El pasado domingo, tercero del tiempo ordinario, se celebró en nuestra comunidad parroquial el domingo de la Palabra de Dios y el día del Arciprestazgo de Guadalajara.
Toda la celebración, sus ritos y símbolos, tuvieron este hilo conductor; es decir, poner en el centro de la vida cotidiana de la Iglesia y de nuestra comunidad a la Palabra de Dios, una Palabra no encerrada en un libro, sino que permanece siempre viva y se hace signo concreto y tangible.
En la celebración de la Eucaristía dominical participaron miembros del grupo de formación bíblica, quienes proclamaron la Palabra y acercaron al altar la Sagrada Escritura y una vela encendida significando que Ella es luz en nuestros senderos.
Junto a este motivo, de alcance universal,
celebramos también el día de nuestro Arciprestazgo de Guadalajara. Una ocasión
inmejorable para poner en el altar la vida y realidad de nuestras diecisiete
parroquias, para que sigamos creciendo en comunión y corresponsabilidad.
Se presentó un mapa de la ciudad de Guadalajara como símbolo de nuestro arciprestazgo y de la acción pastoral que en él se realiza.
Desde este blog deseamos que la Palabra de Dios sea proclamada con fe, acogida con gratitud, vivida con intensidad y testimoniada con pasión.
También ponemos nuestro Arciprestazgo de Guadalajara y todas las personas que lo formamos bajo la mirada de Dios para que Él nos ayude, con la fuerza de su Espíritu, a ser luz que ilumine las sombras y oscuridades de los hombres y mujeres que participan en su vida de nuestra ciudad.
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