domingo, 24 de diciembre de 2023

HOY EN LA CIUDAD DE DAVID OS HA NACIDO EL SALVADOR, EL MESIAS, EL SEÑOR.

 

Nosotros, como los pastores, hemos escuchado la voz del ángel que nos anuncia, desde la paz y el sosiego, la gran alegría del nacimiento del Salvador. 

Esta noticia ilumina nuestra vida, pensamientos, palabras y acciones; nos invita a mirar el mundo desde el amor y no desde el egoísmo, desde el encuentro y no desde el aislamiento, desde el dar y ofrecer y no desde el poseer o el dominar.

Celebrar el acontecimiento de fe del Salvador en nuestra historia, como a los pastores, nos hace ponernos en camino, dejar a un lado nuestras comodidades, incertidumbres y salir al encuentro del niño, del joven, del hombre y de la mujer, del anciano… envuelto en pañales y acostado en un pesebre

Nuestra alegría es también la alegría de quienes serenan el corazón y sin temor ponen sus dones y talentos al servicio del más necesitado, del que menos tiene, del que sufre en su cuerpo y en espíritu, del que pasa hambre y sed.

Pidamos al Dios de Belén:

Señor haznos comprender que un mundo más humano y fraterno es posible, que no nos crucemos de brazos o vivamos en la indiferencia ante tantas personas que claman, desde su pobreza, justicia. Que sintamos el dolor ajeno como propio. Tú que vienes a sanar y salvar enséñanos, desde tu cuna de Belén, a ser bálsamo para mis hermanos, los cercanos y lejanos, los que pertenecen a mi corazón y los que viven muy alejados de mí. Y que tu paz reine en nuestras acciones, para ser testimonio de Ti en medio del mundo. Amén

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