viernes, 17 de julio de 2020

PARECIDOS NO IGUALES


Me doy cuenta, que si estamos atentos a los acontecimientos del día a día, podríamos narrar “parábolas” que ofrecieran, a quienes nos escuchan y a nosotros mismos, una enseñanza, un mensaje que nos ayudaría a transmitir y comprender cómo actuar en nuestra vida y cuáles son las “señas de identidad” del humano-cristiano.
Con las parábolas que seriamos capaces de confeccionar, seguro que ayudaríamos al crecimiento de los valores de Jesús en nosotros, así como, de forma didáctica y con lenguaje adaptado a nuestros días, transmitiríamos el mensaje de forma más comprensible.

La intención de Jesús cuando narra una parábola es acercar el hombre a Dios y mostrarnos unas pautas de comportamiento mediante escenas de la vida cotidiana, que eran comprensibles y cercanas a quienes le escuchaban.
Por ello, creo yo, que las parábolas de Jesús hoy necesitan una explicación y una adaptación a los tiempos que corren, ya que en muchas ocasiones no se adecúan a nuestra vida cotidiana, ni a nuestro lenguaje habitual… y por ello se hacen extrañas y raras a nuestros oídos y experiencias de la vida.

En el evangelio de este domingo (Mateo 13, 24-30) nos encontramos con la parábola conocida como “El trigo y la Cizaña”. Como he dicho, al inicio de este artículo, en una parábola se narra una escena de la vida cotidiana: el dueño de un campo manda sembrar trigo y su enemigo trata de perjudicarle sembrando cizaña. Sorprende la respuesta del dueño a sus trabajadores: ¡dejad que ambas semillas crezcan juntas!
A los oyentes de Jesús les llamaría la atención la extraña decisión del dueño del campo y les llevaría a pensar si dicha decisión había sido acertada o no.
Es cierto que la cizaña puede impedir o dificultar el crecimiento del trigo, porque ambas espigas se parecen mucho al principio y se daba el peligro que mandando arrancar una también arrancaran la otra. Por ello invita el dueño del campo a esperar hasta el momento de la cosecha para separar trigo de cizaña, porque aunque son parecidas no son iguales.

Jesús era consciente que NO reunió una comunidad de puros sino que su mensaje era dirigido también a pecadores, por ello es posible que indicara a quien le escuchaba que hay tiempo para la conversión y para la misericordia porque, como nos dice la primera lectura (Sabiduría 12,13.16-19) “Dios juzga con moderación y nos gobierna con gran indulgencia”.

Reflexión: Siguiendo el razonamiento inicial, siento que una parábola no es una enseñanza cerrada a una sola interpretación oficial, sino que cada uno debe extraer el mensaje que, desde la parábola, se le lanza para su crecimiento personal y comunitario en el seguimiento fiel al Maestro.
No cierres la posibilidad de buscar tu propio sendero, pregúntate qué te dice a ti la parábola del “trigo y la cizaña” en este momento concreto de tu historia y de tu vida de fe en comunidad.

Por mi parte te muestro algunos caminos para tu meditación:

1.- Esta parábola puede ser una exhortación a prevenirte contra los juicios que con tanta facilidad emites. “Sembrar cizaña” es una expresión, insertada en nuestro lenguaje, que nos lleva  a pensar en hacer daño, esparcir rumores, crear enemistades, entorpecer relaciones…
- Ves trabajando tus palabras y acciones para que sean siempre “trigo limpio”

2.- Igualmente, la parábola te invita a meditar con claridad que el discernimiento final, el juzgar, no te corresponde a ti hacerlo, sino a Dios. Y ya sabes que Él tiene una peculiar forma de juzgar: “al final de los tiempos seremos examinado por el amor y desde el amor”. 
- Deja a Dios que actúe en tu vida. Deja a Dios ser Dios misericordioso

3.-  Otro sendero por el que puede transitar tu oración es que, desde esta parábola, reconocemos que todos los que somos miembros de la Iglesia somos imperfectos, pecadores. En todos nosotros hay cizaña del mal mezclada con la buena semilla del evangelio.
- Actúa con paciencia, date el tiempo necesario, que nada te turbe, no te inquietes, aprende a convivir con tus fallos, ves dando pasos en la confianza en Dios…

Perdona que insista tanto y me repita, a fuerza de ser pesado, pero personalmente creo que debes buscar tu interpretación y dar significado propio a expresiones que aparecen en el evangelio como: “buena semilla” “empezó a verdear” “almacenadlo en mi granero”… etc

1 comentario:

  1. NOTA: Algunos estudiosos del texto evangélico creen que esta parábola, en el contexto de la comunidad de Mateo, puede contribuir a explicar la existencia de diversas tendencias dentro de la comunidad. Es irremediable que todas ellas coexistan pero hay que esperar hasta el final para distinguir el grano bueno de las plantas inútiles.

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