades, alegría y
felicidades de aquellas personas que, por diversas circunstancias, han tenido
que abandonar sus países de origen y se encuentran como migrantes en nuestra
tierra.
En la Plaza
de Santo Domingo mediante performance,
árbol de la humanidad, bailes folklor ecuatoriano, peruano, africano, baile
callejero… se gritó a los cuatro vientos que aunque los seres humanos
somos diversos y distintos se puede provocar el encuentro y mirarnos los unos a
los otros como personas que tenemos capacidades.
Públicamente y
de forma estética se quiso decir NO a la globalización de la indiferencia de la
que habla el Papa Francisco en el mensaje con motivo de la jornada de las
Migraciones 2019.
Nuestra parroquia de la Beata María de Jesús, tuvo protagonismo en estas jornadas, ya que fue el lugar
escogido por la Delegación de Migraciones para celebrar dos actos de singular importancia.
El primero de
ellos, se celebró en los salones de la parroquia, en la mañana del sábado 28.
El Sr Obispo Atilano, mantuvo un coloquio y escuchó a los migrantes allí presentes
quienes le formularon diversas preguntas y dándole a conocer la situación real
en la que ellos se encuentran en la sociedad, así como en la Iglesia.
Fue un
encuentro enriquecedor en el que todos los presentes salieron con un corazón
más esperanzado y pleno de ilusión.
El segundo de
los actos programados en nuestra parroquia, tuvo lugar el domingo 29, a las
12,00 h, que se celebró la Eucaristía.
Una celebración
muy participativa y plena de símbolos interculturales, que se hicieron
palpables, especialmente, en la procesión de entrada, con las diversas banderas
de todos los países, en la entronización de la palabra a estilo mozambiqueño,
en la proclamación de las lecturas, en la presentación de las ofrendas,
acompañadas con ritmo africano a cargo del coro de Guinea Ecuatorial, y en
todos los gestos y palabras de la Misa.
Al finalizar la Eucaristía, la parroquia invitó a un pequeño ágape a todos los presentes, basado en la comida tradicional española: paella, migas, tortillas de patatas. Con este ágape se pretendió el podernos conocer, saludar, compartir y saber de las “llagas” de los que nos acompañan en el camino de la vida.
Estas actividades
realizadas nos animan a “acoger,
proteger, promover e integrar”
“Si ponemos en
práctica estos verbos, contribuimos a edificar la ciudad de Dios y del hombre,
promovemos el desarrollo humano integral de todas las personas y también
ayudamos a la comunidad mundial a acercarse a los objetivos de desarrollo
sostenible que ha establecido y que, de lo contrario, serán difíciles de
alcanzar.
Por lo
tanto, no solamente está en juego la causa de los migrantes, no se trata solo
de ellos, sino de todos nosotros, del presente y del futuro de la familia
humana. Los migrantes, y especialmente aquellos más vulnerables, nos ayudan a
leer los “signos de los tiempos”. A través de ellos, el Señor nos llama a una
conversión, a liberarnos de los exclusivismos, de la indiferencia y de la
cultura del descarte. A través de ellos, el Señor nos invita a reapropiarnos de
nuestra vida cristiana en su totalidad y a contribuir, cada uno según su propia
vocación, a la construcción de un mundo que responda cada vez más al plan de
Dios.”
(Papa Francisco. Mensaje Jornada de las Migraciones 2019)
(Papa Francisco. Mensaje Jornada de las Migraciones 2019)
No hay comentarios:
Publicar un comentario