El viernes 19 de mayo hemos celebrado el
final de las catequesis de infancia y adolescencia de la parroquia Beata María de Jesús. Ha sido un momento de
encuentro de todos los grupos, catequistas y familias y una acción de gracias a
Dios por todo lo vivido a lo largo de este año pastoral.
El Señor se ha hecho presente en nuestra
comunidad parroquial y nos ha rodeado de dones que han sido puestos al servicio
del “otro”. Las catequistas, Inma, Susana y Bea durante este curso, han
acercado el mensaje del Evangelio a nuestros niños y jóvenes. Y les han ayudado a crecer en el amor a Dios y a los hermanos.
Con una celebración – oración, donde cada grupo expuso lo que ha aprendido, conocido y vivido, y una merienda compartida con niños y familias se ha puesto el punto final a nuestra catequesis.
El grupo de DESPERTAR RELIGIOSO, los más pequeños de todos los grupos de catequesis, nos presentaron a Dios, que ama y es Padre, que nos conoce por nuestro nombre, que nos hace sus hijos, gracias a Jesús. Para Dios somos muy importantes. Él nos habla con su Palabra que se contiene en la Biblia. Nos hablaron de su bautismo como sacramento que nos hace cristianos y nos enseñaron las oraciones que han conocido a lo largo de este año.
Los chavales de 1º DE COMUNIÓN nos expresaron que el amor de Dios se hace presente en su Hijo Jesús. Él se hace uno de nosotros naciendo en Belén y nos da la salvación muriendo en la cruz. Pero nos dijeron que Jesús no está muerto sino que ha resucitado, está vivo y que no nos deja solos ni nos abandona sino que nos envía su Espíritu que nos ilumina y nos da fuerzas para seguir siendo cristianos haciendo obras de amor.
El grupo de 1º CONFIRMACIÓN nos introdujo en el Reino de los Cielos. Y nos mostraron como Dios ha sembrado semillas de amor, bondad, respeto, ayuda... en nuestros corazones.
Estas semillas se pueden convertir en flores si las cuidamos y regamos con nuestras buenas obras. Así crecerá y extenderemos este Reino por el mundo. El Reino de Dios no se encuentra fuera de nosotros.
Los adolescentes de 2º CONFIRMACIÓN nos presentaron la actitud que debe tener el cristiano. Reconocemos a Jesús como luz del mundo y somos invitados, desde el bautismo, a una misión: "hacer discípulos del Maestro Jesús". Para ello recibimos la fuerza y el fuego del Espíritu Santo, que desde el bautismo está presente en nuestras vidas, con el que tenemos que prender los corazones de todos los seres humanos.
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