martes, 17 de marzo de 2020

AMARGARSE O SER FELIZ

Existía un profesor comprometido y estricto, conocido también por sus alumnos como un hombre justo y comprensivo.
Al terminar el curso se le acercó uno de sus alumnos y en forma desafiante le dijo:
- “Profesor, lo que me alegra de haber acabado el curso, es que no tendré que escuchar más sus tonterías ni ver su cara aburrida”.

El alumno estaba erguido, con semblante arrogante, en espera de que el maestro reaccionara ofendido y descontrolado….
El profesor miró al alumno por un instante y de forma muy tranquila le preguntó:

- “¿Cuándo alguien te ofrece algo que no quieres..., lo coges?"

El alumno quedó desconcertado por la calidez de su respuesta,

- “Por supuesto que no”, contestó, en tono despectivo, el muchacho.

- "Bueno, prosiguió el profesor, cuando alguien intenta ofenderme o me dice algo desagradable, me está ofreciendo algo, en tu caso, es rabia y rencor que puedo decidir no aceptar"

Dijo el alumno confundido.

- “No entiendo a qué se refiere”

Replicó el profesor,

- “Muy sencillo”, tú me estas ofreciendo rabia y desprecio y si yo me siento ofendido o me pongo furioso, estaré aceptando tu regalo, y yo en verdad, prefiero obsequiarme mi propia serenidad”
“Muchacho, concluyó el profesor, la vida nos da la libertad de amargarnos o de ser felices. Tu rabia pasará, pero no trates de dejarla conmigo porque no me interesa. Yo no puedo controlar lo que llevas en tu corazón, pero de mí depende lo que yo cargo en el mío”

Moraleja: Cada día en todo momento tú puedes escoger qué emociones o sentimientos quieres poner dentro de ti, y los tendrás hasta que decidas cambiarlos, porque en ti está la libertad.
Por ello, que los acontecimientos de la vida y el trato con las personas no llenen tu corazón de sentimientos que no quieres que haya en él. 
Ser feliz, creo yo, que empieza por serenar todo tu yo y no dejar que nadie ni nada rompa esa serenidad.

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