Se nos hará cuesta arriba ser paciente si tenemos un exceso de cosas
que hacer, sitios a donde ir o multitud de gente con quien mantenerse en
contacto… “En el fondo, el estrés es la
causa de numerosos brotes de impaciencia”. (Psicóloga Jennifer Hartstein)
Por eso, hay que tomarse las cosas con calma. Dediquemos tiempo a
disfrutar de la vida y a forjar amistades auténticas. Administremos bien las
horas del día y establezcamos nuestras prioridades. Tengamos cuidado con las
aficiones y controlemos los aparatos que puedan mantenernos demasiado ocupados.
Para simplificar nuestra vida, tal vez necesitemos examinar nuestra rutina
diaria. ¿Qué podría tomarse con más calma? ¿De qué podría prescindir?...
Probablemente este sea el momento para desechar algunas cosas que absorben nuestro tiempo y hacen que nos resulte
más difícil ser paciente.
Siendo realista, no vale la pena que nos preocupemos por cosas que escapan a nuestro control. “¿Creéis que por preocuparse mucho viviremos un día más?” (Lucas 12:25)
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