sábado, 8 de febrero de 2025

MANOS UNIDAS CELEBRA EN LA PARROQUIA DE SAN PEDRO APÓSTOL LA JORNADA DE ORACIÓN Y CENA DEL HAMBRE.

 
Foto: Voluntarias de Manos Unidas Guadalajara presentan el cartel de la jornada y el libro de proyectos.

La comunidad parroquial de San Pedro Apóstol (Guadalajara) abrió sus puertas de par en par y acogió, el viernes 7 de febrero, la acción caritativa y social de la Iglesia, representada, en esta ocasión, por Manos Unidas.

El encuentro estuvo presidido por un ambiente de oración y alegría. La Eucaristía de la campaña de Manos Unidas tuvo un eminente carácter de esperanza ante los desafíos que la Iglesia posee para atender, con una nueva mirada, a los seres humanos más necesitados y descartados. Las lecturas proclamadas, las peticiones, las canciones del coro parroquial y las ofrendas realizadas quisieron mostrar el mandato evangélico de compartir, que no es un consejo que nace de la ilusión de un iluminado, sino un imperativo que surge del encuentro con la persona de Jesús.

Tras la celebración de la Eucaristía, y debido a la inclemencia del tiempo se hizo lectura del manifiesto de Manos Unidas en la capilla de la parroquia. Los voluntarios de Manos Unidas-Guadalajara (María José, Paz, Agustín y Santi) dieron a conocer la denuncia y las propuestas que esta ONG de la Iglesia católica quieren transmitir a toda la sociedad e Iglesia. Este manifiesto lo podéis encontrar para vuestra lectura en esta pagina que os ofrezco:

https://www.manosunidas.org/sites/default/files/manifiesto_2025.pdf

La jornada terminó con la cena del hambre. Todos los asistentes pasamos al salón que se había preparado para este momento. Allí compartimos un vaso de caldo y pan. Hubo tiempo para la convivencia, las bromas y la charla amena, pudimos conocernos y compartir, haciendo vida el lema de la jornada de Manos unidas en este año 2025: “Compartir es nuestra mayor riqueza”

Agradecemos la disponibilidad y acogida de toda la comunidad de San Pedro Apóstol. Todo estuvo muy bien preparado, con mucho agrado y con gran sentido de hospitalidad, cariño y afecto. 

El grupo de Manos Unidas se sintió como en su propia casa. Más y mejor no se pudo hacer. Gracias Raúl y gracias comunidad de fe bajo el patrocinio de Pedro.

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