miércoles, 2 de octubre de 2019

JORNADA DE MIGRACIONES EN NUESTRA PARROQUIA

Foto: Al finalizar la Eucaristía. Sacerdotes y migrantes

A lo largo de la semana pasada, nuestra diócesis vivó, junto con toda la Iglesia, la jornada mundial de las Migraciones y del Refugiados, bajo el lema: “No se trata solo de migrantes
La Delegación Diocesana de Migraciones quiso, en todo momento, con las diversas actividades que programó, sensibilizar a la población de Guadalajara y a nuestra Iglesia particular, de las necesidades, dificultades, alegría y felicidades de aquellas personas que, por diversas circunstancias, han tenido que abandonar sus países de origen y se encuentran como migrantes en nuestra tierra.

En la Plaza de Santo Domingo mediante performance, árbol de la humanidad, bailes folklor ecuatoriano, peruano, africano, baile callejero… se gritó a los cuatro vientos que aunque los seres humanos somos diversos y distintos se puede provocar el encuentro y mirarnos los unos a los otros como personas que tenemos capacidades.
Públicamente y de forma estética se quiso decir NO a la globalización de la indiferencia de la que habla el Papa Francisco en el mensaje con motivo de la jornada de las Migraciones 2019.

Nuestra parroquia de la Beata María de Jesús, tuvo protagonismo en estas jornadas, ya que fue el lugar escogido por la Delegación de Migraciones para celebrar dos actos de singular importancia.

El primero de ellos, se celebró en los salones de la parroquia, en la mañana del sábado 28. El Sr Obispo Atilano, mantuvo un coloquio y escuchó a los migrantes allí presentes quienes le formularon diversas preguntas y dándole a conocer la situación real en la que ellos se encuentran en la sociedad, así como en la Iglesia.
Fue un encuentro enriquecedor en el que todos los presentes salieron con un corazón más esperanzado y pleno de ilusión.
El segundo de los actos programados en nuestra parroquia, tuvo lugar el domingo 29, a las 12,00 h, que se celebró la Eucaristía.
Una celebración muy participativa y plena de símbolos interculturales, que se hicieron palpables, especialmente, en la procesión de entrada, con las diversas banderas de todos los países, en la entronización de la palabra a estilo mozambiqueño, en la proclamación de las lecturas, en la presentación de las ofrendas, acompañadas con ritmo africano a cargo del coro de Guinea Ecuatorial, y en todos los gestos y palabras de la Misa.

Al finalizar la Eucaristía, la parroquia invitó a un pequeño ágape a todos los presentes, basado en la comida tradicional española: paella, migas, tortillas de patatas. Con este ágape se pretendió el podernos conocer, saludar, compartir y saber de las “llagas” de los que nos acompañan en el camino de la vida.

Estas actividades realizadas nos animan a “acoger, proteger, promover e integrar”

Si ponemos en práctica estos verbos, contribuimos a edificar la ciudad de Dios y del hombre, promovemos el desarrollo humano integral de todas las personas y también ayudamos a la comunidad mundial a acercarse a los objetivos de desarrollo sostenible que ha establecido y que, de lo contrario, serán difíciles de alcanzar.

Por lo tanto, no solamente está en juego la causa de los migrantes, no se trata solo de ellos, sino de todos nosotros, del presente y del futuro de la familia humana. Los migrantes, y especialmente aquellos más vulnerables, nos ayudan a leer los “signos de los tiempos”. A través de ellos, el Señor nos llama a una conversión, a liberarnos de los exclusivismos, de la indiferencia y de la cultura del descarte. A través de ellos, el Señor nos invita a reapropiarnos de nuestra vida cristiana en su totalidad y a contribuir, cada uno según su propia vocación, a la construcción de un mundo que responda cada vez más al plan de Dios.”
(Papa Francisco. Mensaje Jornada de las Migraciones 2019)

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