El próximo domingo iniciamos el tiempo
fuerte de Adviento, es un tiempo litúrgico y, a
la vez, una catequesis cristiana sobre la esperanza. Necesitamos aprender a
esperar al Señor y sentir su venida como un deseo, pero sobre todo como una
necesidad.
Es una paradoja porque cuando parece que no
necesitamos nada es cuando más necesitamos la venida del Señor, ya que estamos
llamados a recuperar el sentido de la vida y vivir el nacimiento de Jesús como
la gran noticia de nuestras vidas.
Para poder prepararnos y contemplar el
misterio de la Encarnación, os invito a tomar la actitud de los “profetas”,
que anunciaron la venida del Salvador e introdujeron en el pueblo de Israel una
gran dosis de esperanza; ellos mostraron que Dios siempre cumple sus promesas y
encaminaron al pueblo elegido a sentir que su futuro estaba en las manos del
Señor.
El tiempo de Adviento nos educa, cada año,
para enamorarnos de nuestra fe cristiana, de tal manera que todo lo que
realicemos en este tiempo sea para nuestro crecimiento espiritual, porque
crecemos cuando llenamos nuestra vida de esperanza.
Iniciamos un tiempo de preparación, ya que es una oportunidad para ver la realidad de nuestro mundo, comprometerse a la luz de la Palabra de Dios y actuar como Cristo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario