jueves, 18 de febrero de 2021

EL PACTO DE DIOS

 

Hace años, la sola palabra dada y un apretón de manos eran suficientes para que un contrato se llevara a cabo, se ejecutara lo pactado y tuviera una conclusión acorde a lo hablado. Hoy en día, necesitamos abogados, notarios, firmas, documentos aceptados por ambas partes, revisiones del documento, letra pequeña… con la intención de que quienes firman el contrato o pacto lo cumplan en su integridad. Y no digo que esté mal todos estos trámites, lo que pienso es que el ser humano ha introducido en sus alianzas y acuerdos la sospecha, el engaño y la infidelidad.

La relación de Dios con su pueblo (Antiguo Testamento, Israel y nuevo pueblo, la Iglesia) es siempre un empezar de nuevo. Dios hace una alianza y pacto porque tiene el deseo inagotable e incansable por devolver a sus criaturas e hijos a su estado inicial de la vida, llena de dignidad y fecundidad. El amor de Dios por nosotros es tan grande que se empeña y apuesta por sus hij@s.

Las lecturas de este domingo 1º de cuaresma (ciclo b) nos iluminan. La primera alianza con Noé es un don de Dios, prueba de su amor y gracia, a la que seguirán otras alianzas con Abraham y Moisés, hasta llegar a la Alianza definitiva en Jesucristo. Compete al ser humano responder a este pacto con Dios colaborando en el empeño por la vida, la paz y la armonía de la creación.

La primera lectura (Génesis 9, 8-15) nos sitúa tras el diluvio y con una mirada al futuro: Dios hace un pacto y compromiso de no volver a destruir el mundo aunque haya hombres buenos y malos. Esta alianza con Noé tiene una dimensión universal donde restaura el Señor la bendición primordial y primera tanto con los hombres como con los animales y la creación. Retira la maldición de la tierra, renueva relaciones, bendice y promete su asistencia para siempre y se autoimpone un memorial, un recordatorio y un propósito de no volver a castigar cuya señal será el “arco iris”

El evangelio (Marcos 1,12-15) de forma breve y sobria, en una primera parte, nos presenta  que “el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás” (versículos 12-13) El desierto y los cuarenta días evocan el camino de Israel por el desierto durante cuarenta años, hasta llegar a la tierra prometida. Jesús vuelve a revivir la experiencia de Israel. Pero mientras que el pueblo desconfió, murmuró y tentó a Dios, Jesús demuestra que está completamente entregado al plan de Dios y permanece fiel en la prueba.

Los versículos 14-15 «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.» Fueron explicados en un artículo anterior que podéis encontrar en este enlace:

https://parroquiabeataguadalajara.blogspot.com/2021/01/conversion-fe-vocacion.html

Reflexión: El desierto es el escenario donde Jesús demuestra su capacitación y entrega al servicio del Reino. El evangelio es el compendio de su misión. Cuaresma es tiempo de camino, de encuentro con Dios, de conversión constante y permanente a Dios. Cuaresma es vivir abiertos al pacto de amor que Dios hace con nosotros, es mirar a Dios y desde Él iluminar nuestros pasos (acciones). Muchas veces tendremos que hacer tiempo de silencio y desierto porque los ruidos y tentaciones del mundo siguen presentes y nos proponen NO cumplir la Alianza hecha con Dios.

Jesús, con su ejemplo, nos invita a vivir el desierto como oportunidad para la fidelidad; nos invita a creer en la Buena Noticia de que Dios mantiene su promesa de estar en medio de tu historia para reanudar una nueva relación contigo. Dios sigue apostando y empeñándose, con paciencia, por ti para que puedas reencontrar la armonía cumpliendo la voluntad de Dios.

Por último, caminar por el camino de Jesús, el camino de cumplir la voluntad del Padre conlleva unas exigencias, como por ejemplo: escuchar la voz de Dios, comprometernos en un mundo que vive en conflictos, atender necesidades espirituales y materiales de nuestros herman@s, fidelidad al pacto, fiarse de la mano de Dios, restablecer relaciones perdidas…

Ahora es tu “momentazo” para que pienses, como Noé y Jesús, qué hacer para que renazca un mundo nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario