En la jornada del DOMUND de este año 2024, inspirado
en el relato evangélico del “banquete de
bodas” (Mateo 22, 1-14) se nos invita a vivir dos verbos que se encuentran
en imperativo “ID e INVITAD”,
recordando que evangelizar es un mandato de Jesús realizado a todos los discípulos de todos
los tiempos. Es, por lo tanto, un mandato misionero que debe resonar constantemente en nuestro
corazón y en el corazón de toda la Iglesia. La misión es un “ir” incansable.
Somos “invitados”
a “ir” pero con el estilo de Jesús
(con caridad, ternura y cercanía) Él es quien nos envía y a Él es a quien
anunciamos. Pero es un envió “a todos”
porque la salvación, que Jesús ha venido a traernos, es para “todos, todos, todos” y en especial para los últimos, los alejados
y los excluidos. La invitación que debemos hacer es “al banquete”; es decir a la mesa de la fraternidad y a la mesa del
Reino de Dios.
No olvidemos que todo cristiano estamos llamados a participar de la misión universal de la Iglesia con su propio
testimonio. Los objetivos que se nos proponen en esta jornada misionera son:
1.- Redescubrir que nuestro compromiso
prioritario es el anuncio del Evangelio en el mundo en el que vivimos y
hacerlo con alegría y entusiasmo.
2- También es importante dar visibilidad a
los misioneros
y su labor, y mostrar el sentido de su actividad caritativa y de anuncio
en los territorios de misión.
3.- Por último, mostremos como todos somos llamados a “ir e invitar al banquete del Evangelio”. Cada uno desde su fe y otros desde su vocación misionera especifica.
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