El
domingo 14 de noviembre, celebramos la V Jornada
Mundial de los Pobres, bajo el lema “A los pobres los tenéis siempre
con vosotros” Francisco lanza un llamamiento para “No podemos esperar a que (pobres)
llamen a nuestra puerta, es urgente que vayamos nosotros a encontrarlos en sus
casas, en los hospitales y en las residencias asistenciales, en las calles y en
los rincones oscuros donde a veces se esconden, en los centros de refugio y
acogida... Es importante entender cómo se sienten, qué perciben y qué deseos
tienen en el corazón”.
Denuncia profética de Francisco
Como
señala el Papa, “parece que se está imponiendo la idea de que los pobres no
sólo son responsables de su condición, sino que constituyen una carga
intolerable para un sistema económico que pone en el centro los intereses de algunas
categorías privilegiadas”. “Se asiste así –añade— a la creación de trampas
siempre nuevas de indigencia y exclusión, producidas por actores económicos y
financieros sin escrúpulos, carentes de sentido humanitario y de
responsabilidad social”.
Para
ello, el Santo Padre urge a abordar “un enfoque diferente de la pobreza, un
reto que los gobiernos y las instituciones mundiales deben afrontar con un
modelo social previsor, capaz de responder a las nuevas formas de pobreza que
afectan al mundo y que marcarán las próximas décadas de forma decisiva”. “Si se
margina a los pobres, como si fueran los culpables de su condición, entonces
–alerta— el concepto mismo de democracia se pone en crisis y toda política
social se vuelve un fracaso”.
Asimismo,
el papa Francisco invita en esta V Jornada Mundial a aumentar “la sensibilidad
para comprender las necesidades de los pobres” Por ello, nos propone “estar
abiertos a leer los signos de los tiempos que expresan cómo ser evangelizadores
en el mundo contemporáneo” y recordar que “la ayuda inmediata para satisfacer
las necesidades de los pobres no debe impedirnos ser previsores a la hora de
poner en práctica nuevos signos del amor y de la caridad cristiana como
respuesta a las nuevas formas de pobreza que experimenta la humanidad de hoy”.
Una celebración de toda la Iglesia
Esta
convocatoria es una nueva oportunidad para un encuentro cordial con las
personas excluidas “para escucharles y
conocer mejor su sentir, para descubrir qué nos puede ofrecer personal y
comunitariamente esa persona, familia o grupo que recibimos desde su falta de
recursos, desde su fragilidad”.
Tiempo de conversión
La
respuesta al lema de esta edición – “A los pobres los tenéis siempre con
vosotros”— implica:
-Abrir
el corazón a las personas, dejar a un lado las resistencias y dejar espacio a
la creatividad y a la novedad que otras personas pueden aportar y que no
esperamos.
-Cambiar
de mentalidad, de pensamiento, en relación con nuestra forma de dar, para
acoger el reto de compartir y participar.
-Optar
por un estilo de vida más sencillo y austero.
-Abrirnos a la gracia de Dios. Es el Espíritu el que transforma nuestro corazón, nuestra mente y nuestra acción, y se sirve de la comunidad para cambiarnos y mejorarnos como personas a través del amor que siembra en cada una.
Podéis leer el mensaje completo en esta dirección:
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