domingo, 20 de septiembre de 2020

MENSAJE DEL PAPA EN LA JORNADA DEL MIGRANTE Y REFUGIADO 2020

PARA LA 106 JORNADA MUNDIAL DEL MIGRANTE Y DEL REFUGIADO 2020
[27 de septiembre de 2020]

Como Jesucristo, obligados a huir.
Acoger, proteger, promover e integrar a los desplazados internos

El Papa Francisco dedica el mensaje de este año al drama de los desplazados internos, extendiéndolo a todos los que han experimentado y siguen aún hoy viviendo situaciones de precariedad, de abandono, de marginación y de rechazo a causa del COVID-19.

Este mensaje es una invitación para reconocer en los rostros de estas personas el rostro de Cristo, que nos interpela hasta el punto que si lo reconocemos, seremos nosotros quienes le agradeceremos el haberlo conocido, amado y servido.

Para el Papa los desplazados internos nos ofrecen la oportunidad de encuentro con el Señor. Es un reto pastoral al que estamos llamados a responder, con las actitudes de acoger, proteger, promover e integrar a las que hacía referencia el año pasado y a las que añade en este mensaje del 2020 seis nuevas propuestas:

1.- Es necesario conocer para comprender. El conocimiento es un paso necesario hacia la comprensión del otro. Cuando hablamos de migrantes y desplazados, nos limitamos con demasiada frecuencia a números. ¡Pero no son números, sino personas! Si las encontramos, podremos conocerlas. Y si conocemos sus historias, lograremos comprender.

2.- Hay que hacerse prójimo para servir. Los miedos y los prejuicios nos hacen mantener las distancias con otras personas y a menudo nos impiden “acercarnos como prójimos” y servirles con amor. Acercarse al prójimo significa, a menudo, estar dispuestos a correr riesgos. Este estar cerca para servir, va más allá del estricto sentido del deber.

3.- Para reconciliarse se requiere escuchar. Sólo a través de una escucha humilde y atenta podremos llegar a reconciliarnos de verdad. Gracias a esta escucha, tenemos la oportunidad de reconciliarnos con el prójimo, con tantos descartados, con nosotros mismos y con Dios, que nunca se cansa de ofrecernos su misericordia.

4.- Para crecer hay que compartir. Dios no quiso que los recursos de nuestro planeta beneficiaran únicamente a unos pocos. Tenemos que aprender a compartir para crecer juntos, sin dejar fuera a nadie.

5.- Se necesita involucrar para promover. Si queremos realmente promover a las personas a quienes ofrecemos asistencia, tenemos que involucrarlas y hacerlas protagonistas de su propio rescate. Debemos «motivar espacios donde todos puedan sentirse convocados y permitir nuevas formas de hospitalidad, de fraternidad y de solidaridad»

6.- Es indispensable colaborar para construir. La construcción del Reino de Dios es un compromiso común de todos los cristianos y por eso se requiere que aprendamos a colaborar, sin dejarnos tentar por los celos, las discordias y las divisiones. Y en el actual contexto, es necesario reiterar que: «Este no es el tiempo del egoísmo, porque el desafío que enfrentamos nos une a todos y no hace acepción de personas»

Para preservar la casa común y hacer todo lo posible para que se parezca, cada vez más, al plan original de Dios, debemos comprometernos a garantizar la cooperación internacional, la solidaridad global y el compromiso local, sin dejar fuera a nadie.

Concluye el Papa su mensaje a con una oración sugerida por el ejemplo de san José, de manera especial cuando se vio obligado a huir a Egipto para salvar al Niño.

Si deseáis leer el mensaje íntegro del Papa os invito a poder hacerlo pinchando este enlace.

https://migrants-refugees.va/wp-content/uploads/2020/05/ES.pdf

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