lunes, 30 de noviembre de 2020

LOS PREFACIOS DE ADVIENTO UNA OPORTUNIDAD PARA ORAR

 

Lo que conocemos como plegaria eucarística comienza tras el “amen” de la oración de las ofrendas, realizada en el ofertorio del pan y del vino, y termina con el “amen de la doxología”, inmediatamente antes de la invitación del sacerdote al rezo del padre nuestro.

Llamamos “PREFACIO” a la primera parte de la plegaría eucarística.

1.- Comienza con un dialogo entre el sacerdote y los fieles:

V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario 

2.- Prosigue con una manifestación del sacerdote de que es justo dar gracias a Dios. Por ejemplo: “En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro” (Prefacio1º)

3.- A continuación el sacerdote expone los motivos concretos por los quedamos gracias a Dios en esa celebración. En este tiempo de Adviento, que estamos viviendo, os presento los motivos, por los que alabamos a Dios y le damos gracias.

PREFACIO 1: (Jesús vino y vendrá)

Él vino por primera vez en la humildad de nuestra carne, para realizar el plan de redención trazado desde antiguo, y nos abrió el camino de la salvación; para que, cuando venga por segunda vez
en el esplendor de su grandeza, podamos recibir los bienes prometidos que ahora aguardamos en vigilante espera.

PREFACIO 2: (Jesús viene en el presente)

Tú has querido ocultarnos el día y la hora en que Cristo, tu Hijo, Señor y Juez de la Historia, aparecerá sobre las nubes del cielo revestido de poder y de gloria.

En aquel día, tremendo y glorioso al mismo tiempo, pasará la figura de este mundo y nacerán los cielos nuevos y la tierra nueva.
El Señor se manifestará entonces lleno de gloria, el mismo que viene ahora a nuestro encuentro en cada hombre y en cada acontecimiento, para que lo recibamos en la fe y para que demos
testimonio por el amor, de la espera dichosa de su reino

PREFACIO 3: (Preparar el nacimiento de Jesús)

A Él que había sido anunciado por los profetas, la Virgen Madre lo llevó en su seno con amor inefable; Juan Bautista proclamó la inminencia de su venida y reveló su presencia entre los hombres.

El mismo Señor nos concede ahora preparar con alegría el misterio de su nacimiento, para que su llegada nos encuentre perseverantes en la oración y proclamando gozosamente su alabanza.

PREFACIO 4: (María madre de Jesús)

Del antiguo adversario nos vino la ruina, pero en el seno virginal de la hija de Sión recibió la vida aquél que nos nutre con el pan de los ángeles, y surgieron para todo el género humano la salvación y la paz.
La gracia que perdimos por Eva nos fue devuelta en María; su maternidad redimida del pecado y de la muerte, se abre al don de una vida nueva, para que, donde abundó el pecado sobreabundara tu misericordia por Cristo, nuestro Salvador.

4.- Termina el prefacio invitando a los fieles a proclamar juntos la santidad de Dios y alabarle en comunión con la Iglesia y los coros de los ángeles. Por ejemplo: Por eso nosotros, mientras esperamos la venida de Cristo, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos el himno de tu gloria. (Prefacio4º)

Os invito, desde este artículo, a meditar cada uno de los prefacios para poder saber qué es lo que vivimos en Adviento, cuál es el don de Dios que recibimos y qué actitud de vida tenemos que tener partiendo de una acción de gracias sincera del corazón.

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