PARA
LA 106 JORNADA MUNDIAL DEL MIGRANTE Y DEL REFUGIADO 2020
[27 de septiembre de 2020]
Como Jesucristo, obligados a huir.
Acoger, proteger, promover e integrar a los desplazados internos
El Papa Francisco dedica el mensaje de
este año al drama de los desplazados internos, extendiéndolo a todos los que
han experimentado y siguen aún hoy viviendo situaciones de precariedad, de
abandono, de marginación y de rechazo a causa del COVID-19.
Este mensaje es una invitación para
reconocer en los rostros de estas personas el rostro de Cristo, que nos
interpela hasta el punto que si lo reconocemos, seremos nosotros quienes le
agradeceremos el haberlo conocido, amado y servido.
Para el Papa los desplazados internos
nos ofrecen la oportunidad de encuentro con el Señor. Es un reto pastoral al
que estamos llamados a responder, con las actitudes de acoger, proteger,
promover e integrar a las que hacía referencia el año pasado y a las que añade
en este mensaje del 2020 seis nuevas propuestas:
1.- Es
necesario conocer para comprender. El conocimiento
es un paso necesario hacia la comprensión del otro. Cuando hablamos de
migrantes y desplazados, nos limitamos con demasiada frecuencia a números.
¡Pero no son números, sino personas! Si las encontramos, podremos conocerlas. Y
si conocemos sus historias, lograremos comprender.
2.- Hay
que hacerse prójimo para servir. Los miedos y los
prejuicios nos hacen mantener las distancias con otras personas y a menudo nos impiden
“acercarnos como prójimos” y servirles con amor. Acercarse al prójimo
significa, a menudo, estar dispuestos a correr riesgos. Este estar cerca para
servir, va más allá del estricto sentido del deber.
3.-
Para reconciliarse se requiere escuchar. Sólo a través de
una escucha humilde y atenta podremos llegar a reconciliarnos de verdad.
Gracias a esta escucha, tenemos la oportunidad de reconciliarnos con el
prójimo, con tantos descartados, con nosotros mismos y con Dios, que nunca se
cansa de ofrecernos su misericordia.
4.-
Para crecer hay que compartir. Dios no quiso que los
recursos de nuestro planeta beneficiaran únicamente a unos pocos. Tenemos que
aprender a compartir para crecer juntos, sin dejar fuera a nadie.
5.- Se
necesita involucrar para promover. Si queremos
realmente promover a las personas a quienes ofrecemos asistencia, tenemos que
involucrarlas y hacerlas protagonistas de su propio rescate. Debemos «motivar
espacios donde todos puedan sentirse convocados y permitir nuevas formas de
hospitalidad, de fraternidad y de solidaridad»
6.- Es
indispensable colaborar para construir. La construcción del
Reino de Dios es un compromiso común de todos los cristianos y por eso se
requiere que aprendamos a colaborar, sin dejarnos tentar por los celos, las
discordias y las divisiones. Y en el actual contexto, es necesario reiterar
que: «Este no es el tiempo del egoísmo, porque el desafío que enfrentamos nos
une a todos y no hace acepción de personas»
Para preservar la casa común y hacer
todo lo posible para que se parezca, cada vez más, al plan original de Dios,
debemos comprometernos a garantizar la cooperación internacional, la
solidaridad global y el compromiso local, sin dejar fuera a nadie.
Concluye el Papa su mensaje a con una
oración sugerida por el ejemplo de san José, de manera especial cuando se vio
obligado a huir a Egipto para salvar al Niño.
Si deseáis leer el mensaje íntegro del
Papa os invito a poder hacerlo pinchando este enlace.
https://migrants-refugees.va/wp-content/uploads/2020/05/ES.pdf
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