En la celebración de la Eucaristía del domingo 18 de diciembre, cuarto de adviento, se entregó la luz de la paz de Belén a todas las personas que se acercaron a celebrar la Eucaristía. Un acto muy sencillo en el que el los monitores del grupo scouts “Alveus” quisieron acercar esta luz que procede desde la cueva del Nacimiento de Jesús, en la ciudad de Belén.
Con el gesto de encender nuestras velas y llevarnos esta luz hasta nuestros hogares os invito a gritar al mundo que NAVIDAD es una acción de gracias a Dios por el regalo de su propio Hijo. Que NAVIDAD es reconocer a Dios como Padre entrañable y tierno.
Esta luz simboliza la mirada de Dios, una mirada serena, llena de bondad y ternura. La sonrisa de Dios y su rostro de paz se hacen presentes en la luz de Belén.
No olvidemos, al
contemplar la luz de Belén en nuestros hogares, que es en NAVIDAD cuando
sentimos la presencia de un Dios cercano, un Dios Niño con los valores de
pequeñez, debilidad, ternura, humanidad, sencillez, humildad y bondad.
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