viernes, 23 de octubre de 2020

¡ALUCINO EN COLORES!

Parece que con 52 para 53 no debería de alucinarme con tanta facilidad, igual es que escondo un niño dentro de mí y aún no me he dado cuenta de ello. Alucino que la encíclica del Papa “Fratelli tutti” sea nombrada en el hemiciclo, alucino, aún más, que sea “arma arrojadiza” y alucino sobremanera que no haya sido leída en su integridad y se juzgue con total impunidad a favor y en contra de la encíclica y, de paso, de aquel que la escribió. Eso sí, en sectores católicos haciendo una distinción entre el Papa y el cardenal Bergoglio, porque hay que dejar claro que una cosa es su Santidad y otra Jorge Mario Bergoglio. Y no sé por qué tengo esta capacidad para el alucinamiento cuando lo único que ocurre es que se repite la historia de hace dos mil años con Jesús de Nazaret. ¡A ver si ya empiezo a aprender… que tengo edad para ello!

Y es que hace dos mil años, al Maestro, ciertas autoridades judías, encabezadas por los fariseos, intentaron poner de manifiesto que ni sabía de la ley de Moisés ni sabía interpretarla y que por tanto no era una persona digna de crédito.

En el evangelio (Mateo 22,34-40) de este domingo XXX del tiempo ordinario (Ciclo A) plantean a Jesús, los fariseos, la pregunta: ¿Cuál es el mandamiento principal de la ley? Es decir el mandamiento más importante. Parece una pregunta sin dificultades en su respuesta, pero sin embargo, es complicada ya que responde a una preocupación especialmente sentida entre los fariseos y maestros de la ley. El estudio de la ley de Moisés les había llevado a deducir una serie interminable de preceptos, en concreto 613, como ejemplo véase la primera lectura de hoy Éxodo 22,20-26 y ante la imposibilidad de recordar y practicar todos estos preceptos surgió la pregunta de este domingo, con claras intenciones de poner a Jesús en descredito ante el pueblo.

Las opiniones existentes, entre los maestros de la época, ante esta pregunta eran distintas, eruditas y opuestas, por ello quienes hacen la pregunta esperan que Jesús no sepa responder. Sin embargo, los que buscan sorprender quedan sorprendidos porque Jesús no simplemente dice cuál es el mandamiento principal, sino que además les muestra el origen de todos los preceptos: el amor a Dios y al prójimo. Estas son las dos claves y los dos preceptos que propone Jesús en las que se encierran todas las enseñanzas de la ley y los profetas.

Reflexión: La ética cristiana no está basada en una complicada lista de preceptos, sino en amar a Dios y a los hermanos sin separar ambos amores, pues ambos se implican y reclaman mutuamente.

Las leyes humanitarias, que aparecen en la primera lectura de la liturgia de este domingo, del libro del Éxodo, tienen como destinatarios a los más desasistidos: el emigrante, la viuda, el huérfano y el pobre. Dios mismo se presenta como aquel que se encarga de su protección y defensa.

Curiosamente, San Francisco de Asís y, dos mil años después, el Papa Francisco promueve en la encíclica, “Fratelli tutti”, lo mismo que Jesús en el evangelio de hoy. (¡Curioso eh!)

ü Se nos propone, en la Encíclica, un modelo de lenguaje y de comunicación que se basa en el amor, actuando cada uno de nosotros como un buen samaritano.

ü Se nos pide dirigir la mirada hacia la fraternidad y la amistad social, de tal manera que ambas no se queden en un bello sueño, sino que se hagan realidad desde nuestro compromiso individual y comunitario.

ü Y, por si fuera poco, se nos traduce la primera lectura al momento actual. El Papa vuelve a fijar su mirada en los pobres, en los que viven en las periferias de la vida, en las fronteras, en los migrantes. En el derecho que tienen a desarrollarse como ser humano y a vivir con dignidad tanto en su tierra, como en la tierra de acogida.

Podemos, si queremos, seguir buscando polémicas o lanzarnos encíclicas, documentos y noticias los unos a los otros a la cabeza. Podemos seguir alucinándonos o alucinando… Yo, por mi parte, te insisto en que tu vida y la mía tenga “sabor a Evangelio”, que tu actitud, mejor nuestra actitud, sea la de la Palabra de hoy: amar. Que nos acerquemos al “otro-prójimo”, conozcamos cuál es su realidad, nos detengamos, le escuchemos, le atendamos y le busquemos la mejor de las respuestas para que no le falte de nada... sabiendo que al amar al hermano amamos a Dios

“Alimentemos lo bueno y pongámonos al servicio del bien”, (nº 77 de la Encíclica “Fratelli Tutti”)

“Todos los compromisos que brotan de la Doctrina Social de la Iglesia «provienen de la caridad que, según la enseñanza de Jesús, es la síntesis de toda la Ley (cf. Mt 22,36-40)» (Encíclica “Fratelli Tutti” nº 181)

1 comentario:

  1. NOTA: Los fariseos era un movimiento judío comprometido con una intensificación de las prácticas religiosas tradicionales, incluida la observancia del sábado y de las leyes de pureza.
    Jesús retrata a los fariseos como atentos con lo que es visible, la observancia ritual de minucias, y que los hace parecer justos y virtuosos por fuera, sin preocuparse con lo interior. Y este comportamiento hizo que ellos descuidasen la ayuda a los necesitados - Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas Mateo 23:4.
    El autor del Evangelio de Mateo precede las críticas a los fariseos con una discusión sobre el Mandamiento principal (o los dos principales mandamientos).
    Las críticas pueden entenderse como una consecuencia de violar estos mandamientos y de descuidarlos a cuenta de las minucias de la Ley (los 613 preceptos de la Torá).

    ResponderEliminar