miércoles, 28 de octubre de 2020

BIENAVENTURANZAS EN EL EVANGELIO DE MATEO

 

El “sermón del monte” se abre con una declaración solemne, en la que el Reino de los Cielos, anunciado por Jesús, aparece como buena noticia para los pobres.

Las bienaventuranzas poseen un esquema literario que se encuentra en la tradición sapiencial y apocalíptica del Antiguo Testamento. Esta forma de expresarse fue utilizada por Jesús con frecuencia, de tal manera que las primeras comunidades cristianas conservaron pequeñas listas de bienaventuranzas como la que se encuentra en el evangelio de Lucas (Lc 6,20-23)

Mateo amplia la lista escueta de Lucas, por lo que nos podemos hacer una idea del trabajo de redacción de Mateo; el cual no sólo amplia sino que también las espiritualiza y aplica al comportamiento cristiano (ejemplo: Lucas pobres; Mateo pobres en el espíritu)

Mateo elabora las bienaventuranzas cuidadosamente con la intención de que sean fácilmente memorizadas. Podemos decir que son 9 las bienaventuranzas, las ocho primeras, están en tercera persona del plural y forman un grupo homogéneo, marcado por la referencia en la primera y en la octava al Reino de los Cielos. Este grupo de ocho queda dividido en dos grupos de cuatro. La novena bienaventuranza (Mateo 5,11-12) rompe el estilo de las anteriores y parece en realidad una aplicación de la octava.

LAS CUATRO PRIMERAS: están relacionadas entre sí. Se constatan situaciones. Son una declaración de la felicidad que poseen aquellos que se abren a la acción de Dios en una actitud de acogida sincera. Se dirige al grupo de los que son pobres en el espíritu, es decir a los que ponen su confianza sólo en el Señor, esperando que Dios manifieste su Reino y colme su esperanza. Son los humildes, los que ahora están tristes y los que desean hacer la voluntad de Dios.

Este primer grupo de bienaventuranzas bien sería un comentario a la primera parte de la oración del Padre Nuestro, en el que los discípulos son invitados a desear la venida del reino y el cumplimiento de la voluntad de Dios.

LAS CUATRO SEGUNDAS: contiene 4 bienaventuranzas propias de Mateo que están más orientadas al comportamiento cristiano. Se proponen actitudes que los discípulos deben de tener: misericordia, corazón limpio (sin duplicidad ni engaño) paz (ser instrumentos de reconciliación entre los hermanos) y permanecer fieles en las dificultades y persecución.

LA ÚLTIMA: Está redactada en segunda persona del plural. Mateo se dirige directamente a los miembros de su comunidad que tienen la experiencia de ser perseguidos por causa de Jesús para alentarlos en medio de la adversidad. Se trata de una aplicación concreta de la octava bienaventuranza en las que puede advertirse las motivaciones y formas que revestía dicha persecución.

(Artículo extraído del libro Comentario al Nuevo Testamento. Editorial: La casa de la Biblia)

1 comentario:

  1. Lectura Evangelio según san Mateo (5,1-12):

    Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.»

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