martes, 25 de octubre de 2022

LIBRE DE COMPORTAMIENTOS

 

¿Cuántas acciones hemos dejado de hacer por no ser víctima de las lenguas viperinas? El miedo a ser criticados nos paraliza en nuestra actividad. El ser ofendidos o desacreditados tiene más fuerza y peso que nuestra libertad de acción y comportamiento. Llegamos, incluso, a dejar de hacer algo bueno porque no va a ser bien visto por la gente, no va a ser aceptado. Parece que tu comportamiento tiene que estar sujeto a un plebiscito universal de aceptación por parte de los demás, como si tu vida la tuvieras que someter a una votación popular y realizar sólo y exclusivamente lo que a los otros le parece correcto, pero no a ti.

En las lecturas de este domingo 31 del tiempo ordinario (ciclo c) descubro, y me encanta, la libertad de comportamiento de Jesús que “pasa olímpicamente” de las murmuraciones de aquellos que veían incorrecto que entrara a hospedarse en casa de un pecador. Gracias a esa libertad del Maestro el publicano Zaqueo accede a la conversión y a la salvación. La misma libertad la encuentro en el actuar de Dios que, nos presenta el libro de la Sabiduría, pasa por alto los pecados de los hombres en busca de su arrepentimiento.

Nuevamente estamos frente a un evangelio (Lucas 19,1-1’0) exclusivo de Lucas. Se nos narra el encuentro de Jesús con el publicano Zaqueo, descrito como un hombre que se ha hecho rico con negocios más que dudosos, posiblemente por ejercer su labor de recaudador de impuestos en Jericó, ciudad situada en una importante ruta comercial.

El tema principal de este texto es la CONVERSIÓN Y SUS EXIGENCIAS. Tema, por otro lado, muy querido por Lucas. Zaqueo se acerca a Jesús por curiosidad y termina acogiéndolo en su casa y repartiendo, entre los pobres, una gran cantidad de sus bienes. No faltan las murmuraciones de las mentes cortas y obtusas que hacen prevalecer la ley por encima del bien del ser humano: «Todos murmuraban diciendo: Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador».

Pero, como ya he comentado anteriormente en este artículo, esta libertad de comportamiento de Jesús es el que permite que se pueda hablar “hoy” de salvación. Pero Zaqueo, de pie, dijo al Señor: «Mira, Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si he defraudado a alguno, le restituyo cuatro veces más». Jesús le dijo: «Hoy ha sido la salvación de esta casa»

Zaqueo se manifiesta como auténtico “hijo de Abraham” a pesar de ser recaudador de impuestos (profesión que lo excluía de toda relación con los puros y justos) Su generosidad es el signo de su pertenencia al Reino, aquellos que saben descubrir en Jesús al enviado de Dios, el Mesías.

Lucas no era de origen judío, y su obra está dirigida ante todo a los cristianos que, como él, provenían del mundo pagano. A esa comunidad de creyentes, y hoy a ti y a mí, se nos narra este encuentro de Zaqueo con la salvación: El Hijo del hombre salva lo perdido, lo despreciado, lo que no cuenta a los ojos humanos. «El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido»

La primera lectura  (Sabiduría 11,22-12,2) nos enseña que la grandeza de Dios está en el ejercicio de la misericordia. Expone al autor la razón de este actuar de Dios: “Amas a todos los seres y no aborreces nada de lo que hiciste” Por amor.

Pero Dios, que ama todas las cosas, siente predilección por la obra cumbre de sus manos: el hombre creado a su imagen y semejanza. Por ello perdona, es indulgente, corrige, reprende… para que se conviertan y crean en Él. “Por eso corriges poco a poco a los que caen, los reprendes y les recuerdas su pecado, para que, apartándose del mal, crean en ti, Señor”

Reflexión: Las lecturas de hoy nos hablan de evangelización. Jesús evangeliza a la ciudad entera de Jericó porque la conversión de Zaqueo seguro que tuvo resonancia en toda la ciudad. Pero fue una evangelización nueva, desacostumbrada, inimaginable. Jesús se fue directamente a alojarse, a compartir casa, mesa y mantel… ¿Con quién? Con el más odiado de la ciudad, el más ladrón, el más detestable, el rico…. El jefe de los recaudadores de impuestos (los publicanos)

La conversión, el cambio, que se produce en Zaqueo, que parte de la libertad de comportamiento de Jesús, se realiza en el corazón… el mensaje del Maestro no se impone, se contagia, se transmite, se vive. Jesús realizó todo un programa pastoral con Zaqueo; programa desconcertante, escandaloso, a primera vista loco, sin pies ni cabeza… pero que dio fruto en el interior de Zaqueo. Es el estilo de Jesús.

Hoy también llega la salvación a tu vida. Por muy Zaqueo que te veas, Jesús quiere alojamiento en ti. Si te sientes perdido Él viene a buscarte y salvarte, porque Él es libre en comportamientos.

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