martes, 16 de enero de 2024

“MANIFIESTO”

 

Domingo 3º Tiempo Ordinario

No sé si alguna vez has acudido a la lectura de un manifiesto o si has sido tú quien ha tenido que realizarlo. Yo no he estado en muchos y cuando me hago presente siempre tienen como base temas sociales, no políticos, como el manifiesto de Manos Unidas u otros de Cáritas, donde se prioriza los derechos humanos y se pide a las administraciones públicas que obren en consecuencia.

Un manifiesto es un escrito en el que se hace una declaración de doctrinas, propósitos o programas. Como podrás imaginar hay manifiestos de toda índole, “de todo cornaje y pelaje”, ya que es un documento por el cual una persona o institución transmite sus principios, ideas políticas u opiniones de manera formal y públicamente. En algunas ocasiones tiene su puntito de reivindicación. La RAE lo define como proclamación de principios e intenciones… Seguro que tú también tienes tu manifiesto, yo te animo a que lo repases, lo actualices y lo proclames.

En este tercer domingo del tiempo ordinario (ciclo b) el evangelio (Marcos 1,14-21) nos sitúa en Galilea, tierra de gentiles e impuros, pobres y marginados.

Se nos ofrece, por un lado los versículos 14 y 15 que son el sumario de la actividad o el manifiesto de Jesús que consiste en la llegada del Reino, al que se accede por la conversión, pero no para escapar de ningún castigo, sino para aceptar la venida de Dios a reinar. Un Dios-Salvador que ofrece liberación a todos, que expresa esperanza y es Buena Noticia (Evangelio) «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.

Por otro lado, tras el anuncio del Reino, Jesús busca colaboradores, no profesionales ni expertos en Leyes y Sagrada Escritura, sino simples trabajadores, muchos de ellos pescadores. Estos son llamados en medio de su tarea y labor. “Eran pescadores y estaban echando el copo en el lago. Jesús les dijo: «Venid conmigo»

La vocación de los primeros discípulos es, para Marcos, un ejemplo concreto de la conversión y fe que se pide en los versículos anteriores. Es en el seguimiento donde ambas actitudes se deben poner de manifiesto.

El relato da a conocer los rasgos fundamentales del proceso de vocación que vive quien entra en contacto con Jesús. La vida cristiana es respuesta a una llamada. Es una llamada poderosa ante la que no hay una respuesta titubeante, sino que implica dos acciones: dejar y seguirle: “Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron” Los pescadores llamados dejan un trabajo de seguridad económica y familiar y optan por otro para el que no están preparados y es desconocido para ellos. Un nuevo proyecto personal, no centrado en sus necesidades sino en las necesidades de los demás. “Jesús les dijo: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.»

Pero el discípulo de Jesús no se caracteriza por lo que deja sino por lo que obtiene… no se define el seguidor del Señor por haber dejado algo, sino por haber encontrado a Alguien. Lo que renuncian es inferior a lo que ganan

Reflexión: Amig@, cuando uno se reconoce llamado por Jesús, para la empresa del Reino, esta invitación del Maestro es, en pocas palabras, una aventura constante, ya que consiste en seguirle. Es importante, por lo tanto, que te preguntes qué principios contiene la expresión Reino de Dios y qué es para ti seguirle.

La llamada puede surgir en cualquier lugar. Recuerda que el relato que nos ofrece el evangelio, se ubica a orillas del lago, por donde Jesús pasaba y donde los hombres estaban entregados a sus quehaceres cotidianos. Como habrás podido comprobar la llamada de Dios llega en tu entorno corriente, en tu puesto de trabajo, en medio de tus tareas diarias… Nada, ni rastro de llamadas impertinentes al móvil ni de WhatsApp estrambóticos. Jesús pasa, te mira, te invita y te llama.

Jesús no llama a números, llama a personas con un nombre, con una historia a sus espaldas y con sus límites. No hay retratos “robot” del llamado. Al igual que estos cuatro discípulos, tú también eres llamado por Jesús, como bautizado, a un seguimiento de su persona. (No reserves el término vocación para los sacerdotes y religiosas) El evangelio leído es una invitación a que revivas la llamada que el Maestro te hizo en su día. Que recuerdes cuál fue tu lago, tus redes, tu barca… Que te veas entre los compañeros íntimos de Jesús invitados a ser pescadores de hombres.

Seguirle y acrecentar el Reino. Discípulo de Jesús no es alguien que abandona algo, sino que es aquel que se ha encontrado con el Señor y le responde siguiéndole. Por ello, cree lo que Él creyó, ama como Él amó, confía en Dios como Él confió, interésate por lo que Él se interesó, mira como Él miró… ¡Uffff esto es canela en rama! Ahora si quieres vamos y hacemos un manifiesto.

1 comentario:

  1. NOTA: Dos son los rasgos que podemos reconocer en esta catequesis de Marcos sobre la vocación:

    1.- La iniciativa parte de Jesús. Él es el que llama. La fórmula hace pensar en la iniciativa y autoridad con que Dios llamaba a los profetas para que llevaran a cabo una misión concreta en favor del pueblo (por ejemplo de Elías a Eliseo de 1Reyes 19). La elección por lo tanto es de Cristo, no de sus discípulos. En el mundo judío eran los discípulos quienes llamaban y elegían a sus maestros, en el caso de Cristo es Él quien llama y tiene la primera iniciativa.

    2.- La respuesta, a esta llamada previa de Jesús, implica desprendimiento y renuncia que se traduce en seguimiento. No puede ser respuesta de titubeo, sino que hay que “dejarlo todo e inmediatamente”

    ResponderEliminar