sábado, 28 de noviembre de 2020

CUENTO CON MORALEJA: LA VACA

Un maestro samurái paseaba por un bosque con su fiel discípulo, cuando vio a lo lejos un caserío de apariencia pobre, y decidió hacer una breve visita al lugar.

Se aproximó al padre y le preguntó: “En este lugar ¿cómo hacen para sobrevivir?"

El señor respondió: “Tenemos una vaca que da leche. Una parte la vendemos o cambiamos por otros alimentos en la ciudad vecina y con la otra parte producimos queso, cuajada, etc., para nuestro consumo. Así es como vamos sobreviviendo.”

Cuando el maestro y su fiel discípulo  prosiguieron su camino, éste le dijo:

– Maestro, qué buena gente, compartieron con nosotros lo poco que tenían. Y qué pobres son.

¡Me gustaría ayudarlos! ¿No podemos hacer nada por ellos?

El maestro, sin pensarlo, contestó:

– ¿Quieres ayudarlos? Vuelve y empuja la vaca por el barranco.

– Pero, maestro, ¡es su única fuente de alimento! Esa vaca es el único medio de subsistencia de aquella familia.

– Haz lo que te digo.

El discípulo pensó que el maestro había enloquecido, pero no tenía más remedio que obedecer, y así lo hizo.

Aquella escena quedó grabada en la memoria de aquel joven.

Pasado unos años el joven agobiado por la culpa decidió regresar a aquel lugar. Quería confesar a la familia lo que había sucedido, pedirles perdón y ayudarlos. A medida que se aproximaba al lugar, veía todo muy bonito, árboles floridos, una bonita casa con un coche en la puerta y algunos niños jugando en el jardín. El joven se sintió triste imaginando que aquella humilde familia hubiese tenido que vender el terreno para sobrevivir.

El joven preguntó por la familia que vivía allí hacia unos cuatro años, le respondieron que seguían viviendo allí. Espantado, el joven entró corriendo en la casa y confirmó que era la misma familia que visitó hacia algunos años con el maestro.

Elogió el lugar y le preguntó al padre “¿Cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida?” El señor le respondió: “Nosotros teníamos una vaca que cayó por el precipicio y murió. Nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos. Así alcanzamos el éxito que puedes ver ahora.”

Moraleja: Hay cosas que nos proporciona algún beneficio, pero que a la larga nos hacen ser dependientes de ellas y no nos dejan avanzar. Nuestro mundo se reduce a lo que la vaca nos brinda. Las vacas son cosas que dependen de nosotros mismos y que no cambiamos aunque nos gustaría mejorarlas, nos conformamos por miedos que nos llevan a acomodarnos, a estancarnos. ¿Tenéis vacas en vuestra vida? ¿Cuáles son?…

¿Cuántas veces nos pasa que intentando mantener lo que tenemos nos quedamos estáticos frente a nuevas posibilidades?

Qué bueno sería intentar salir de nuestra zona de confort enfrentándonos a la incertidumbre de lo desconocido. Para ello será necesario descubrir cuales son aquellas «vacas» que nos impiden avanzar dándonos un falso sentido de bienestar para luego dejarlas atrás y avanzar hacia todo lo bueno que quizás haya más adelante.

En cada uno de nosotros está esa decisión, será cuestión de animarse y empujar la «vaca» (o al menos hacerla a un lado) para continuar con nuestro crecimiento.

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