lunes, 3 de enero de 2022

SEGUIENDO A LOS MAGOS DE ORIENTE

 

El evangelista Mateo presenta a Jesús como el Mesías enviado a Israel. Para ello insiste en que es Belén de Judá el lugar de origen del nacimiento de Jesús. Esta presentación de Jesús como Mesías se refuerza por la aparición de una estrella, ya que según una creencia popular el nacimiento de un personaje importante iba unido a la aparición de una estrella. También la tradición judía anunciaba al Mesías como la estrella que surge de Jacob (Números 24,27) Por último, recordar que según las profecías del Antiguo Testamento los pueblos paganos habrían de rendir homenaje al Mesías (Isaías 49,23; 60,6; Salmo 72,10-15). Estas son razones que el evangelista Mateo dirige a los cristianos de su comunidad para que tuvieran argumentos para rebatir a quienes negaban que Jesús fuera el Mesías.

El relato de los Magos de Oriente recoge además dos actitudes que se repetirán a lo largo del evangelio:

1.- El pueblo rechaza a Jesús, pero los Magos que son paganos, le adoran. Mientras que Herodes y Jerusalén se turban ante la noticia del nacimiento de Jesús y planean su muerte, los paganos experimentan una alegría y le reconocen como rey de los judíos.

2.- La acogida de los magos anuncia la apertura del evangelio a los paganos y su pertenencia a la comunidad cristiana. El itinerario que siguen estos personajes venidos de lejanas tierras para encontrar a Jesús refleja el camino que realizaron los paganos para encontrar al Señor: Al descubrir los signos (estrella) se ponen en camino y preguntan a los judíos, que conocen las Escrituras, y finalmente se encuentran con Jesús y le adoran.

En este relato se puede descubrir la historia de cada uno de nosotros, de nuestro camino hacia el Maestro. También hemos encontrado estrellas que nos han anunciado la presencia del Señor en nuestra vida, estrellas con mayor o menor fuerza e intensidad pero han sido signos de “Dios con nosotros” Como los Magos hemos seguido esas estrellas y luces a pesar de los obstáculos, las oscuridades y las dificultades en el camino de encuentro con Jesús. Pero no hemos desistido en el empeño y nos hemos vuelto a poner en camino porque las señales y signos de Dios no se apagan siempre brillan y son presencia de alegría. Hemos conocido la persona y el mensaje de Jesús a quien hemos adorado y ofrecido nuestros dones y a quien hemos seguido en el camino de la vida.

Nuestro compromiso de fe será ser signo, luz y estrella para quien busca una respuesta en esta vida. Y pueda encontrar lo que anhela en el pesebre de Belén.

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