La Subcomisión Episcopal
para la Acción Caritativa y Social hace público su mensaje para
el Día de la Caridad, que la Iglesia celebra el domingo 22
de junio, festividad del Corpus Christi, con el lema, «Mientras haya personas, hay esperanza»
https://www.conferenciaepiscopal.es/mensaje-dia-de-la-caridad-2025/
En este mensaje se nos invita, especialmente en este año jubilar de la esperanza, a “participar en la mesa de la Eucaristía, comulgar con Jesús y ser pan partido y repartido para los hermanos.”
Si miramos en nuestro entorno encontramos un mundo cada vez más frágil y vulnerable. Las causas son múltiples: guerra, dificultades para una vivienda digna, falta de oportunidades laborales iguales para todos, enormes barreras para integrarse los migrantes… todo esto genera angustia y un clima de desesperanza social.
Pero nuestro compromiso por la verdad puede y tiene que dar nueva esperanza a estas realidades. El cristiano que celebra la Eucaristía debe salir al encuentro de estas realidades de nuestro planeta, ya que “Jesús se nos ofrece como el único alimento capaz de traer paz ante tanta violencia y también se ofrece como alimento y ejemplo de nuestro compromiso activo”.
Paralizarnos, vivir bajo la losa del miedo y reprimiendo las esperanzas y anhelos no puede ser una respuesta desde la fe. Al contrario, debemos acercarnos, porque “la esperanza supone un movimiento de búsqueda”. Compartimos el camino del peregrino, que se convierte en camino en búsqueda de esa esperanza que la humanidad necesita recuperar. “Pero no solo para buscar, sino para sanar el sufrimiento de tantas personas que luchan por encontrar una salida a su dolor. Y, por supuesto, para ser portadores de la bondad y la ternura de Dios para todos los que se sienten solos o rodeados de oscuridad y tristeza”
Celebrar el día del Corpus Christi, la gran fiesta de la Caridad, es un signo profético de que la esperanza debe tener la última palabra, porque mientras haya personas que aman, que ayudan, que comparten con generosidad, que se conmueven con el dolor y el sufrimiento de los demás, la esperanza es imposible que se pierda.
El mensaje nos propone caminos para peregrinar en este tiempo y no quedarnos en buenas intenciones:
1.- Orar por los demás y con los demás. Buscar silencio y contemplar para descubrir la presencia del
Resucitado en medio de nosotros
2.- Unir el sacramento del altar (la Eucaristía) con el sacramento del hermano necesitado
3.- Compartir algunos testimonios de fe y algunos compromisos que hayas vivido y
experimentado.
4.- Participar en algún grupo o comunidad. Voluntariado, un grupo de reflexión, compartir
un hobby o un proyecto solidario. Salir al encuentro de otras personas es
siempre enriquecedor.
5.- Promover espacios de reconciliación. “La paz comienza por cada uno de nosotros”
6.- Escuchar sin juzgar. Escuchar con empatía, con todos los sentidos puestos en la otra persona, puede devolver la esperanza y sacar de la invisibilidad y de la tristeza al otro.
Termina el mensaje de este Dia de la Caridad
2025 con unas palabras esperanzadoras: ¡Es la hora del amor! Mientras haya personas dispuestas a ponerse en camino, hay esperanza.
El papa León XIV nos ha dejado un encargo ineludible: “¡Esta es la hora del
amor! La caridad de Dios, que nos hace hermanos entre nosotros, es el corazón
del Evangelio”
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