Jesús se entregó por amor para que nosotros tengamos vida verdadera. La Cruz para el cristiano no es lugar de muerte sino de vida. La cruz es locura de amor de un Dios Padre, porque en su Hijo roto y muerto nos muestra el gran amor que nos tiene. La cruz es el libro del amor más grande. Jesús crucificado, con los brazos extendidos, entregado hasta la muerte por nosotros… es la expresión del amor hasta el extremo, no se puede amar más.
La cruz nos recuerda que la pasión sigue,
que Cristo sigue sufriendo en los que sufren, que Cristo sigue crucificado en
los oprimidos y menospreciados, que Cristo continua su agonía en los enfermos.
Pero la cruz, la muerte no es el final, creemos en la resurrección. Él está vivo, la muerte no tiene la ultima palabra. Acerquemos, a quienes comparten con nosotros la existencia, la esperanza que nos ofrece los misterios del amor de Dios.
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