lunes, 18 de enero de 2021

EVANGELIO: BUENA NOTICIA

 

La palabra "evangelio" viene del griego “euaggélion”. Y significa literalmente "buen anuncio", "buena noticia". Decir evangelio era lo mismo que anunciar una nueva era, en la que la paz, el bienestar y la felicidad se iban a imponer, de acuerdo con las creencias de aquel tiempo. Los evangelios se presentan como la “buena noticia"  que  se  le  da  al  mundo, a los pobres y marginados.

En la enseñanza de San Pablo, el "evangelio" es un término central. Y se refiere a la "buena noticia" según la cual Dios, por medio de la muerte y la resurrección de Jesús, ha realizado la salvación del mundo (Rom 1,1ss; 1Cor 15,1ss). Por lo tanto, el evangelio es la fuerza salvadora y liberadora de Dios puesta en acción en favor de los hombres.

Pero hay una diferencia fundamental entre el antiguo y el nuevo actuar de Dios: en el Antiguo Testamento, Dios actúa a través de mediadores (Abrahán, Moisés, los profetas...); cuando llega la "plenitud de los tiempos", Dios interviene directamente, porque es el Hijo mismo de Dios el que se hace presente en miedo de la humanidad.

Por lo tanto, con la venida de Jesús al mundo, se inaugura una etapa enteramente nueva para la humanidad. Esta se caracteriza por dos cosas: primero, porque es una etapa de liberación total, segundo, porque en esta etapa actúa Dios directamente en la persona y en la obra de Jesús. Por eso, Jesús y el evangelio constituyen el acontecimiento central en la historia de la salvación. De ahí la importancia de estudiar detenidamente lo que representa el evangelio y su significación para nosotros.

“Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios: Convertíos y creed la Buena Noticia”

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