domingo, 21 de julio de 2024

MODELOS DE DISCIPULOS Y TESTIGOS

 

A lo largo de esta semana, celebramos en la Iglesia a dos discípulos, seguidores de Jesús, que fueron llamados y enviados a extender el Reino.

María Magdalena (22 de julio) la discípula fiel, presente en la cruz de Jesús y testigo de la resurrección, enviada por Jesús a anunciar esta buena noticia a los apóstoles; así mismo es ejemplo de auténtica evangelizadora, es decir, de quien  anuncia el mensaje gozoso central de la Pascua.

 “Había allí muchas mujeres que miraban desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirlo; entre ellas, María la Magdalena y María, la madre de Santiago y José, y la madre de los hijos de Zebedeo” (Mt 27,55-56)

Las mujeres descritas, que contemplan la muerte de Jesús, tendrán un papel importante más adelante, ya que serán testigos de la sepultura (Mt 27,61) y de la resurrección (Mt 28,1-10) Mateo las presenta como discípulas de Jesús utilizando dos verbos “seguir” y “servir”. Expresan la condición de todo discípulo y la actitud que debe caracterizarlos. Ellas, no han abandonado a Jesús, sino que han seguido fieles hasta el final.

Jesús instituyó a doce para “que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar”. Celebrar la fiesta del Apóstol Santiago (25 de julio) es acercarnos a aquella experiencia única y privilegiada de contacto vital y diario con Jesús, acompañándolo y siendo testimonio directo de su presencia, de su actividad, de su predicación y de su resurrección.

Celebrar la festividad de un apóstol es, por un lado, una invitación agradecer a Dios el primer impulso misionero, que ha hecho llegar a todo el mundo la Palabra y el Mensaje del Maestro. Y por otro lado, es comprometernos a ser nosotros mensajeros y continuadores de la Buena Noticia con un nuevo ardor. 

Nuestra fe se apoya en Jesús a través de la mediación de los apóstoles, primeros testimonios directos de Cristo.

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