El Día Internacional de la Eliminación
de la Violencia contra la Mujer se conmemora anualmente el 25
de noviembre para denunciar la violencia que se ejerce sobre las
mujeres en todo el mundo y reclamar políticas en todos los países para su
erradicación.
Según Naciones Unidas, este tipo de
violencia, que se manifiesta en formas físicas, sexuales y psicológicas, abarca:
la violencia de pareja (maltrato, abuso psicológico, violación conyugal,
femicidio); la violencia sexual y hostigamiento (violación, actos sexuales
forzados, insinuaciones sexuales no deseadas, abuso sexual infantil, matrimonio
forzado, hostigamiento en la calle, acecho, acoso cibernético); la trata de
personas (esclavitud, explotación sexual); la mutilación genital femenina y el
matrimonio infantil.
La violencia doméstica contra las mujeres es
un fenómeno creciente que no conoce límites geográficos, límite de edad ni de
color, y afecta a todo tipo de relaciones familiares y clases sociales. Las
estadísticas muestran que del 12% al 15% de las mujeres en Europa se enfrentan
a la violencia en el hogar todos los días. Es una de las violaciones más
generalizadas de los derechos humanos en todo el mundo y debe combatirse.
El papa Francisco condenó con firmeza la violencia, la humillación y las ofensas que sufren con frecuencia las mujeres y dijo que “el trato hacia ellas mide el nivel de humanidad. "Las mujeres son fuente de vida. Sin embargo, son continuamente ofendidas, golpeadas, violadas, inducidas a prostituirse y a eliminar la vida que llevan en el vientre. Toda violencia infligida a la mujer es una profanación de Dios, nacido de una mujer"
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