jueves, 22 de abril de 2021

OVEJA… NO BORREGO

 

La persona que se somete gregaria, dócil y fácilmente a la voluntad ajena (de otra persona) sin rebelarse ni protestar, la solemos denominar “borrego o borrega”. Para esta actividad borreguil tenemos un refrán: “¿Dónde va Vicente? donde va la gente” dando a entender, con este dicho popular, una falta de criterio aplicable a cualquier ámbito de la vida. Y curioso es que cuando hablamos de “oveja” no le damos este sentido despectivo; debe ser porque la oveja es la madre del borrego y éste como cría va tras la madre para ser amamantado… No lo sé, la verdad…. Lo cierto que en la lectura del evangelio de esta semana 4º del tiempo de Pascua (ciclo b) Jesús se ofrece y se siente como el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas, no por sus borregos. (Ver comentario)

En el evangelio (Juan 10,11-18) se presenta Jesús, ante los fariseos, por dos veces, como el Buen Pastor que “da la vida” y que “conoce” a sus ovejas. Comienza el texto haciendo una oposición entre pastor y asalariado, mientras que el primero da la vida, el otro abandona y huye, sin importarle la suerte del rebaño, a la mínima dificultad.

Creo, que en este evangelio, es importante que identifiques cada una de las imágenes utilizadas: pastor, asalariado, ovejas, lobo, otras ovejas… Es importante que disciernas a qué se refieren y, así, puedas hacer una posible comparación que te ayude en tu vida. Ahora bien, (aviso a navegantes) si te identificas como “buen pastor” dar la vida es la clave; si te identificas con la oveja la clave será dejarse conducir por el pastor, porque sabes que él desea tu bien porque te quiere y conoce.

Para nosotros, creyentes, Jesús es ese pastor que de forma valiente y firme denuncia como asalariados (falsos pastores) a aquellos a quienes no les importan las ovejas, a aquellos que no tienen espíritu de servicio sino que se aprovechan del rebaño. Pero no sólo es un simple pastor, sino “Pastor Bueno” que se deja conmover por la situación de su rebaño. “Pastor que conoce” que tiene un trato personal, íntimo y en dialogo amoroso con sus ovejas (creyentes) “Pastor de todos” que sabe que tiene, “además otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor” (Jn 10,16)

La primera lectura (Hechos 4,8-12) entronca directamente con la actividad evangelizadora de la primera comunidad cristiana. La Buena Noticia se extiende a todos, por ello evitemos cerrarnos en nuestro propio yo interior y optemos por salir en busca de esas “otras ovejas” de las que nos habla el evangelio.

En esta actividad de anuncio y misión encontraremos oposición, o, como Pedro y Juan, persecución. Pero no debe ser esto causa de miedo o retroceso sino motivo para proclamar con mayor audacia al Nazareno y su poder salvador, que no se limita a una curación física sino que lo abarca todo: “Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos” (Hechos 4,11-12)

Reflexión: Muchas son los interrogantes que podemos hacernos desde estas lecturas. Quiero servirte estos:

1.- ¿Eres oveja o borrego? Porque ya sabes que no tienen las mismas connotaciones ambas expresiones. Si te sientes oveja ¿confías en el Pastor Bueno hasta el punto de ser dócil a sus enseñanzas, a su Espíritu y a su ejemplo?... Y si te identificas con el “borrego” ¿para cuándo tienes pensado dejar de serlo?

2.- En muchas ocasiones puedes identificar tu vida como la del pastor, aunque no seas cura. Es un error reservar esta palabra de pastor solo al clero, obispos y sacerdotes. Pues bien, si te identificas con el Pastor Bueno, sabes que la clave es dar la vida. ¿Qué compromisos puedes adquirir hacia tu prójimo y que surgen del ejemplo de vida de Jesús?

3.- Pedro y Juan confían plenamente en su Señor y Maestro, sin dejarse impresionar por su aparente inferioridad ante los “Jefes del Pueblo y Ancianos”, llegan incluso a asómbrales. No se dejan intimidar ni por respetos humanos ni por amenazas. Sin polémicas pero con firmeza insisten en su actitud de proclamar el poder salvador de Jesús a pesar de las dificultades. Todo ello es fruto de la experiencia vivida con el Señor ¿Es esta tu experiencia de creyente?

Una nueva semana las lecturas vienen empujando fuerte. Y es que la mediocridad del borrego no es una opción para el discípulo misionero. Demos gracias porque el Buen Pastor nos ofrezca su estilo de servicio y entrega. Y que empuje es lo deseable, pero que te empuje para ser pastores-ovejas. No te acomodes en ser borrego o asalariados.

1 comentario:

  1. NOTA: Es muy deseable que para entender mejor el evangelio del Buen Pastor acudas a Ezequiel 34 y a Jeremías 23,1-8

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